Vivir la vida nos trae muchas emociones y entre ellas, están los malos momentos. Esos que queremos olvidar.
En el camino, nos tropezamos con cantidad de piedras que nos hacen fallar y seguir el rumbo deseado.
Esos planes que se desvían o nos hacen tomar un camino que no era el adecuado.
Esos caminos que nos confunden.
Esos frenos a esa idealizada meta se van complicando.
Pero debemos ir despacio, tener bien en claro hacia adónde queremos ir; tener lucidez tanto sea en nuestros pensamientos como en nuestro corazón y todo llegará, todo irá cambiando y ese curso nos hará ver que el camino que alguna vez soñamos, se está acercando a nosotros.
Fijate; mirá bien por donde pisás y quizás te encuentres alguna perla en tu camino.
Qué significa?
Que una señal ha llegado a vos.
Que al ver a esa perla te sorprendas de las cosas hermosas que hay en la vida.
Cuando uno tiene una larga seguidilla de situaciones negativas, ese brillo, esa pequeña joya con su particular belleza nos hacen ver que hay algo superior, que en la vida que nos resta por seguir, debemos seguir nuestros sentimientos y deslumbrarnos.
Tomemos esa perla con fuerza y mimémosla, guardémosla en un lugar que nadie pueda alcanzarla y hagámosla nuestra.
Disfrutemos de lo que es.
Y cuando estemos apenas comenzando un estado de melancolía, pensemos al verla que alguien nos la puso en nuestro camino para que sepamos que no todo está mal y nos hace daño.
Levantemos la mirada, sigamos ese camino que alguna vez trazamos en nuestro cerebro y con la guía de Dios, vivamos y disfrutemos de cada paso.
Todo un mundo nuevo se nos presentará y solo tenemos que tener fe para saber y poder disfrutar de tantas cosas hermosas que nos están por pasar.
Llevemos a esa PERLA en el corazón, como lo estoy haciendo yo.
MARIANO SANTORO