lunes, 28 de diciembre de 2009

Vivir la aventura

No existe más inocencia que decirte que aún vives en mí.
He caminado por cantidad de lugares y he experimentado otras tantas cosas.
No sabía lo que era extrañar y tener deseos de estar con alguien y me los diste vos.
Nunca supiste, nunca creíste, nunca te enteraste de nada.
Mi vida no es la que vivía en ese momento.
Crecí tanto que el niño que siempre quise mantener se me hace difícil encontrarlo.
La inocencia se transformó en aprender otras cosas.
No estaba preparado a sentir tantos golpes.
No creía que la vida tenía que golpearme tanto para saber que mi orgullo no está fortalecido.
Me adoro y soy hiper seguro, pero cuando algo no está en mis manos, cuando algo que no puedo manejar y me deja impotente, me destroza.
No sé donde estás, pero hoy desperté y tuve una visión: "Felicidades amor!"
Palabras que mi inconsciente se encargó de abrir los ojos en este día tan especial.
Una gran mezcla de sentimientos y sensaciones.
Hubo una primera y una última. Pero siempre hay más y eso me alegra.
Oportunidades para mostrar quién soy y que sepan de mí y sobre mi manera de ser; tan especial y tan simple que te darás cuenta que vivimos en un mundo complejo.
Tantos problemas se nos presentan que no sabemos resolver.
Enigmas del corazón.
Mi misión, es vivir la aventura.
Vivir y disfrutar del camino que estoy viendo detrás de la puerta que me ha sido concedida en este momento.
Hay cosas buenas y que me hacen bien.
Me estuve preparando para este viaje y aunque lleve un poco de equipaje, quiero continuar.
La aventura de sentir, de querer, de que me extrañen, de sentirme que estoy viviendo en el corazón de alguien; como vos que aún vives en mí y siempre tendrás tu lugar reservado.
Vivir, porque mis ojos pueden ver y tienen la capacidad de viajar en el tiempo y verte y recordarte.
Cada momento vivido son como calles que forman mi gran camino que es mi propio ser.
Administrar todo lo que nos hace bien.
Acomodarnos entre los valores que me sirvieron para crecer y tener el razonamiento que tengo.
Seguir creyendo que se puede, porque lo veo al ayudar a la gente que me importa.
Tratar de hacer a un lado la basura y todo lo que me daña.
Musicalizar cada momento de mi vida ya que ese hermoso alimento que queda en los mejores recuerdos, es sano.
Vivir, porque tengo vida y puedo ver lo que desee y lo que no, apartarlo de mi vista.
Ese cuarto que se ve en la foto es lo que tenemos como herencia.
Ese es nuestro hogar más preciado y está vacío.
Debemos ser propietarios de nuestros sentimientos y llenarlo con todo lo que amemos.
Hacerlo a nuestro gusto e ir poniendo lo que nos gusta y en algún momento, en ese gran lugar, tendremos ganas de que haya más vida y entrará la persona con la que compartiremos mucho tiempo y cosas agradables.
Decoremos el corazón y hagámoslo llamativo; lindo de ver y que sirva de ejemplo para toda la gente que sufre, que aún no encontró su camino.
Los que están sin ánimo y lo deben recuperar.
Ese cuarto, es nuestra alma, pero la blancura y pureza, no tiene que ser síntoma de vacío.
Llenarnos de cosas positivas, nos hace bien.
Vamos por más. Vivamos la aventura que tenemos en el futuro tan cercano.
Entremos y tomemos todo el tiempo que sea posible para amar cada rincón y tener solo los buenos recuerdos de la gente que pasó y aún vive dentro de nosotros.
MARIANO SANTORO

jueves, 24 de diciembre de 2009

Un intento más

No falta mucho.
Solo un poco para poder terminar este año y empezar uno nuevo con nuevas esperanzas.
Renovar sueños y metas, al igual que renovar la fuerza para lograr lo que tanto queremos para nosotros.
Fuimos golpeados y en algunos casos han quedado marcas; en otros, tatuajes que llevaremos por algún tiempo.
Debemos arrinconarnos. Sentarnos y mirar alrededor.
Ver todo lo que hicimos y si nos equivocamos, tratar de solucionar y a la vez, tratar de no caer otra vez en la misma trampa.
Nuestro corazón sigue latiendo. Por momentos ha perdido fuerza y hasta es probable que esté debilitado y chiquito. Al igual que un niño. Vulnerable.
Y sabemos que no nos gusta estar así. A nadie le gusta, pero es nuestra misión estar bien.
Hay mucho más en lo que tenemos como futuro.
Sé que he dado mucho y recibí un diezmo.
No tendría que ser así. Pero esa injusticia llegará a su fin. Llegará el día en que demos y recibamos en la misma cantidad y calidad.
La fe nos ayudará. El amor, estará tan cerca que lo vamos a proteger con toda nuestras fuerzas. No lo dejaremos ir.
Tan solo un intento más.
Un último esfuerzo para poder alegrarnos la vista y el camino.
Miremos lo que nos da alegría y nos agrade.
Hay demasiada hermosura cerca de nosotros.
Pero los problemas nos tapan la visión. Los nervios se acumulan y la impaciencia somatiza junto a otras cosas y el cuerpo responde y de la manera en que lo hace, no nos hace bien.
No tenemos el suficiente aguante, pero debemos buscarlo.
Mientras estemos solos, haremos lo posible para estar bien y contentos.
Una pequeña sonrisa se va instalando en mi rostro y tiene ganas de seguir ahí. Tiene ganas de crecer. Ganas de contagiar a cada parte del cuerpo para que esté sano. Que nuestra mente tenga salud.
Vayamos en busca de lo que nos pertenece. Hay mucho amor reservado para nosotros.
Solo un intento más y verás que empezarás a ser feliz.
MARIANO SANTORO

sábado, 19 de diciembre de 2009

Tratando de mejorar

La envidia es algo que gracias a Dios, no es contagioso, pero está demasiado cerca de nosotros. Te llega en el momento que menos lo esperás y dudás y descreés de todo, ya que no tenés o no poseés algo verdaderamente que de para ser envidiado.
Una gran amiga de la envidia, hasta podría decir que es su socia, es la maldad.
Cuando se unen, logran hacer un complot para verte caer, para destrozarte lo que lograste hasta hoy.
Te volvés a mirar y mirás a tu lado y no ves algo excesivamente material. Sos un simple humano queriendo ser buena persona y crecer a todo nivel mientras se pueda.
Es difícil seguir cuando el cuerpo te golpea y no soporta esos golpes.
Caés y te ves que no das más. Pero siempre hay más, es prioridad que lo sepas.
Mucho hay por delante y por caminar si es que tenés ganas de caminar e ir en busca de algo que te realice como persona.
Cuesta caminar con tantas rocas y más si estamos descalzos, si estamos con lo mínimo necesario para ese camino.
Pero debemos pensar que la lucidez, el tener la cabeza y los pensamientos firmes, ese es el buen camino. Eso es señal que en algún momento algo llegará a tu vida y será maravilloso.
Tratar de mejorar en un mundo que todo lo tira para atrás, no es fácil.
Pero por más encierro que tengas y que tu corazón o tu alma se sientan así, tendrás una puerta en algún lugar.
Esa salida no solo te hace salir fuera del encierro, sino que te hace salir de los problemas, de lo que fuiste juntando en tantos años; te hace ver que más allá de una luz, hay vida, hay mucho por delante y te encontrarás con gente que quieran ayudarte, que quieran amarte y quieran ofrecerte ayuda.
El orgullo no lleva a nada, el anonimato te hace ver que no existe.
Los que juegan de mala manera, terminarán de mala manera.
Si viviste bien, el bien llegará a vos.
Todo nos toca no por ser superiores, ni por tener más dinero, la profesionalidad llega por la mentalidad.
La humildad y tener buen corazón, hacen que brilles y ese brillo iluminará a gente que esté en tu misma situación.
El poder de uno sobre el otro hace mucho cuando uno se entrega en su totalidad.
Los miedos, suelen aparecer pero enfrentándolos, los superaremos.
La angustia y toda expresión de sentimientos que salga de lo más puro que tenemos dentro, costará superar, pero también hay mucho de lo bueno en nuestro ser y cuando algo se quiere de corazón, llega; no en el tiempo humano, no tiene que existir velocidad ni desesperación; estate seguro que llega si te lo merecés. Si luchaste y no con armas, vas muy bien.
Todos tenemos que sentirnos bien y dar lo mejor; no hacer caso al comentario negativo. Lo negativo, nos frena y si estamos frenados, no podemos adelantarnos y así, se nos hace más difícil seguir adelante.
Está la fe y siempre estará. Está la familia que siempre te ayudará. Están tus amistades que te sabrán dar el consejo necesario a tiempo.
Pero antes que todos ellos, estás vos.
Priorizarte a pensar en vos y mientras te sientas bien y feliz, ya le ganaste una buena parte de tu meta en el camino a la felicidad y consagrarte como ser humano.
MARIANO SANTORO

domingo, 13 de diciembre de 2009

Seguir sin sufrir

Siempre se ha dicho que nadie muere de amor. Pero cuando perdemos una pareja, sentimos que se nos viene el mundo abajo.
Cuando la estabilidad del corazón ya era profunda. Cuando invertiste todo de vos y te sentías bien, te sentías feliz. Cuando al despertar, recordabas la noche anterior y una gran sonrisa te daba el empuje necesario para seguir.
Todo se derrumba en el momento que menos lo esperamos, como si fuese una película de catástrofes, de fin del mundo.
De dónde sacar fuerzas?
Cómo hacemos para volver a hacer lo que veníamos haciendo, pero esta vez, solo nosotros, sin esa pareja a nuestro lado?
Sufrir no viene de la nada. Muchas veces he hecho una comparación; la del HIV y Sida. Comúnmente se dice Sida, pero en realidad, el Sida es una etapa muy avanzada del HIV.
Sufrir, es una etapa muy avanzada de una suma de elementos que llegan a ese nivel a punto de explotar.
Cualquier pareja se banca pequeñas discusiones, algunas peleas. Pero se acumulan, se van llenando en nuestro ser y llegado un momento, quizás el que con menos fuerza nos sentimos, nos hace mal.
Todo comienza con algo pequeño, se dicen palabras que duelen al alma, hasta es probable que se llegue al contacto físico y no hablo del íntimo y más hermoso que una pareja pueda tener, sino a los golpes, a tirarse cosas. El maltrato que damos o recibimos nos destroza y a la vez, estamos tan poseídos y tan cerrados en nuestro punto de vista que creemos que solo es nuestra verdad; no admitimos otra opinión.
Al cerrarnos, el orgullo toma control de todo y ahí, hacemos daño y mucho.
El ejercicio que debemos poner en práctica es tratar de ser dóciles, de frenarnos y reconocer que ya no estamos solos, sino que decidimos tener una vida de a 2, hacer y formar una pareja.
Estar de acuerdo con el pensamiento del otro, aunque no lo compartamos en su totalidad, cuando estamos en pareja, debemos ceder. No siempre tendrán nuestros mismos gustos. No siempre estaremos de acuerdo en todo.
Es una gran prueba que solo pasaremos, si estamos decididos a ser felices y compartir esa felicidad.
No pensemos en todo lo que podemos sufrir, sino también en que podemos hacer sufrir a la persona que está con nosotros.
Bajemos del orgullo y demos la razón, ya que al darla, eso se llama compartir y pensar de a 2.
Y si igual se llega al final de una etapa, sigamos y tratemos de no sufrir.
Ya recuperaremos la fuerza para quien venga a acompañarnos en el resto de vida que nos quede.
Tengamos FE.
MARIANO SANTORO

jueves, 10 de diciembre de 2009

Recuperar la ilusión

Empezar. Comienzo de algo que le ponemos todas las ganas y deseamos seguir teniendo.
Todos hemos tropezado y hasta incluso hemos caído y el levantarnos, nos ha costado demasiado.
Crecimos y nos hicimos y logramos hacer y ser, lo mejor que pudimos.
Alguna vez, apostamos a ser felices y también nos dimos cuenta que nos faltaba algo.
Una especie de vacío que sólo una pareja nos podría dar.
Algo en nuestro interior deseaba enormemente poder compartir momentos y mucho más.
Alguna vez, nos equivocamos y fuimos defraudados, creyendo que al dar todo de nosotros y jugarnos por quien queríamos, era suficiente.
Nada es suficiente, cuando el tema es el amor.
Recuperar la ilusión, cuando nos sacaron los sueños más íntimos, cuando nos vaciaron de fe, se complica y se hace muy duro.
Recuperar el olfato y poder sentir el aroma de nuestra pareja y llenarnos de pasión, también se hace difícil.
Recuperar la inocencia, cuando recibimos tantos golpes y no entendíamos el motivo.
Recuperar la energía, cuando fuimos exprimidos hasta la parte más privada, lo que más preservábamos, cuando dimos el alma, a cambio de sentirnos felices y creer que hacíamos lo mismo para con quien estábamos.
Recuperar, esa es nuestra misión, porque al volver a ser lo que fuimos, seremos los más auténticos, sin cambios que nos hayan provocado la vida o nuestros amores ocasionales.
Volver a tener los sentidos originales.
Renacer, con más fuerza para poder enfrentarnos a lo que sea.
Sentirnos libres y niños y adultos a la vez. Ser una mezcla de experiencias que nos hagan un mejor ser humano.
La ternura, la pasión, lo que realmente quede en la historia. Esas huellas donde tengas un sello propio y saber que fuimos útiles en este paso por la vida.
Recuperar la velocidad de los latidos, para que nuestro corazón, esté fortalecido y no dude a quien amar.
Hay mucho que tenemos por delante, mientras nos demos la oportunidad de levantar la mirada y ver que hay un hermoso camino por caminar.
Recuperemos el descanso necesario para poder acostarnos y renovar sueños y proyectos.
Estamos cerca de ser felices, pero mientras no recuperemos la esencia verdadera con la cual fuimos creados, no llegaremos a nada.
Tené fe, sé que vas a poder recuperarte e ir por mucho más.
MARIANO SANTORO

domingo, 6 de diciembre de 2009

Quizás alguna vez

Es probable que te hayas enfrentado a situaciones duras y muy difíciles.
En donde no podías encontrar la solución. Hasta quizás pensaste que no existía solución.
Se te venía el mundo abajo y tu cuerpo comenzó a sentirlo. No aguantaste y te sentiste desbordado de tanto dolor.
Pero siempre debemos pensar que hay más.
Y no de lo malo, ni negativo. Hay sorpresas que la vida nos tiene preparado y que llegan en momentos que no esperamos.
Hay épocas que pasan y la soledad te come o aunque estés con alguien, sentís ese vacío y la separación, no es solo física.
Cuando llegaste al vacío interior que nada o muy pocas cosas te llenan, es ahí en donde una pequeña luz que va creciendo y en nosotros, comienza un período de cambio, de sentirnos más humanos y más útiles para la gente que nos rodea.
Hay espacios vacíos y tiempos que no sabemos cómo llenar.
Pero sin amor, sin esa pasión por el valor de lo que nos llena y sabemos que es así, ya que algo nos lo dice; no se llega a nada.
Tendremos pruebas y exámenes y obstáculos delante nuestro.
Tendremos metas y sueños que venimos acumulando durante años.
Tendremos ideales y ganas de ser amados. Y tenemos que tener fe que nos tocará.
Delante, habrá paredes que no nos dejarán ver lo que anhelamos.
Pero en un momento, esperado y ansiado, tendremos delante lo que siempre quisimos tener.
Debemos estar preparados para ir por eso.
No habrá impedimentos, si es que realmente nuestro corazón lo quiere.
Pensando en positivo, llegará. Quizás los tiempos humanos no sean lo más conveniente, pero todo llega cuando lo merecemos.
Miremos con ojos de placer; con deseos tan placenteros de haber logrado y alcanzado nuestro premio.
Busquemos, si es necesario. Esperemos y seamos pacientes. Si lo que queremos en nuestra vida, nos servirá y nos complementará y a la vez, sumará para ser mejores personas, llegará.
Mirate y dejate llevar por tantas ganas de pasar este vacío; ese precipicio.
No saltes, solo espera y encontrarás la manera de cruzarlo.
Hay tantos misterios en la vida, al igual que los hay cuando existe el amor puro.
Ese amor que te hace hacer cosas que no harías, pero te ves haciéndola, ya que te hace feliz ver a tu pareja feliz.
Compartir, para lograr la felicidad mutua.
Si es de a 2, mucho mejor. Alguien te alcanzará la soga o vos, servirás de ayuda.
Todos tenemos un propósito en la vida.
Quizás alguna vez, lo necesites y sientas curiosidad.
Mi misión, es poder ayudarte y a la vez, ver que puedo hacerlo y ayudarme a mí mismo.
MARIANO SANTORO

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Puedo ser feliz

Todo está en nosotros.
Tenemos la capacidad de ser felices, aunque cueste.
En nuestro interior, en nuestro verdadero ser y nuestra alma, está lo más puro de nosotros.
Por varios motivos, algunas personas somos esponja y absorbemos cantidad de actitudes y situaciones que nos afectan, pero eso no debe impedir seguir adelante.
Fuimos creados con y por un motivo y cada día, nos trae nuevos sueños y esperanzas.
Hay que levantarse, aunque hayamos tenido una mala noche o venimos arrastrando y acumulando problemas, dramas y nervios; pero al despertar, al amanecer, es una nueva chance. Este nuevo día que tenemos es como volver a nacer.
La alegría y la felicidad, está en nosotros.
Por más que quizás no se vea a simple vista, estamos llenos de cosas positivas.
Una familia que nos apoya y está en todo momento.
Amistades, pocas o muchas, pero las verdaderas están cuando tienen que estar y eso es lo que importa.
Tenemos visión para poder ver lo mejor que nos tiene preparado la vida.
Tenemos un cuerpo que aunque no estemos del todo conformes, tiene la suficiente fuerza para pelearle a todo lo negativo que se nos cruce.
Tenemos el cerebro que cuando logramos mantenerlo alejado de todo lo malo, nos ilumina y nos da ideas y nos ayuda a proyectar, a ir por más y a tener un mejor crecimiento a nivel persona y como ser humano.
Mucho hemos logrado y es probable que algunas de esas cosas las hayamos perdido, pero no debemos dejarnos caer, ni abandonar cada sueño que alguna vez nos permitimos soñar.
La felicidad nos la puede dar muchas cosas que vemos en nuestra rutina de cada día.
El tener la oportunidad de caminar las calles de nuestra infancia, recorrer lugares que nos marcaron y nos dejaron cantidades de recuerdos.
Viajar con la mente y por la mente.
Permitirnos sonreír y hasta quizás largar algunas lágrimas de emoción. No confundirnos con la tristeza, ya que eso que estamos volviendo a ver, significa que hemos vivido y que fuimos buenas personas y nos reconforta, nos llena.
Cuando estamos llenos de sentimientos buenos y no hacemos mal a nadie y lo que nos dicen de mala manera, nos rebota, no nos afectará, ya que sabemos que estamos en el camino correcto.
Hacer el bien, sin envidia.
No insultar y si lo hacen con nosotros, es porque esa gente está vacía, no tiene la fuerza, ni la valentía de jugarse por nada. Pero nosotros sí y damos la cara, damos nuestros datos y nos mostramos de la manera más sincera posible. Confiamos.
La felicidad es que estas palabras puedan hacerte bien, ya que si lo logro, en mi rostro, ya se puede ver una enorme sonrisa.
MARIANO SANTORO