lunes, 27 de octubre de 2014

Jardín interno, sigue creciendo

Mientras el tiempo pasaba aceleradamente, yo lo vivía intensamente.
Disfrutando de cada detalle que la naturaleza me mostraba en la cercanía de mis pasos.
Y fui observando más a mi alrededor para llenarme por dentro.
Y fui entreteniendo la mente y vos, estabas a un lado, ya te lo habías ganado.
Te soñé tanto, que al vivir la realidad, me encontré queriéndote.
Y llegaron los recuerdos, algunos renovados de esperanza por todo lo que aún no se vivió.
Bajé mis párpados y te busqué en mi ser.
Recordé la suavidad de tus pétalos.
Y fue cuando me di cuenta que mi jardín interno, sigue creciendo.

Vi la bella flor que crecía a través de mis sentimientos.
Y mi sed de amor, fue la misma que comenzó a regarte.
Y cada gota que te daba, era la que te hacía brillar a cada instante.
La luminosidad que emanabas era la que me marcaba el camino a transitar.
Desde tu centro, viajaba directo a mi núcleo.
Y esa hermosa flor que alguna vez me ilusionó con su misterio, fue la misma que pudo develar el secreto de mis sentimientos.
Y sé que estás y te siento cerca.
Y tengo muchos besos reservados para vos.
Y extiendo mi mano para poder abrazarte y sé que estoy llegando y entraré en vos.

Mágico momento que el destino lo puso en espera.
Desde los latidos que desean más porque de eso se trata la ambición del cariño.
Muchas palabras que rotan por mi ser, que se intercalan a mi alrededor, que se conectan con la divinidad para mantener la comunicación que necesito para darme paciencia.
Y mirando en mi jardín, se multiplica de pétalos en blanco porque el color, se lo daremos al lograr la unificación.
Y las almas ya sonríen porque sienten que el mensaje que se sueña, se va abriendo desde la semilla hasta la eternidad de la misma realidad.

MARIANO SANTORO