Hoy nos encontramos mirando hacia atrás y recordamos algunos momentos importantes y que marcaron nuestra vida.
Cada recuerdo que aún mantenemos, lo hacemos por motivos especiales.
Sacando las malas experiencias, ya que eso no nos suma; aprendimos a valorar lo que tuvimos y lo que hoy, gracias a esos momentos, aprendimos a ser buenos luchadores de la vida en cada día vivido.
Lo pasado quedará siempre ahí y es sano traerlo cada tanto y revolver ese gran baúl lleno de historias que al volver a ver, nos alegran y nos sonreímos y eso nos da felicidad.
Sabemos que hay gente que ya no volverá.
Sabemos que hay situaciones que quizás el destino nos permita corregir, para seguir creciendo y perfeccionándonos a nivel personal.
Sabemos que mediante la fe conseguiremos todo lo que soñemos.
Ser valientes, ser ambiciosos a nivel espiritual; llenarnos con positividad, con amor, con personas que fueron y aún hoy son parte de esta cercanía que nos brinda el cariño y el corazón, al sentir que nos falta eso tan hermoso como ha sido desde un beso, abrazo o alguna manera de sentimiento compartido.
Todos tenemos mochilas donde llenamos con cosas inservibles y pasajeras.
Pero a la vez, conservamos un gran baúl con lo que queremos proteger.
Todo lo bueno, hay que guardarlo ya que no merece ser olvidado.
Si algo nos hace recordar es porque nos ha hecho bien.
Lo que nos ata al pasado significa que tuvimos una vida.
Si por alguna circunstancia algo nos ha hecho mal, es perfectamente entendible deshacernos de eso; pero todo lo bueno, incluso los detallles más pequeños que nos han hecho felices, es bellísimo tenerlos en nuestra mente.
Nuestro corazón ha pasado en innumerables veces momentos de dicha y en muchas ha recibido golpes y marcas que aún hoy no quieren salir.
Reciclemos sentimientos.
Separemos el rencor y la bronca que pudimos haber tenido, por todo lo bueno que somos capaces de dar a otra persona.
Tenemos mucho por delante.
El camino que queremos se está despejando de dudas y todo lo negativo; ya hemos aprendido a saltear obstáculos.
Hay mucho, ya que hay esperanza.
Hay sentimientos renovados.
Hay fe.
Hay ganas de dar amor y recibir todo lo que Dios nos tenga preparado.
Ese obsequio que la vida junto al Destino nos está guardando para darnos en el momento ideal.
Ese momento en el que menos lo esperemos; para que sea una grata sorpresa.
Para que abandonemos definitivamente el malestar que supimos conseguir.
Todos alguna vez nos hemos equivocado y hemos actuado de manera que más tarde nos arrepentimos; pero Dios sabe de tiempos y de perdón.
Cuando uno tiene un corazón puro y sincero, todo vuelve a nosotros; desde un recuerdo a una amistad.
Hoy es una fecha muy especial y sé que esa estrella que está brillando me alienta a que jamás pierda la fe en el AMOR.
MARIANO SANTORO
Cada recuerdo que aún mantenemos, lo hacemos por motivos especiales.
Sacando las malas experiencias, ya que eso no nos suma; aprendimos a valorar lo que tuvimos y lo que hoy, gracias a esos momentos, aprendimos a ser buenos luchadores de la vida en cada día vivido.
Lo pasado quedará siempre ahí y es sano traerlo cada tanto y revolver ese gran baúl lleno de historias que al volver a ver, nos alegran y nos sonreímos y eso nos da felicidad.
Sabemos que hay gente que ya no volverá.
Sabemos que hay situaciones que quizás el destino nos permita corregir, para seguir creciendo y perfeccionándonos a nivel personal.
Sabemos que mediante la fe conseguiremos todo lo que soñemos.
Ser valientes, ser ambiciosos a nivel espiritual; llenarnos con positividad, con amor, con personas que fueron y aún hoy son parte de esta cercanía que nos brinda el cariño y el corazón, al sentir que nos falta eso tan hermoso como ha sido desde un beso, abrazo o alguna manera de sentimiento compartido.
Todos tenemos mochilas donde llenamos con cosas inservibles y pasajeras.
Pero a la vez, conservamos un gran baúl con lo que queremos proteger.
Todo lo bueno, hay que guardarlo ya que no merece ser olvidado.
Si algo nos hace recordar es porque nos ha hecho bien.
Lo que nos ata al pasado significa que tuvimos una vida.
Si por alguna circunstancia algo nos ha hecho mal, es perfectamente entendible deshacernos de eso; pero todo lo bueno, incluso los detallles más pequeños que nos han hecho felices, es bellísimo tenerlos en nuestra mente.
Nuestro corazón ha pasado en innumerables veces momentos de dicha y en muchas ha recibido golpes y marcas que aún hoy no quieren salir.
Reciclemos sentimientos.
Separemos el rencor y la bronca que pudimos haber tenido, por todo lo bueno que somos capaces de dar a otra persona.
Tenemos mucho por delante.
El camino que queremos se está despejando de dudas y todo lo negativo; ya hemos aprendido a saltear obstáculos.
Hay mucho, ya que hay esperanza.
Hay sentimientos renovados.
Hay fe.
Hay ganas de dar amor y recibir todo lo que Dios nos tenga preparado.
Ese obsequio que la vida junto al Destino nos está guardando para darnos en el momento ideal.
Ese momento en el que menos lo esperemos; para que sea una grata sorpresa.
Para que abandonemos definitivamente el malestar que supimos conseguir.
Todos alguna vez nos hemos equivocado y hemos actuado de manera que más tarde nos arrepentimos; pero Dios sabe de tiempos y de perdón.
Cuando uno tiene un corazón puro y sincero, todo vuelve a nosotros; desde un recuerdo a una amistad.
Hoy es una fecha muy especial y sé que esa estrella que está brillando me alienta a que jamás pierda la fe en el AMOR.
MARIANO SANTORO