Uno es Dios.
Dos, somos vos y yo.
En la unidad, logramos acercarnos más a Dios y al amor.
Para que un día sea especial, hace falta declararlo y vivirlo de esa manera.
Cambios internos, modificaciones externas, retoques a todo nivel.
Despertar con alegría y mantener la sonrisa durante todo el día.
Así se logra un día especial y es el comienzo de una vida plena.
La felicidad que nos provoca sentirnos bien interiormente, la sacamos a pasear y se mezcla con la naturaleza sabia que nos brinda sus maravillas; al ser unidas con nuestro ser y nuestra esencia, nos elevamos y observamos la vida con los ojos del alma.
Volver no se trata de un lugar, sino de regresar al núcleo y ver de qué estamos hechos.
Las raíces que se afianzaron a la Tierra y el ser que mira hacia el Cielo.
Volver a descubrirnos, a sorprendernos y encontrarnos con lo que nos ha marcado.
Si fuimos bellas personas, no dejamos de serlo por las situaciones diversas que hemos vivido luego, sino que ese bello ser sigue latiendo y queriendo salir a la luz.
Porque el brillo interno nos está iluminando y queremos dar esa luz al mundo lleno de oscuridad.
Los negros momentos que hayas pasado; han quedado en ese mismo verbo.
El único verbo que debemos conjugar es el Amor.
Lo demás, es relleno.
Lo que vemos, es parte de una escenografía que nos alegra y que tenemos el poder de hacer real todo lo que realmente necesitamos.
La varita mágica tiene un nombre divino.
Todos somos magos y no hay trucos para vivir, sino que debemos disfrutar la vida lo mejor que podamos.
Y si vemos luces oscuras que quieren apagar nuestra energía, seamos pacientes, tengamos la sabiduría para alejarnos de lo que nos daña.
Brillemos, porque hay muchas personas que están en nuestra misma situación.
Espectantes a cliquear la perilla correcta e iluminar a los que nos rodean.
El planeta sigue girando y son muchas las veces que la velocidad no es la adecuada para nosotros.
Las preocupaciones que suelen aparecer, tenemos que dejarlas ir.
Dejemos salir lo positivo y esa energía se encargará de limpiarnos.
El mundo es una gran rueda que no deja de avanzar, aunque pensemos que hay algo que atrasa a las personas, pero cada persona es un mundo y es clave que todos vayamos hacia un mismo lugar.
Soñar es uno de los grandes dones que hemos recibido.
Tenemos muchos y son varios los regalos que podemos ofrecer cada día.
Volver a ser, volver a ver.
La ceguera emocional nos quitó parte del horizonte soñado.
Pero aún sigue ahí.
La esperanza se ha juntado con la fe.
Nos están esperando y tenemos que empezar a caminar.
Volver a ser es avanzar varios casilleros.
Volver a sentir es recuperar las emociones.
Volver a vivir, es tener conciencia que Dios nos obsequió la gran oportunidad de ser felices.
Y hay mucho más que se puede lograr en una vida.
Una vida, empieza por decidir tener un día especial.
Y ese día es hoy.
MARIANO SANTORO
Dos, somos vos y yo.
En la unidad, logramos acercarnos más a Dios y al amor.
Para que un día sea especial, hace falta declararlo y vivirlo de esa manera.
Cambios internos, modificaciones externas, retoques a todo nivel.
Despertar con alegría y mantener la sonrisa durante todo el día.
Así se logra un día especial y es el comienzo de una vida plena.
La felicidad que nos provoca sentirnos bien interiormente, la sacamos a pasear y se mezcla con la naturaleza sabia que nos brinda sus maravillas; al ser unidas con nuestro ser y nuestra esencia, nos elevamos y observamos la vida con los ojos del alma.
Volver no se trata de un lugar, sino de regresar al núcleo y ver de qué estamos hechos.
Las raíces que se afianzaron a la Tierra y el ser que mira hacia el Cielo.
Volver a descubrirnos, a sorprendernos y encontrarnos con lo que nos ha marcado.
Si fuimos bellas personas, no dejamos de serlo por las situaciones diversas que hemos vivido luego, sino que ese bello ser sigue latiendo y queriendo salir a la luz.
Porque el brillo interno nos está iluminando y queremos dar esa luz al mundo lleno de oscuridad.
Los negros momentos que hayas pasado; han quedado en ese mismo verbo.
El único verbo que debemos conjugar es el Amor.
Lo demás, es relleno.
Lo que vemos, es parte de una escenografía que nos alegra y que tenemos el poder de hacer real todo lo que realmente necesitamos.
La varita mágica tiene un nombre divino.
Todos somos magos y no hay trucos para vivir, sino que debemos disfrutar la vida lo mejor que podamos.
Y si vemos luces oscuras que quieren apagar nuestra energía, seamos pacientes, tengamos la sabiduría para alejarnos de lo que nos daña.
Brillemos, porque hay muchas personas que están en nuestra misma situación.
Espectantes a cliquear la perilla correcta e iluminar a los que nos rodean.
El planeta sigue girando y son muchas las veces que la velocidad no es la adecuada para nosotros.
Las preocupaciones que suelen aparecer, tenemos que dejarlas ir.
Dejemos salir lo positivo y esa energía se encargará de limpiarnos.
El mundo es una gran rueda que no deja de avanzar, aunque pensemos que hay algo que atrasa a las personas, pero cada persona es un mundo y es clave que todos vayamos hacia un mismo lugar.
Soñar es uno de los grandes dones que hemos recibido.
Tenemos muchos y son varios los regalos que podemos ofrecer cada día.
Volver a ser, volver a ver.
La ceguera emocional nos quitó parte del horizonte soñado.
Pero aún sigue ahí.
La esperanza se ha juntado con la fe.
Nos están esperando y tenemos que empezar a caminar.
Volver a ser es avanzar varios casilleros.
Volver a sentir es recuperar las emociones.
Volver a vivir, es tener conciencia que Dios nos obsequió la gran oportunidad de ser felices.
Y hay mucho más que se puede lograr en una vida.
Una vida, empieza por decidir tener un día especial.
Y ese día es hoy.
MARIANO SANTORO