Ya tuvimos tiempo para extrañarnos.
La distancia hizo que recordemos bellos momentos y los atesoremos demasiado.
La imaginación se fusionó con cada pensamiento positivo.
Todo lo que pasamos, se mostraba como imágenes a la velocidad de la ansiedad.
Recordar, fue el verbo que se hizo más presente ante la ausencia física.
Los aromas del cuerpo, la vestimenta que luego quedaría en cualquier lugar de la habitación.
La sensibilidad de las caricias que nos fortalecía la unión.
Las lágrimas de alegría y la tristeza cuando teníamos que despedirnos.
Las veces que dibujamos un futuro, disfrutando cada instante.
Mostrando la esencia y compartiendo diferencias.
Respetando y siempre amando lo que ambos dijimos.
Comunión que se construye al comprender y entendernos.
Y la humildad de saber escuchar para ayudar.
Te ocupaste de tus obligaciones, anhelando un encuentro.
Vernos y coincidir; animarnos a vivir.
Eslabones de amor que potencian la relación.
Queremos tenernos delante, ya que eso es lo más importante.
Prioridades en la pasión, musicalizadas con nuestra canción.
Y sí, ha llegado el momento de besar cada parte de tu ser.
MARIANO SANTORO
