Transitar por la vida luchando cada día sin tener una compañía para poder compartir momentos y poder contar lo que a uno le pasa.
Por momentos nos encontramos al igual que en un desierto; sin nada ni nadie a la vista.
Los espejismos son las ilusiones que vamos creando al igual que cuando conocemos a alguien y nos sentimos defraudados ya que no son ni vemos lo que anhelábamos, ni siquiera lo que esa otra persona tenía deseos de encontrar.
Hay que ponernos en ambos lugares a la vez y así valoraremos mucho más cuando estemos dispuestos a jugarnos por alguien.
No sirve de nada tener un solo punto de vista.
Cada huella, cada rastro que dejamos en ese camino que parece arenoso y que sentimos hundirnos, son momentos vividos y muchos, nos dejaron una marca, al igual que la que se ve en la foto, o sea, profundas.
Algo dejaron en nosotros y sabemos que queremos volver a pisarlas, no volver a caer en lo que nos hizo mal.
No mirar atrás se nos hace duro, cada tanto se nos va la vista y los recuerdos nos afectan.
Lo que debemos hacer es seguir, tener un destino y un horizonte a la vista y dirigirnos hacia ese lugar.
La soledad es difícil y está en nosotros transformarla o tenerla a nuestro alcance, pero sin dejarla que reine.
Amigarnos, saber que es necesario tener momentos de soledad para hacer ese viaje interior y así, saber cómo seguir.
Los balances son imprescindibles.
Hay que seguir y está en cada uno, encontrar el mejor camino para continuar.
MARIANO SANTORO