Días y fechas que nos llaman la atención.
Hacemos un chequeo de nuestra estabilidad emocional.
Nos ponemos a ordenar algunas costumbres.
Y musicalizamos los instantes para conectarnos.
Logramos la armonía necesaria para continuar.
Y vamos apilando todo lo que encontramos y que nos motiva.
El balance de experiencias para seguir adelante.
Pausar un momento y reencontrarnos.
Sentir la igualdad en nuestras acciones y deseos.
La proporción justa para saber que vamos bien.
Y lo correcto, sólo se logra cuando todo el ser lo siente.
Empatar entre lo positivo y lo otro, sabiendo cuál es la prioridad.
Viajar lo más profundo que podamos para descubrir lo que el alma ya sabe.
Lograr la quietud mental y oír las olas de sabiduría.
Agitar aquellos deseos que quedaron guardados y sacarlos.
Conseguir el movimiento de lo que nos brinda placer.
Ir edificando las piezas, sumando anécdotas y anhelos.
El equilibrio que se obtiene entre el diálogo del cerebro con nuestra creencia.
Y que el ritmo de los latidos, nos abran las puertas de las oportunidades.
MARIANO SANTORO