jueves, 29 de octubre de 2009

Ganas de amar

Ganas, eso que provoca lograr para nuestra vida.
Lo que nos da un empuje a tener o hacer algo.
Ganas de amar y ser amado.
Ganas de dejar atrás al pasado y cuesta mucho; hasta podría decir demasiado.
Sería fácil desligar culpas y no es importante saber quién fue víctima o culpable, lo importante es el resultado y se llama soledad, se llama no haber cumplido alguna de las tantas fantasías que me permití soñar, que las imaginé para mi vida y me emocionaba de estar logrando lo que tantas veces había escrito, lo que deseaba con tanta pasión para mí.
Tuve pasión, tuve cariño, tuve lujuria, tuve amor; pero lo peor de todo esto es que la palabra más usada es: tuve. Y no quiero eso, quiero la palabra: tener.
No es fácil tentarse y mirar atrás; hubo momentos muy cortos, muy pequeños pero tan llenos de todo, que una breve sonrisa se apodera de mi rostro.
Y los recuerdos otra vez.
Y otra vez sé que no debo hacer eso. Debo levantar la mirada y mirar hacia adelante, porque me voy a sorprender, porque hay algo tan maravilloso que una sensación tan poderosa se aferrará a mí.
Así quiero amanecer; así quiero empezar cada día. Con sabiduría que tendré mucho en mi futuro.
Es muy difícil elegir. Siempre hay 2 opciones y hasta a veces, quizás haya más.
Hay que elegir, hay que hacer un balance de todo lo que nos dan y damos.
En algún momento creímos que con el amor, cubriríamos todas las expectativas, pero parece que hay más.
Siempre será importante el amor, pero se necesita más.
Cantidad de sensaciones que uno desea y no está mal soñarlas e ir en búsqueda de cada una y sumarlas a nuestra vida.
Todo podemos lograrlo, si realmente lo queremos con el corazón. El corazón es el único que nos tiene que guiar, es el único mapa para encontrar la felicidad.
Todos podemos ser felices.
Tengo ganas de estas cosas y de muchas más.
El pensar y ser pensado.
El acostarse con alguien y sentir ese abrazo dado con el alma.
El levantarse y desayunar besos y mimos.
El alimentarse con cariño y amor.
Tener la suficiente sed de luchar para lograr una verdadera unión.
Hay ganas y me alegro.
Hay puertas en nuestro camino.
Hay muchos caminos por delante.
Hay opciones.
Hay sueños que quieren ser compartidos y cumplidos a modo de deseos.
Hicimos bien la tarea; fuimos buenos alumnos y sabemos que el amor es lo que queremos tener y hacer.
Disfrutar de lo que venga a nosotros, aunque no sea algo definitivo, ya que nadie sabe cuánto dura una pasión. Pero mientras haya pasión, no importa el tiempo, sino que tuvimos la chance y saber que lo bueno también nos puede tocar a nosotros.
Tengo ganas y ojalá vos también las tengas.
MARIANO SANTORO

lunes, 26 de octubre de 2009

Feliz con vos

Llega un momento luego de haber vivido mucho y muchas cosas no han sido buenas, que te sentís bien, te ves alegre y con ganas de mucho más.
Te sentís con deseos y sentís que alguien está empezando a quererte.
El saber que alguien te piensa y que te extraña, te renuevan el espíritu. Una cantidad enorme de sonrisas se instalan en tu rostro y tu corazón toma un color brillante.
Todas las lluvias por las que pasaste, todos los nubarrones y tormentas que pensaste que jamás acabarían, se alejaron.
Hay algunas cosas que aún te afectan. Nadie cambia completamente tan rápido. Pero te gusta verte bien.
Recuperaste el sonido del corazón y tus latidos se hacen más claros, se escuchan a la distancia.
Tu vida junto a la de tu amor, no son similares.
Cada uno tiene sus costumbres, sus rituales, sus manías. Pero sabés que estaría bien probar que ambos, pueden fusionarse. Mezclar experiencias y anécdotas con tal de crecer emocionalmente.
Costumbres de tantos momentos negativos, se han pegado a nuestra piel y debemos mutar. Arrancar esas capas de mala onda, de intranquilidad, de nervios que supimos conseguir y no siendo culpables, sino por tener una personalidad que nos afectan las cosas simples y románticas.
Viviendo de una manera romántica en un mundo cada vez más freezer, donde las cosas que tendrían que ser habituales, la gente las ha perdido. Valorar cada minuto de nuestra infancia sabiendo que crecimos con valores.
Gustos particulares y tan diferentes con el resto, pueden sumarse a los del ser amado.
Vivir de a 2 se puede y seguro que no es tarea fácil; si fuese fácil, si pensamos que podemos ser completamente felices y creer que jamás habrá mal, no tendría sentido creer que hay un paraíso, que hay algo mejor y que nos llegará en algún momento de la vida.
Pero el presente es así y tenemos que disfrutarlo y sentirlo y bañarnos en cariño, mojarnos con cada gota de amor que nos den y nosotros devolvamos con pasión.
Tu corazón dice y siente que se puede.
Sentite feliz, ya que hay alguien que lo está siendo a tu lado.
Le hacés bien y aunque sus palabras no te lo digan, el lenguaje del cuerpo no se equivoca.
Hay amor entre los 2. Hay mucho por delante. Hay y mientras haya, vas por buen camino.
MARIANO SANTORO

jueves, 22 de octubre de 2009

El último beso

Nadie lo sabe, pero llega.
Tu vida la vivís de la mejor manera y das lo mejor de vos. Vivís, sentís y amás como aprendiste. Sin maestros, ni alumnos. Lo hiciste golpeándote e intentando ser feliz.
Luchaste y lo seguís haciendo, ya que la vida por momentos nos quiere tirar, pero tu fortaleza podrá vencer.
Te cuesta volver a creer, pero es lo que debemos hacer.
De la misma nada, un día, una tarde, estás con la persona que adorás, que empezaste a querer y tenés muchas ganas de que sea a quien querés amar el resto de tu vida; lo pasás increíble y lo que hiciste, le encantó. Te hace bien saber que tu ser amado está bien y se alegra de ese encuentro. Pero te hace mal verte en el presente así, en este estado de soledad casi eterna.
Nunca creíste que se iría. Los días pasaban y en tu interior, sabías que existiría un nuevo encuentro. Ya los días se hacían demasiado largos y no llegaba el encuentro. Tu cuerpo reaccionó y quebraste. No supiste aguantar esa partida.
Te acordás cuándo diste el último beso?
Lo diste realmente con pasión?
Sabías que era una despedida?
La rutina nos puede matar y a la vez, tampoco podemos estar creciendo cada día y superarnos. Las exigencias del amor no tendrían que ser tantas. Dar, sí, dar lo mejor sabiendo que lo hiciste por vos y por tu pareja. Soñaste, pero no lo hiciste sola. Imaginaste situaciones y tampoco las pensaste para vos. Fuiste un solo ser con ganas de empezar a vivir de a 2.
Aprendiste detalles de su vida. Incluso los menos importantes, pero lo hiciste sabiendo que te importaba, que al saber más y más, tu amor crecería y así fue. Pero se ama entre 2.
No hay perfección en uno solo. Nos complementamos de a 2.
2 piezas unidas que juntas se amarán por siempre. Las que no tienen pasado alguno. Las que el futuro se hace minuto a minuto.
Y ese beso hoy ya es un recuerdo.
Darías mucho de vos por un nuevo beso, por sentir esa sensación al tocar esos labios y sumarle un abrazo y mirar, darte cuenta que estás delante a quien querés para tu vida.
Te dio mucho y hoy no está. Le diste mucho y hoy no está.
No querés hacerte la idea de que jamás volverás a estar a su lado. Y el título no sería como pareja, ya que estos golpes y esta separación te hizo ver las cosas de otra manera. Pero creés que se puede seguir de otra manera. El alejamiento te destroza y tu cuerpo lo sabe. Ya lo viviste y no te lo bancás. Caíste demasiadas veces y querés levantarte y sentís que no podés.
El remedio más a mano, el que tenés a tu alcance, es el recordar los buenos y pequeños momentos. Esos en los que te veías muy bien a su lado. Te gustaba lo lindos que se veían y que hacían una hermosa pareja. Estás en la realidad y sabés que no hay solución, que no podés obligar a que alguien esté con vos. Solo podés recordar y eso nadie te lo podrá sacar.
Ese último beso que diste, ese sabor hermoso que se siente cuando amás a alguien, debe ser tu empuje a buscar la felicidad que tanto deseás para tu vida.
MARIANO SANTORO

lunes, 19 de octubre de 2009

Durante la noche

El día nos entretiene con las obligaciones. Gente habitual que nos llena con sus palabras y lo que ha hecho últimamente. Apresuradas en un mundo cada vez más rápido. Velocidad tan peligrosa como el peor de los vicios.
Pasan las horas y cada una trae nuevos dilemas. Distraerse es difícil. Pero seguimos. Hasta que llega ese momento esperado, el regresar a nuestro hogar. El refugio donde nos liberamos y somos nosotros, donde todo es ideal y la felicidad está en cada rincón que supimos ocupar con muebles y recuerdos.
Pero se hace de noche.
Cumplimos con cada una de nuestras obligaciones y nos vamos acercando a nuestra cama.
Ahí se hace duro. La cama ocupa espacio, pero lo que nos invade en nuestra mente, ocupa mucho más. La noche se siente y la soledad y saber que tu ser amado no está, nos preocupa.
Ese vacío que se hace grande. Se agranda y miramos alrededor y no vemos a nadie.
Durante la noche es donde más se siente la falta de cariño. Abrazamos la almohada queriendo cubrir la falta de ser humano. Cerramos los ojos con fuerza y nos preguntamos: Por qué?
Respuestas puede haber miles, pero no estamos con ganas de respuestas, sino de soluciones y no la encontramos. Solo nos encontramos solos y sin amor. Vacíos de cariño y sabemos que dentro nuestro hay mucho para dar, pero no hay quien lo reciba.
Nos equivocamos nosotros?
El sentirnos culpable, nos empeora el estado anímico.
Se hizo de noche y miramos al cielo, nos iluminan millones de estrellas, menos la que deseamos, la que soñamos para compartir nuestra vida.
Durante la noche se extraña, durante la noche no se puede olvidar.
Todos vivimos momentos lindos en esas horas oscuras. Pusimos y fuimos llenados por la luz del amor y ocupamos muchas de esas horas dando lo mejor de nosotros. Y aunque cada día y cada mañana trae sus nuevas oportunidades, nos falta algo. Esa inconformidad que alimenta nuestra mala energía. Nos deprimimos, caemos en estados donde el cuerpo no aguanta y nosotros mismos no nos aguantamos.
Sabemos muy bien qué cosas nos hacen falta. Hagamos la tarea como se debe y tendremos nuestro premio. Todo buen comportamiento se premia y si damos lo mejor de nosotros, sabremos que dimos todo. Del otro lado hay un destino y un amor que nos espera.
Vayamos hacia él con fuerza. Con ganas de abrazar durante segundos eternos. Durante minutos que quieren ser horas. Duremos de dureza. Duremos fieles a lo que sentimos y somos. Durar, para poder continuar caminando ese camino que elegimos. Y el amor que ha sido elegido para compartir la vida, llegará. Como el amanecer llega luego de la noche. Esa noche en la que no está la persona que amás. Durante la noche, cuesta dormir, porque en cada sueño la tenés presente.
Sigamos soñando porque al despertar un día veremos a nuestro lado esa persona que nos dio todo y no supimos valorar en algún momento.
Dale una oportunidad a la noche y llená esos espacios con amor. La puerta se abrirá y entrará alguien que no querrás que se vaya. Sé buen anfitrión y ofrecele lo mejor. Y lo mejor que hay en tu casa, sos vos.
MARIANO SANTORO

lunes, 12 de octubre de 2009

Cuando te fuiste

Y un día ya no estabas.
Muchas cosas pasaron por la mente, tratando de encontrar respuestas a preguntas que nacían de a miles por segundo.
Se cayeron las ilusiones. Un mundo soñado entre 2 se ha quedado huérfano.
Nada será de la misma manera. Me había vuelto insaciable al tenerte tan solo unas horas. Me conformaba con tan poco, porque sabía que había mucho más.
Pude abstenerme de tanta sed, ya que mi alimento serías tú.
Había mucho en común. Había y ya no lo hay.
Te busco y solo te veo en mis recuerdos. Esa distancia que pusiste me destrozó.
Siento que se puede seguir, pero se me hace muy difícil. Tuve algunos rastros de ti y se fueron desvaneciendo. Renacían pequeños detalles que me permitían creer que había una nueva chance. Y otra vez esa palabra en tiempo pasado.
Qué hacer ante tu negativa, ante tu partida?
Me recordarás?
Sufrirás como le he hecho yo?
Cuando te fuiste no pensé que era por siempre. Te saludé, te quise besar y me frené.
Un rato antes pensé en todo esto y me había dado cuenta que era un final.
Te amé y te besé sabiendo que era la última vez y daría mucho de mí, dejaría cosas, delirios, costumbres; con tal de saber que me estaba equivocando.
Mi mente y mis labios sabían la verdad. Nos alejábamos. Nos estábamos despidiendo y fue hermoso. Ha quedado un hermoso recuerdo.
Te fuiste alegre. La pasaste bien. Te ví bien. Y emprendiste el regreso a tu hogar y ese hogar no era el que pensamos para nuestro futuro. Era tu hogar, el que te ha dado tanto, bueno y malo.
Elegiste y hoy no estás a mi lado.
Cuando te fuiste, dejaste mucho más de lo que me habías dado.
Te recordaré siempre.
MARIANO SANTORO

miércoles, 7 de octubre de 2009

Belleza de ser

Belleza de mujer.
Muchos estilos de mujeres han pasado y te hicieron tal cual sos hoy.
Sufriste y no fue una vez, sino varias.
Te entregaste y diste todo de vos.
Fuiste cambiando, mejorando y te hiciste fuerte.
Nada te ha sido fácil y esa especie de maldición, aún sigue.
No te sientas culpable, no supiste manejarte en la vida sin la ayuda necesaria.
Pensaste que habías logrado cosas y se fueron cayendo; tus planes y proyectos, han sido guardados y prácticamente ni te acordás de ellos.
Soñaste, porque te gusta saber que cabe la posibilidad de que seas feliz.
Dudaste muchas veces y te has cerrado.
Sabés que me diste muchísimo y nunca lo creíste posible.
Un día con vos, era un año.
Todo a tu lado fue inmenso y por eso, estás en mi corazón.
No te irás nunca, pero quisiera seguir.
Sé que tengo otras puertas por abrir. Oportunidades que he perdido y muchas más que he ganado.
Hay una mujer que me hará bien.
Hoy, son varias que me van llenando, pero los sentimientos, han sido privados de la libertad, aún no han sido liberados. Me atan a pequeños recuerdos. Sin recuerdos no podría vivir y sin vos, he pensado que tampoco; pero me hice fuerte.
La única ayuda que tengo es de Dios y hasta a él, se le hace imposible ayudarme a superar lo vivido.
Tu mirada, tu boca, tu piel y tu aroma.
Tu sonrisa, tu parte de niña, tus caprichos.
Tu tristeza, tu cuerpo entero.
Podría adueñarme de cada parte de tu ser. Podría darte energía.
Podría hacerte volver a soñar. Podría, pero no puedo.
Hoy no estás y esa es la realidad.
Alcanza con extrañarte?
Alcanza con decirte que te quiero?
Acaso decir que me enamoré de vos, es fuerte?
Seguiré y en alguna puerta del destino me abrirá alguien y estará dispuesta a darme amor, pero no serás vos. Me hiciste mal y las promesas terminaron de destrozarme; pero sigo vivo. Me la supe bancar y mi interior está desequilibrado, todo ha cambiado de lugar, como algunos muebles de mi ser, para no recordarte en ellos y vos, a mi lado.
Sos una belleza y siempre lo serás.
Muchas mujeres han pasado y entre todas no hacen lo que sos.
Ese verbo maldito de haber sido y no haber seguido.
Ese futuro que hablamos, ya es parte de un pasado.
Mi presente te quiere ver. Mi pasado quiere mejorar. Mi futuro es un misterio.
Fuiste mía y eso no me lo quita nadie.
No soy tuyo, por algo que creíste.
No puedo retroceder, solo quiero avanzar y volverte a cruzar en mi camino.
Caminaremos juntos?
Si pudiera saber eso, estallaría de alegría y felicidad.
Nos vemos pronto.
Yo, seguro te encontraré antes, en cada rincón de mi hogar.
Dejate ver, volveme a ver.
No pido mucho.
Solo pido a alguna estrella que me regales parte de tu tiempo.
MARIANO SANTORO

viernes, 2 de octubre de 2009

Amanecer sin vos

Está amaneciendo y aunque mi mirada esté contemplando el maravilloso nacimiento diario del sol; tú no estás.
Alguna vez he despertado a tu lado y con mi abrazo pude cubrirte del frío. Te estaba protegiendo.
He abierto los ojos más de una vez en la noche, tan solo para verte. Tanta dulzura, tanta tranquilidad que en la vida quizás no tengas. Tanto amor para dar y mucho más el que deseás recibir.
Cada amanecer es soñar. Cada iluminación nos transforma y nos dibuja un mundo de posibilidades distintas.
Escenografías de Dios que mutan y nos hacen sentir felices.
No existe un planeta más hermoso que el vernos a los 2 tomados de la mano y sonrientes.
Pero hoy no estás.
Mis lagrimales se han congelado. Tengo ganas de dejar caer alguna gota y maldigo no sé a quién. El culpable, es un enemigo invisible. Te he despedido y algo en mí sabía que era un día clave.
Daría mucho de mí por poder repetir infinitamente ese día.
Te besaría tantas veces hasta que mi boca se seque, porque sé que vos te encargarías de darme el agua necesaria para vivir. No es fácil acostumbrarse a vivir sin vos.
Todo fue muy corto y en mi alma fue mayor la cantidad, porque la calidad era la mejor. La excelencia de verte.
La ansiedad de estar de nuevo a tu lado. De reírnos, de bailar desnudos, de dejarnos llevar y ser nosotros, sin prejuicios, sin cuerpos perfectos. La perfección era mi amor por vos. Y había defectos, porque en cada uno de ellos, estaba el deseo de mejorar, de modificar con tal de ser felices.
Quise mucho más de lo que tuve. Quiero más amaneceres; tanto, como las ganas de verte otra vez.
Cada día miro a mi alrededor para ver si estás. Aún hay mucho de vos en mí. No me hace bien, porque cada pensamiento es como una lluvia de negatividad, de freno a poder seguir.
No quiero ver llover, no quiero nada que nuble mi vista. Quiero despejar mis ojos. Quiero mirar otros ojos y no verte.
No te tengo y esa es la realidad y si alguien me concedería un deseo, pediría vivir en mi sueño, porque ahí estás de la manera que quiero recordarte.
Trataré de dormir unas horas y ojalá te aparezcas entre mis sábanas.
Lo imposible es dejar de soñar, porque lo que la realidad me muestra en el presente y con tu ausencia, no me sirve.
Jamás te irás de mis pensamientos y siempre tendrás un lugar reservado en mi corazón.
MARIANO SANTORO