La envidia es algo que gracias a Dios, no es contagioso, pero está demasiado cerca de nosotros. Te llega en el momento que menos lo esperás y dudás y descreés de todo, ya que no tenés o no poseés algo verdaderamente que de para ser envidiado.
Una gran amiga de la envidia, hasta podría decir que es su socia, es la maldad.
Cuando se unen, logran hacer un complot para verte caer, para destrozarte lo que lograste hasta hoy.
Te volvés a mirar y mirás a tu lado y no ves algo excesivamente material. Sos un simple humano queriendo ser buena persona y crecer a todo nivel mientras se pueda.
Es difícil seguir cuando el cuerpo te golpea y no soporta esos golpes.
Caés y te ves que no das más. Pero siempre hay más, es prioridad que lo sepas.
Mucho hay por delante y por caminar si es que tenés ganas de caminar e ir en busca de algo que te realice como persona.
Cuesta caminar con tantas rocas y más si estamos descalzos, si estamos con lo mínimo necesario para ese camino.
Pero debemos pensar que la lucidez, el tener la cabeza y los pensamientos firmes, ese es el buen camino. Eso es señal que en algún momento algo llegará a tu vida y será maravilloso.
Tratar de mejorar en un mundo que todo lo tira para atrás, no es fácil.
Pero por más encierro que tengas y que tu corazón o tu alma se sientan así, tendrás una puerta en algún lugar.
Esa salida no solo te hace salir fuera del encierro, sino que te hace salir de los problemas, de lo que fuiste juntando en tantos años; te hace ver que más allá de una luz, hay vida, hay mucho por delante y te encontrarás con gente que quieran ayudarte, que quieran amarte y quieran ofrecerte ayuda.
El orgullo no lleva a nada, el anonimato te hace ver que no existe.
Los que juegan de mala manera, terminarán de mala manera.
Si viviste bien, el bien llegará a vos.
Todo nos toca no por ser superiores, ni por tener más dinero, la profesionalidad llega por la mentalidad.
La humildad y tener buen corazón, hacen que brilles y ese brillo iluminará a gente que esté en tu misma situación.
El poder de uno sobre el otro hace mucho cuando uno se entrega en su totalidad.
Los miedos, suelen aparecer pero enfrentándolos, los superaremos.
La angustia y toda expresión de sentimientos que salga de lo más puro que tenemos dentro, costará superar, pero también hay mucho de lo bueno en nuestro ser y cuando algo se quiere de corazón, llega; no en el tiempo humano, no tiene que existir velocidad ni desesperación; estate seguro que llega si te lo merecés. Si luchaste y no con armas, vas muy bien.
Todos tenemos que sentirnos bien y dar lo mejor; no hacer caso al comentario negativo. Lo negativo, nos frena y si estamos frenados, no podemos adelantarnos y así, se nos hace más difícil seguir adelante.
Está la fe y siempre estará. Está la familia que siempre te ayudará. Están tus amistades que te sabrán dar el consejo necesario a tiempo.
Pero antes que todos ellos, estás vos.
Priorizarte a pensar en vos y mientras te sientas bien y feliz, ya le ganaste una buena parte de tu meta en el camino a la felicidad y consagrarte como ser humano.
MARIANO SANTORO