Jugar a lo que sea sin pensar en ganar o perder.
El juego no tendría que categorizarce solo en 2 opciones, sino en el placer de ser parte, de disfrutar.
Amar, es el juego más sensual y adictivo. Amar no es un juego, pero debemos conocer cada regla, para saber si estamos preparados.
Un día miramos a nuestro alrededor y vimos gente mimándose, parejitas en la calle tomados de la mano y besándose. Una extraña sensación nos invadió y sentimos celos, sentimos ganas de tener eso mismo que nuestros ojos se animaron a ver.
Cada día nos llenamos de imágenes que nos hacen daño, nos distraemos de diferentes maneras y sabemos que nos cuesta alejarnos de tantos problemas. Muchas cosas nos llenan y ya no tenemos espacio para lo bueno. De una manera tan rara, acumulamos males, rencores, dolores y sufrimos.
Cerrar los ojos e intentar soñar ya no se nos hace tarea fácil.
Soñar despierto es otra opción. Pero jugar, siempre tenemos que estar dispuestos, porque nos devuelve la inocencia, nos remonta a épocas de pureza, a una era donde no sentíamos culpa, donde el ensuciarnos nos hacía feliz. Hoy, esa suciedad se trata de otra cosa; nos vamos embarrando en males cada vez más difíciles de sacar. No hay jabón que limpie el alma. Esa suciedad, nos tapa todo lo bueno que pudimos haber logrado alguna vez.
Recordemos cada momento de la niñez y adaptémosla a la adultez.
Todos podemos jugar, pero en el gran juego de crecer no se vuelve atrás. No se puede mezclar y dar de nuevo. Solo se crece una vez y si hay ganas de hacerlo.
Crecer y no de altura.
Crecer para aumentar los sentimientos que nuestro corazón quiera ofrendar.
Crecer, los deseos de ver a nuestra pareja.
Crecer mentalmente, para ver a nuestros hijos crecer.
Jugando en cada momento y con las reglas que entre 2 personas lograron llegar a un acuerdo.
No se juega solo, todo se debe hacer de a 2. Jugando de esa forma, ambos, serán felices.
Una gran sonrisa en espiral los llenará.
Un gran cariño nacerá entre los 2.
Una complicidad se formará y crecerá entre esos 2 seres que estén dispuestos a estar juntos.
Juntos, es la clave.
Mucha satisfacción es ganar alguna competencia, pero en el amor no debe existir eso. No se compite, solo se comparte.
Perder, se puede hacer de varias maneras y a nadie le gusta. Pero debemos luchar para que no perdamos en el amor. No perder en la gran oportunidad que la vida nos da en poder querer a alguien.
Todo nos sirve, cuando ganamos, cuando perdemos, cuando soñamos y mucho más cuando nos despertamos y vemos que lo que hicimos, está bien hecho.
Ojalá que te vuelvan las ganas de jugar. Ojalá sientas necesidad de seguir creciendo.
La niñez no es algo que ya pasó en tu vida. Es la etapa donde más deseos tenemos de aprender. Recuperemos esa energía.
MARIANO SANTORO