Demasiadas han sido las noches en las que virtualmente, nos hicimos compañía.
Queríamos cubrir la real soledad, con palabras del otro lado del teléfono.
Y la distancia física, dolía un poco más que la de kilómetros.
Nos fuimos acostumbrando a ser parte del otro y de sus gustos.
Escuchamos a modo de diario íntimo, cada detalle de lo que había acontecido.
La mente comenzó a fantasear e ir a una velocidad distinta de lo que iban los sentimientos.
Y soñar, siempre ha sido parte de nuestra esencia.
Imaginamos tantos escenarios y los protagonistas éramos nosotros.
Actores de una ficción que queríamos hacerla real.
Y las noches duraban lo justo como para que luego, comenzáramos a extrañar.
Y la espera del amanecer, nos iluminaba y se hacía más fuerte el estado de soledad.
Amar, es y será lo que ambos queremos.
Pero si no nos damos una oportunidad, nos quedamos esperando detrás de un cortinado, por miedo al amor.
Hoy, somos 2 siluetas sin contacto de ningún tipo.
Sentados en un corazón de fantasía.
Seguiré creyendo en que uno tiene la llave y que sólo si se anima y toma la elección correcta, podrá abrir las puertas mentales.
La exigencia mental, siempre querrá algo mejor y nada es mejor que el presente.
Mañana, veremos el sol y le daremos gracias
Y cuando llegue la noche, me haré un ratito para recordar las lindas charlas.
MARIANO SANTORO