Manos que se ofrecen para ayudar.
Manos que hablan a través de sus dedos.
Saben ser fuertes para arreglar y aferrarse y son las mismas que se animan a ser suaves para dar caricias.
Pueden dar abrazos sanadores.
Abrigan el cuerpo y se extienden para ser parte de otro cuerpo.
Las que sienten, las que tocan el cuerpo y también el alma.
Una parte importante de nuestro ser.
Pueden escribir, pueden crear, pueden saludar.
Manos que viajan sin despegar.
Juegan, se divierten y comparten.
Fieles en nombre de la amistad.
Solidarias, ya que siempre hay alguien que necesita otro par.
Las que alcanzan cosas y las se que acercan a la pasión.
Compañeras de la niñez y entre los nuevos amigos que llegan.
Manos que suman cuando valoran las acciones.
Hacen formas y dibujan en el aire.
Miran al cielo, tapan nubes y el sol se entretiene con sus sombras.
Manos con corazón de mariposa.
Manos libres para amar.
MARIANO SANTORO