Hay momentos en nuestra vida en que nos permitimos hacer un viaje especial.
Darnos ese gusto porque nuestro interior se alimenta de esa adrenalina.
Algo en nuestro interior nos dice que es el instante exacto para comenzar a ir hacia ese lugar que tanto bien nos hace.
Sin escalas al corazón es amarte toda mi vida.
Porque mi vida has sido vos desde mi primer aliento.
Hoy viajo hacia vos, porque quiero encontrarme conmigo mismo.
Y confirmo que no existe mejor colegio que estar a tu lado.
Porque desde tu actitud, tu postura, tus palabras y hasta tus retos, se reciben para crecer.
Y he crecido tanto que quiero seguir, porque es sed del alma.
Has sabido ser música en mis silencios.
Has sido abrazos cuando mi cuerpo estuvo cansado y dolorido.
Has hecho tanto por mí, que no habría tiempo humano para agradecerte.
Y te quiero, te respeto y me alegro de tenerte.
Y esas pequeñas discusiones, también nos hacen crecer.
Y jamás se fue el cariño, porque el sentimiento viene de las entrañas.
Tantos años que son mucho más que números, porque son experiencia pura y fuerza en cada paso.
Las calles que se han caminado han dejado huellas y semillas.
Y fui levantando todo lo que veía en ese mismo camino, porque la vida nos ha sorprendido varias veces.
Y las heridas que supieron cicatrizar, hoy son marcas internas, pero sanadas desde el amor sano y verdadero.
No hay espacio para lágrimas, porque el poder viene desde adentro.
Y Dios siempre está ahí, tan al alcance que podemos abrazarlo.
Y nos mira y se alegra de esta unión, de la trilogía que trascenderá a la edad, que será mucho más de lo que la mente pueda imaginar.
Porque el corazón es uno en 3.
Uno sobre uno, amor sobre amor multiplicado y hecho realidad y volcado a la naturaleza.
Porque nuestro ser adora amanecer y disfrutar de la vida, porque es ella la que nos motiva y abraza.
Mientras Dios nos sigue guiando porque la misión es la misma.
Y estar juntos en este camino y alegrarnos, es sentir la felicidad desde una mirada más profunda.
El cariño que no se dice con palabras, se expresa mejor en los actos.
Porque muchas veces no hay palabras para tanto sentimiento.
Y las emociones son tan fuertes que el cuerpo es el instrumento que se conecta y dice.
Conexión es acción en movimiento.
Y no hay quietud cuando hay amor real.
Sin escalas al corazón es emprender el viaje hacia la eternidad.
Quererte es creerte.
Amarte es estar presente.
Y hoy, estás en mi corazón y ese viaje, es hacia mi misma esencia.
Por siempre en mi lugar sagrado.
MARIANO SANTORO
Darnos ese gusto porque nuestro interior se alimenta de esa adrenalina.
Algo en nuestro interior nos dice que es el instante exacto para comenzar a ir hacia ese lugar que tanto bien nos hace.
Sin escalas al corazón es amarte toda mi vida.
Porque mi vida has sido vos desde mi primer aliento.
Hoy viajo hacia vos, porque quiero encontrarme conmigo mismo.
Y confirmo que no existe mejor colegio que estar a tu lado.
Porque desde tu actitud, tu postura, tus palabras y hasta tus retos, se reciben para crecer.
Y he crecido tanto que quiero seguir, porque es sed del alma.
Has sabido ser música en mis silencios.
Has sido abrazos cuando mi cuerpo estuvo cansado y dolorido.
Has hecho tanto por mí, que no habría tiempo humano para agradecerte.
Y te quiero, te respeto y me alegro de tenerte.
Y esas pequeñas discusiones, también nos hacen crecer.
Y jamás se fue el cariño, porque el sentimiento viene de las entrañas.
Tantos años que son mucho más que números, porque son experiencia pura y fuerza en cada paso.
Las calles que se han caminado han dejado huellas y semillas.
Y fui levantando todo lo que veía en ese mismo camino, porque la vida nos ha sorprendido varias veces.
Y las heridas que supieron cicatrizar, hoy son marcas internas, pero sanadas desde el amor sano y verdadero.
No hay espacio para lágrimas, porque el poder viene desde adentro.
Y Dios siempre está ahí, tan al alcance que podemos abrazarlo.
Y nos mira y se alegra de esta unión, de la trilogía que trascenderá a la edad, que será mucho más de lo que la mente pueda imaginar.
Porque el corazón es uno en 3.
Uno sobre uno, amor sobre amor multiplicado y hecho realidad y volcado a la naturaleza.
Porque nuestro ser adora amanecer y disfrutar de la vida, porque es ella la que nos motiva y abraza.
Mientras Dios nos sigue guiando porque la misión es la misma.
Y estar juntos en este camino y alegrarnos, es sentir la felicidad desde una mirada más profunda.
El cariño que no se dice con palabras, se expresa mejor en los actos.
Porque muchas veces no hay palabras para tanto sentimiento.
Y las emociones son tan fuertes que el cuerpo es el instrumento que se conecta y dice.
Conexión es acción en movimiento.
Y no hay quietud cuando hay amor real.
Sin escalas al corazón es emprender el viaje hacia la eternidad.
Quererte es creerte.
Amarte es estar presente.
Y hoy, estás en mi corazón y ese viaje, es hacia mi misma esencia.
Por siempre en mi lugar sagrado.
MARIANO SANTORO