El destino nos habla en lengüaje espiritual.
Una nueva oportunidad para conectarnos con nuestro ser.
Un abrazo a la naturaleza que florece.
Renacer es el verbo a conjugar.
Uno sobre uno, once más once.
Es en la unidad en la que edificamos lo que somos.
Y el amor, en línea directa desde nuestro corazón hacia el universo, agradece la experiencia.
Energía infinita que renueva y abre caminos.
Rituales de fe que nos ayudan a creer.
Un arcoíris de colores que se fusionan para darle sentido a la vida.
La tonalidad perfecta en la que nos permitimos disfrutar de cada amanecer.
La realidad es nuestra unión con lo que nos rodea.
Palabras y números que nos dan un mensaje de sabiduría.
Vivenciar lo que sucede es armar el futuro que anhelamos.
Horizonte de amor que nos espera para encontrar lo que deseamos.
Baño de paz que recorre nuestras venas.
Vida vital que fluye y se expresa.
Rezar, orar, hablar; todo es parte de la comunicación con nuestra divinidad.
Y al Uno mayor, gracias por darnos humildad y permitir emocionarnos.
MARIANO SANTORO
