martes, 30 de agosto de 2011

Administrar lo positivo

Cuando uno se permite relajarse, muchas cosas positivas se hacen realidad.
También habrá momentos en que la maldad querrá hacerse presente, pero nuestra fortaleza interior nos permitirá salir airosos.
Cada día podemos experimentar pruebas en las que no todo saldrá como lo planeábamos; que esos pequeños sueños se desvanecen y nuestro ánimo comenzará a caer; pero por cada situación que no se cumpla, debemos pensar que habrá 2 que sí se hagan real.
Maravillarse con lo que nuestros ojos pueden ver.
Vivir cada segundo y darnos cuenta que podemos ser felices con lo que recibimos de la gente que nos rodea.
Que la Esperanza, la Fe, la Paz, el Amor y Creer; podemos tenerlos en nuestra mano, en nuestro poder, en nuestra vida.
Todo lo bueno podemos tenerlo si lo deseamos con el corazón.
Cada momento podemos revertir una situación mala.
Cada impulso que damos, puede no ser bien recibido; por eso debemos frenarnos a tiempo, mediante la relajación, mediante el hecho de saber que las palabras pueden doler más que un golpe.
Todos buscamos nuestra salvación y muchos vamos por el mismo camino; solo debemos compartir, ya que la clave es esa.
Sabemos qué queremos para nuestra vida y muchas veces nos cerramos a oportunidades por lo que puedan llegar a pensar de nosotros.
Pero la única explicación debemos dársela a Dios y a nuestro corazón.
Si no hicimos daño a nadie, no pidamos perdón.
Si lo hicimos, vayamos en búsqueda de esa persona y pidamos disculpas; si hicimos algo que se nos fue de nuestras manos, que no pudimos aguantar y por eso el malestar está en nosotros, eso es sentimiento de culpa y debemos ofrecer nuestra disculpa.
Solo de esa manera creceremos como seres humanos.
Así, se camina un camino correcto.
Acaso hay algo más maravilloso que amar, que querer, que expresar lo que sentimos?
No pidamos permiso para amar, solo hagámoslo!
MARIANO SANTORO

jueves, 25 de agosto de 2011

Despegando las emociones

Suele pasar que uno se escapa de lo que no quiere para su vida.
Esas situaciones que nos descolocan y no nos permiten progresar.
Si vemos a nuestros lados, hay mucho positivo y también vemos otras cosas que sabemos que no serán bienvenidas a nuestra vida.
Somos permisivos y solemos soportar muchas cosas desagradables y todo, bajo el título de que somos muy buenas personas.
Pero es necesario un balance; hacer un parate y dejarse llevar.
Que cada silencio que logremos tener sea el necesario para darnos fuerza y valorarnos como humanos y reconocer si los que están con nosotros y se suman a nuestros proyectos, son gente positiva.
La envidia y la competencia es algo que está y es real.
Necesitamos tomarnos ese viaje mental para despegarnos de lo que nos daña.
Esos momentos de reflexión que solo podemos lograr despejando la mente.
Muchas emociones están saliendo a la luz y es por hacer buena letra y saber que un proyecto puede concretarse y verlo crecer es muy placentero.
Las emociones internas son las que nos revuelven todos los órganos y nos pueden confundir, pero si eso que soñamos es genuino y es algo para bien, todo saldrá bien; sin dudas, ni miedos; solo falta relajarse y creer que se puede.
Busquemos ese lugar necesario que nos alejará de todo por un rato para recuperar fuerzas; ese parate para reencontrarnos y para saber que vamos bien.
Hay cosas que se complicarán, pero que lo que no nos salga o no se cumpla, no pensemos que eso salió de nosotros; no siempre se cumplirán todos nuestros deseos y quizás algunos no eran algo bueno para nosotros.
Balance para saber que nuestra cabeza puede seguir creando cosas muy interesantes.
Vayamos en búsqueda de ese paisaje soñado.
Volemos teniendo los pies sobre la tierra.
Salgamos de nuestro cuerpo físico y mirémonos desde el lugar que queramos y veremos lo que somos actualmente y tratemos de transformar lo que no vemos bien; si estamos tan cerca de algo, quizás no lo disfrutemos y nos confunda.
Podemos tomar una determinada distancia de algo y ver con el alma si vamos bien por ese camino.
Los nervios y los impulsos nos pueden hacer jugar malos momentos.
Hay planes que no se hacen real, pero no pensemos que fue nuestra culpa; quizás no era el tiempo correcto de que se hagan reales.
Disfrutemos de lo que nos llena a nivel humano.
En cada pequeño acto crecemos como personas.
Nada es pequeño y poco cuando uno da con el corazón.
La cantidad o calidad que demostremos al hacer el bien, será bien recibido; aunque no nos lo demuestren.
No esperemos, solo hagamos.
No pensemos, solo relajémonos.
Hagamos lo que nos dicte el corazón.
Que esa sea nuestra única condición.
Las emociones que expresamos son para comprobar que estamos hechos de la mejor manera; que somos sanos mentalmente y mucho más puros en nuestro interior.
Despeguemos y miremos; observemos lo que estamos dejando con cada paso y con cada huella.
Y la emoción nos tomará por sorpresa y una hermosa sensación se apoderá de nosotros.
MARIANO SANTORO

viernes, 19 de agosto de 2011

Un cuadro perfecto

Cuándo se tiene la convicción de que algo es perfecto?
Solo se la puede tener si es nuestra única verdad.
La perfección solo está en lo que cada uno considera único o perfecto.
Buscar la perfección puede llegar a ser algo imposible de concretar ya que siempre puede haber algo mejor; siempre hablando de uno mismo.
Cuando uno tiene un ideal, se encapricha en que eso es lo necesario para su vida y el camino a seguir es ese.
Cuando se cree que alguien puede llegar a ser perfecto se lo idealiza y en ese ser ponemos demasiadas expectativas creyendo que nos completará a nivel humano.
Nadie puede lograr ser perfecto estando con otra persona.
Todos somos piezas de rompecabezas y al encontrar una persona a quien querer, no significa que sea perfecta para nosotros; como si se tratase de una prenda que nos queda bien; junto a ella nos vemos bien, nos sentimos de una manera especial; renovamos sentimientos y nos sentimos felices, ya que vivimos momentos perfectos.
La perfección pasa por nuestra elección; por desear algo y que hoy, es perfecto.
Un cuadro puede llegar a ser perfecto si cada día nos transmite nuevas miradas.
Si cada vez que lo vemos, encontramos algo que nos maraville y sorprenda.
Que aunque nos parezca simple, hay mucho en él por descubrir.
En el día a día se descubren nuevas emociones.
Un cuadro lo podemos pintar nosotros y ni siquiera tiene que ser sobre una tela; sino que puede ser un nuestra mente y de a poco materializarlo con el corazón.
Que cada día pongamos algo más de nosotros y que nazcan esas ganas de querer ir por más, de querer crecer, de vernos mejor, de sentirnos mejor; de que al mirar lo que estamos haciendo nos sintamos orgullosos, ya que sabemos que lo que está delante de nuestros ojos, ya lo vimos en nuestra mente.
Cuando permitimos subir de nivel, nos exponemos a situaciones que nuestra mente le encontrará miles de contras, pero lo que nos tiene que guiar es el corazón.
Y siempre que pintemos cuadros en nuestra vida, siempre que decoremos la vida que vivamos, debemos hacerlo con el pincel del corazón y los buenos sentimientos.
La sinceridad, la confianza, la verdad son los mejores colores para pintar nuestro futuro.
El blanco y negro, sirven para separar y alejarnos de lo que no queremos.
Incluso, conoceremos colores que jamás vimos.
Y cuando ya lo tengamos terminado, pensaremos que siempre hay algo más que podemos hacer.
Eso se llama crecer.
Eso se llama querer.
Eso se llama vivir.
MARIANO SANTORO

lunes, 15 de agosto de 2011

Enfrenta tus sueños

Se ha dicho que el cielo es el límite y en el mismo cielo que nosotros creamos, siempre hay algo más.
En este caso, están esas hermosas nubes inspiradoras.
Las que nos transmiten paz y tranquilidad.
En las que cuando nos adaptamos, nos sentimos cómodos y nos permitimos descanzar en ellas.
Esas especies de almohadas relajantes, las que se amoldan a nuestro ser.
Esas nubes son las que hacen que los nervios se disipen y que fluyan los nuevos sueños por soñar.
Nubes de sueños.
Sueños de amor.
Amor de películas.
Soñemos y vayamos por ellos.
Cuando la conciencia se permite imaginar algo, es positivo ya que sale desde la esencia misma, del núcleo de lo que somos y desde ahí, sale lo mejor de nosotros y de lo que somos capaces de dar.
Soñemos, porque eso nos hace crecer, nos hace perfeccionar en lo cotidiano, en lo que deseamos y en lo que hasta ahora no lo creímos posible.
Todo es posible si se lo desea con el corazón.
La mente sabrá muy bien como manipular pensamientos, pero el corazón triunfante saldrá ganando.
Si en cada latido sentís una vibración especial; seguí ese rumbo.
Si en cada aliento, sentís que alguien te quita la respiración, jamás lo dudes y andá por ese camino.
Y aunque sientas que camines por la oscuridad, dentro de tí hay una luz que sabrá brillarte siempre.
Esa luz, te permitirá soñar y te dará la fuerza y sabiduría para poder enfrentarte a esos sueños.
A esos proyectos, planes, metas y misiones.
A ese amor esperado, a ese nuevo recuerdo que aparece luego de pensar en alguien.
A ese pensamiento acompañado de esa sonrisa que llena tu rostro.
Lo hermoso siempre sale a la luz.
Lo natural y puro se ve a simple vista y más, cuando uno tiene un brillo especial.
Jamás permitas que lo negro de la oscuridad, donde el miedo es rey, se pare delante de tí y quiera frenar tu destino.
Si quieres algo, ve por ello.
Si amas a alguien, jamás lo dejes ir hasta comprobar que no es para vos.
Si sientes algo fuerte por alguien, expresalo.
El miedo es el mayor enemigo de la voluntad y en tu voluntad el amor es el más grande y preciado tesoro que tenés.
Sé feliz, porque cuando lo sos, tu felicidad contagia y en el otro, sí, ese que también te quiere, lograrás que también esté feliz de verte.
MARIANO SANTORO

jueves, 11 de agosto de 2011

La lejana soledad

Cuando más alimentamos a la soledad, más bulímica se pone.
Pensemos que cada momento en que nos sentimos solos, la llenamos más y el espacio que ocupa, es cada vez mayor.
En ese caso y en nuestro hogar nos vemos invadidos y hacia donde miremos, veremos soledad.
Si en vez de quejarnos o darle importancia a ese estado, invirtiésemos más en actividades que nos agradan y nos llenen espiritualmente y con más vida social y activa, tendríamos buenos logros.
Cuando pensamos en nosotros solemos ver lo que nos falta; desde lo material hasta lo físico relacionado a una pareja.
Llegamos a un punto de nuestras vidas en que todo lo que pasamos ha sido un extenso aprendizaje y si pasamos momentos malos; es muy probable que hayan existido también momentos muy buenos.
Hay estudios en otros países que demuestran que lo último o lo más reciente, es lo que queda en nuestra mente; por ejemplo si vemos una película y la disfrutamos mucho, pero si el final es malo; nos llevamos esa impresión.
Esa manera de ver las cosas, debemos cambiarla y nadie dice que es fácil; pero nos lo debemos.
El encierro viene de cerrarse y eso significa que dejamos pasar oportunidades; que quizás se nos crucen por delante pero al estar tan vendados a algo bueno y novedoso; nos mantenemos en la oscuridad que está dentro nuestro.
Cuando hay oscuridad no hay sombras ni reflejos y si no podemos reflejarnos en nada ni en nadie; el encierro ganó la batalla.
En vez de sentir que en todo el espacio que ocupamos está la soledad, focalicemos que está en un lugar estable y fijo; como el banco que se ve en la foto.
Podemos empezar a caminar alrededor y ver que de a poco, nos vamos alejando.
Que no es tan necesaria para nuestra vida; que podemos prescindir de ella y retomarla solamente para relajarnos y para esos momentos de tranquilidad y paz.
Cuando logramos pararnos, ya nuestras piernas están firmes y sumando actitud y ganas, podemos empezar a dar pequeños pasos.
La soledad es un estado anímico.
Debemos alejarnos de todo lo que nos daña; sanemos nuestro corazón y todo lo negativo que tenga nuestro cuerpo; sanemos mentalmente, busquemos la paz mental, la estabilidad emocional, la no dependencia, la tristeza por no tener algo que ansiamos.
Relajarnos, pensar un poco menos; alivianar la carga, la extensa y gran mochila que supimos conseguir y sentirnos libres de ser quien queramos.
Caminemos, ya que delante tenemos un gran camino. Derrumbemos las paredes que nosotros mismos edificamos enrededor de lo que somos y descubramos el cielo de cada uno.
Algunas veces hemos leído que el cielo es el límite; entonces vayamos por ese cielo que nos pertenece.
Pero nunca tengamos límites si de ser felices se trata!
MARIANO SANTORO

domingo, 7 de agosto de 2011

Hoy me permito

Hoy me permito volver a sorprenderme y de sentarme a conversar.
De disfrutar de la belleza que tengo delante, que cuando miro, me encuentro nuevamente y mi interior se alegra.
Hoy me permito emocionarme, ya que soy capaz de dejarme cuidar y sentir la protección que te pueden dejar algunas palabras.
Hoy sigo adelante y sigo con personas que me apoyan.
Hoy sigo mis reglas y me permito ser flexibles con algunas.
Hoy fue un día de aprendizaje y este alumno hará su tarea.
Eso implica compromiso, deber y responsabilidad.
Hoy soy quien puede abrir caminos donde había soledad y con esa tierra voy limpiando mi corazón.
La tierra limpia lo que creo que estaba sucio y la simpleza es lo que me hace soñar otra vez.
Hoy me permito creer un poco más, porque en cada sonrisa que veo me doy cuenta de lo que genero.
Hoy me permito ser sensible y desnudar la caparazón.
Hoy me vuelvo a sentir humano gracias a un ser humano.
Hoy soy obstetra de momentos y piloto de sensaciones y mi alma será mi azafata.
Confesiones de situaciones, conexión de vibraciones.
Hoy me permito tomar el vuelo duradero que una amistad puede tener y no voy a bajar, porque al hacerlo voy a perder.
Querer es una palabra muy grande, sentir es expresar verdades; un sueño se cumple cuando lo hacés real en tu corazón.
La libertad es la verdad de lo que el amor no puede mentir.
Hoy me permito ser romántico, porque pocos recuerdan cómo es.
Hoy me muestro en carne viva, porque mi esencia es real.
Hoy, el cielo y la tierra se besan y hacen fuego; hoy no es un juego, lo que se llama amor; hoy no hay dolor, ya que es parte del pasado; hoy comienza el futuro y hoy, me permito expresarme, porque al escucharme, me siento feliz.
MARIANO SANTORO

lunes, 1 de agosto de 2011

La próxima puerta

Y un día llegamos al lugar en que estamos parados.
Miramos todo lo que hicimos y lo que dejamos de hacer.
Nos hemos mostrado al natural, hasta en carne viva.
Tuvimos miedos y los enfrentamos.
Tuvimos anhelos y luchamos por conseguirlos.
Nos expusimos; demostramos que no tenemos cosas por ocultar; dimos lo mejor de nosotros.
Estuvimos cuando alguien nos necesitó y les hacemos saber a esas personas que siempre estaremos y podrán confiar en nosotros.
Muchas oportunidades se nos presentaron y a muchas de ellas las alejamos sin darle una pequeña oportunidad.
Pasamos por situaciones desagradables y por lugares que no queremos volver.
Incluso por estados anímicos que nos destrozaron.
Pero esto fue solo un ensayo; un largo ensayo a modo de aprendizaje.
Sí, todos reconocemos que fue un aprendizaje muy duro y que nos descolocó varias veces y que levantarnos, fue una tarea más difícil aún.
Pero hay más.
Y todo lo que venga, puedo ser maravilloso.
Por delante tenemos muchas puertas.
Ya sabemos adónde queremos ir; eso lo aprendimos muy bien y sabemos hasta donde permitir y en qué reglas podemos ser flexibles.
Cada nueva puerta nos llevará a diferentes lugares; en ninguno se repetirán historias.
Todo será nuevo, porque en nuestro corazón lo deseamos y cuando algo se desea desde el alma, desde lo más profundo de nuestro ser; es positivo.
Junto a la mente positiva, ya empezamos a caminar por el bienestar.
Esas puertas se abrirán si estamos preparados a entrar en cada una.
Somos absolutamente libres de permanecer todo el tiempo que queramos.
Somos los únicos con la capacidad de poner freno o permitir lo que nos suceda.
No hay nada malo en mostrarse tal cual, incluso llegar a emocionarse; eso demuestra que somos humanos y que la sensibilidad y valores, aún son parte de nuestra piel.
Tenemos un gran camino con opciones varias, solo debemos saber elegir con el corazón
MARIANO SANTORO