viernes, 28 de diciembre de 2012

Despertar la luz del amor

Las ciudades de oscuridad son muchas y las que viven en la mente de las personas solitarias, suelen ser más.
No hay cosas agradables que se puedan encontrar cuando los sueños se transforman en pesadillas.
Nos sentimos invadidos por algo que no nos pertenece y alejarnos, es la solución.
Y para eso debemos despertar la luz del amor.
En cada uno vive la gran llama del amor y aunque por momentos veamos una simple y pequeña llamita; cuando la unimos, crece y se fortalece del propio amor por querer estar bien.

En los sueños, nuestro inconsciente proyecta ideas para concretar.
Debemos tener una gran cantidad de buenos recuerdos para motivar a los sueños.
Cada día vivido en la realidad debe tener sus condimentos y vivirlo felices.
En cada paso que damos, debe ser siempre para adelante, ya que el horizonte nos está esperando.
Durante el día experimentamos tantos estados anímicos que necesitamos estabilizarnos.
Lograr el equilibrio para que al llegar la noche, el descanso sea el merecido y el que nos haga reponer fuerzas para así continuar.
Continuar soñando y lograr despertar tranquilos y llenos de serenidad y paz interior.

Cuando vamos modificando nuestra vida, se van solucionando esos inconvenientes que estábamos padeciendo.
Y al sumar, agregamos a personas que nos brindan su amor y con el hecho de estar, sentimos esa presencia tan especial.
Despertar la luz del amor es cuando podés ver a la persona que comparte tiempo y espacio con vos.
La que siente y te escucha, la que espera y recuerda, la que se alegra y comprende, la que entiende y te sigue apoyando.
En el estado de relajación, los sentidos están más despiertos, más atentos a lo que sucede.
Y el amor, también suele sorprender.

Llega en momentos que uno deja de buscar y que la espera, ya nos agotó.
El amor tiene esa manía, esa costumbre de llegar en el momento exacto para ser valorado mucho más que cuando lo pedimos.
Nuestra luz interna sabe iluminar el camino del amor, porque se fusionan los sentidos y todo está centralizado; cuando tenemos todo en orden, llega.
La vida de felicidad es una sucesión de instantes alegres y todo pasa en la vida real.
Por eso, cuando despiertes y abras tu corazón, el amor entrará con el permiso de Dios, para vivir en vos y en todo tu ser.
Por siempre, vivirá en vos la luz del amor!

MARIANO SANTORO