Hay momentos en los que las circunstancias, nos dan un golpe del cual no estamos preparados.
Veníamos controlando la velocidad mundana.
Aprendimos a cuidar las emociones.
Y tener una linda calidad de vida, siempre desde la humildad.
Ya de por sí, es un lujo vivir y tener salud mental.
Pero la física, me la llevé a Invierno.
El calor de mi pasión no ha sido suficiente para que no me atrape.
Y caí, como cualquier ser humano.
La mente comienza a expandirse y en los huecos, se deja entrar sin permiso a la enfermedad.
El tiempo que logra estancarse, ya siembra bastante daño y dolor.
Sólo debemos amigarnos con la paciencia y llevar el proceso con naturalidad.
Pasos pequeños con la meta fija en subir.
La mirada hacia la escalera de la fe.
Y el corazón con el ritmo necesario que junto con las ganas de mejorar, harán su trabajo.
En esos días y semanas, llega una exhaustiva enseñanza.
Y como las horas sobran, las escuchamos con atención.
Focalizarnos en que vamos a estar bien y que en el potencial caso de una próxima vez, ya estemos preparados.
No somos inmunes ni superhéroes.
Gracias a Dios, somos personas creyentes que valoramos el bienestar.
💜
#MarianoSantoro 羊