Aún sigo creyendo que la vida es como un tablero de ajedrez.
Que vamos caminando y alternando entre blancos y negros.
Que debemos tener la suficiente sabiduría para elegir los movimientos.
Y aunque nos veamos como un niño, estamos rodeados por una fortaleza especial.
El tamaño no importa cuando el corazón es gigante.
Poder dar cada paso con seguridad, sabiendo que nuestra reina madre no está mirando.
Que el rey divino y a la vez, nuestro padre, está firme.
Que el caballo no es de calesita, sino real y puede romper estructuras en su andar.
El alfil que sale de lo habitual y opta por lo diagonal.
Que la torre está para treparnos y espiar el horizonte.
Y los amigos peones, que juntos, podremos tener mejores resultados.
Sí, me siento muy bien protegido.
Porque vayamos donde sea, está la sombra de quien ha estado de nuestro lado y seguirá haciéndolo.
La fidelidad de nuestros sueños.
De tomarse todo como un gran juego y que de alguna manera, vamos a ganar.
Experiencia y si tenemos fe, habrá nuevas oportunidades.
Porque aunque se defina como una partida, nada se quiebra.
Nadie se va ni se aleja, si se ganaron un lugar en nuestra alma.
El cronómetro está en cero para comenzar una nueva aventura.
💜
#MarianoSantoro 羊
