Es probable que estemos rodeados de relojes en nuestro hogar.
Quizás a alguno de ellos, habría que cambiarle la pila.
Otros están guardados en una caja de recuerdos.
Los que están a la vista, deben estar siempre funcionando.
Hasta el microondas tiene el suyo.
La hora, nos permite ser puntuales y respetar el tiempo propio y el de los demás.
Y si de llegar a horario, también se trata de nuestros sueños.
Lo que imaginamos son pequeñas piezas que se fusionan en el momento perfecto.
Hay un tiempo para cada cosa y para los creyentes, el tiempo es divino.
Dios nos ofrece este maravilloso regalo para darle buen uso.
De llenar cada día con actividades productivas.
Y sí, los años pasan y queda la experiencia y satisfacción de haber vivido con ganas.
Ambos relojes pueden estar en cualquier etapa.
Los análogos y los digitales, sumando también esas bellezas que son los de arena.
Y cada granito que cae es una oportunidad.
Quedarnos en modo espectador no sería la solución.
Validar cada instante sin estar pendientes del segundero.
Llenar la vida de momentos especiales en nuestro reloj existencial.
Y si se cae algo, por ejemplo la arena, la damos vuelta y nos damos una nueva chance de mejorar lo que veníamos haciendo.
💜
#MarianoSantoro 羊
