domingo, 28 de diciembre de 2014

Emociones

Hoy me encuentro con una caja llena de emociones.
Que al abrirse, comienzan a salir los mejores recuerdos de mi crecimiento.
El niño que siempre estuvo presente; supo compartir mucho espacio con el adolescente descubridor.
El que investigaba y observaba todo lo que sucedía a su alrededor.
Que se permitía dejar salir algunos sentimientos, porque conoció lo que es el encantamiento de querer estar con otra persona.
Y llegó esa persona; la que sería una de las tantas marcas que dejarían su huella.
Una de las maestras de la vida, que en nombre de la necesidad de sentir cariño y sentirse querido; uno deja de ser uno mismo.
Ese cambio, no se suele ver en el presente y por eso es muy importante el futuro para ver el pasado.
Esa conjugación necesaria para poder armar el rompecabezas emocional que será el que determinará el camino a seguir.
Y entre esa hermosa caja que vuelve a abrirse; salen lugares a los cuales me transporto; viajo con gran velocidad para detallar nuevamente instantes que me provocaron alegría.
Y salen canciones que se filtran a mi piel y llegan directo a las venas, circulan por la sangre y movilizan todo mi ser.
La música inunda todo el ambiente y recrea el ambiente necesario para que no me afecte.
La música me ha hecho crecer.
Aprendiendo de sus letras y su melodía; he sabido escribir las propias que logran mi armonía.
Y las emociones siguen fluyendo, porque siguen saliendo momentos importantes.
Personas que están, que siguen siendo parte porque se ganaron un gran lugar en mi corazón.
Personas que estuvieron el tiempo exacto para darme cuenta que extrañar es una gran materia por aprender y que la misma, no moleste.
En varias ocasiones, muchas de esas emociones, salen a la luz con la fuerza de la imprudencia, con la desesperación de querer obtener anticipadamente algo que quizás no sea para nosotros.
De ahí, la importancia de ajustar la mente, el corazón y todo lo que queramos decir y hasta sentir.
Lo que yo quiera, no da por sentado que del otro lado quieran lo mismo.
Cada persona tiene sus ideales y sus sueños y es muy positivo compartirlos, pero no cambiarlos por gustos ajenos.
No hay que obligar a alguien a que sienta lo que sentimos nosotros, pero sí, mostrar que desde nuestro corazón, hay sentimientos sinceros.
La evaluación es personal y lleva tiempo.
No hay que acelerar algo que probablemente no pueda dar 3 pasos naturalmente.
Las emociones no vienen con manual de instrucciones y el control, está únicamente en nosotros y aprender su utilización correcta.
La mayoría de las veces, las cajas vienen llenas de sorpresas; esas que quizás esperábamos y otras tantas, las que nos hacen pensar.
El estar preparado a recibir algo que alguien se tomó el valioso tiempo de creer que podría gustarnos y hacernos bien, merece su debido respeto.
Lo que hagamos con la caja, es nuestra decisión.
Eso es valorar todo lo que acontece.
Porque si miramos la vida, amanece para todos, pero no todos lo saben apreciar.
Y es lo que no tiene precio, lo que mayor calidad y duración tiene.
Los sentimientos verdaderos, perduran.
Las emociones correctas y controladas; son las que emergen de nuestro ser y saben sembrar, incluso en lugares que el destino alguna vez pondrá en nuestro camino.
Mis emociones, hoy están en paz, porque tienen al amor que vive en mí para saber guiarlas.
MARIANO SANTORO

viernes, 26 de diciembre de 2014

Soltar

Se aprende a soltar cuando aprendemos a querernos.
Soltar es el mayor acto de libertad.
Es cuando dejamos ir lo que antes creíamos que nos era de utilidad y hoy, nos pesa.
Es desprenderse de lo que quiere arrastrarnos a la fuerza y es algo que ya no deseamos.
Quizás hubo momentos en los que no veíamos muchas cosas, porque nos acostumbramos a usar una venda emocional que sólo nos dejaba ver lo que nos querían mostrar y nosotros, luego de tanto sufrimiento, dejábamos pasar, como si alguna vez llegaría el cambio.
Y cambiar es también parte de ese soltar que tanto bien nos hace.
Cambiamos pieles, porque queremos mostrarnos en esencia.
La desnudez del alma es muy importante para el crecimiento espiritual.
Soltar es saber que lo que se va, no significa que se pierde completamente, sino que ya no nos afecta, ya no nos provoca dolor.
Apegarnos a situaciones y personas, nos crea dependencia y eso es lo que nos hace mal.
No nos deja tiempo para ser nosotros mismos.
Soltar es agarrar la mochila y vaciarla.
Es dejarla limpia y que de a poco, la iremos llenando de nuevas ilusiones y emociones.
Es poder pararnos firmes ante la vida.
Poder disfrutar de respirar y sentir la maravillosa sensación de libertad.
La que no tenemos que rendir cuentas a nadie.
La de hacer todo lo que salga del corazón, porque este mismo ya aprendió a curarse y hoy, sólo desea caricias.
Soltar es valorarnos lo suficiente para poder compartir instantes y que al apartarnos, queden los buenos recuerdos.
Es dejar ir y desear lo mejor, porque ha sido parte de nuestro aprendizaje y seguramente hoy le tocará el turno a otra persona.
Soltar es darse cuenta que aprobamos una de las más importantes materias que la vida nos tiene preparado en el trayecto que vivimos.
Y soltar, también es una expresión de amar, porque damos libertad no sólo a nosotros, sino a eso que teníamos pendiendo de nuestro ser, colgando y hasta a veces, provocando peso innecesario.
Soltar es dar espacio y disfrutar el propio.
Es autoconocerse y saber que un nuevo camino está por comenzar.
MARIANO SANTORO

viernes, 19 de diciembre de 2014

Espejos

Espejos que muestran mucho más que una imagen.
Miradas que bucean en la profundidad de alma.
Vidas que han pasado y forman parte de nuestra existencia.
La experiencia en la que el corazón ha sabido dejar mucho de lo suyo.
Reflejos de circunstancias.
Una vida que se reparte en varios espejos, porque cada uno tiene la mirada del crecimiento.
Distintos puntos de vista a través de distintas etapas.
Una inmensa cantidad de historias que hoy nos observan.
Todas tienen sus motivos para decirnos verdades.
Y lo ocasional es también continuidad.
La seguridad de sabernos crecido y haber abandonado los miedos tan temidos.
Los recuerdos que llegan, nos dan el pasaje de ida.
La imaginación se permite viajar nuevamente a lugares de la mente.
Sueños que son dueños de instantes pasados.
Todo son momentos, todo son emociones.
Y aparecen algunas canciones, para que el viaje sea más ameno.
Y el vuelo, se pierde aún sabiendo su rumbo.
Soñar dentro de sueños ya vividos y algunos realizados.
Sueños que se renuevan y quieren ser completados.
Y la música que acompaña, porque ya no daña.
Pienso, porque los pensamientos se hacen presente.
Siento, porque mi corazón se ha dedicado toda la vida a sentir.
Actúo, porque el movimiento es lo que nos traslada a nuevos lugares y estados.
Miro a los costados y veo espejos.
Y cada uno no me muestra el presente, sino que me veo con diferentes edades.
Y cada espejo tiene su secreto, aunque mi vida ya ha sido develada.
Todos conocen mi vida, pero no todos la conecen entera, tan sólo una parte cada uno.
Un rompecabezas de piezas que se reparten en cada espejo.
Partes de un todo y a la vez separadas por la vida.
Un lindo juego en el azar de la experiencia.
Espejos de distintos modelos que forman una sola pieza.
Desarmados para darle color al misterio.
Y entre todo ese collage de espejos, hay algunos que aún no muestran nada, porque guardan lo que vendrá.
Todos tienen su propio marco, su propio momento según las modas.
Pero lo que no pasará nunca de moda, porque tampoco es una estación, es el lenguaje que refleja.
Las palabras que salen de la única mirada y es la que actualmente disfruto.
Porque este regalo que vivo hoy, es la semilla de mi mañana.
Y habrá amaneceres y luz brillante que pegarán en esos espejos y saldrán luces de colores.
Esas mismas luces, son las que mi alma ya disfruta y le dan sentido a mi vida.
MARIANO SANTORO

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Caminando

Caminando, perseguiste sueños que vivieron en tu mente durante años y fuiste en búsqueda de ellos.
Caminando, te viste con tus otras personalidades, la que fuiste alguna vez y tomaste la decisión correcta de cambiar, de nacer de nuevo.
Caminando, fue que viste nuevos caminos y nuevas oportunidades.
Caminando, te permitiste observar que la vida tiene mucho para ofrecer y muchas veces, no miramos por encerrarnos.
Caminando, te amigaste con la naturaleza y tomaste esa flor que te llamó la atención y hoy es tu compañera.
Caminando, cruzaste puentes necesarios para pasar de un estado a otro, porque supiste que las cosas no se reemplazan, sino que llevan un proceso.
Caminando, viste un mundo acelerado con una velocidad imposible de seguir y vos, no querías ser del montón.
Caminando, caminaste hacia vos, porque sabías que el afuera, es sólo un decorado de la belleza que vive en vos.
Caminando, comenzaste a cantar una melodía y no era de una canción conocida, sino que vos misma estabas creando.
Caminando, dejaste pasar cosas que sentiste que no eran para vos.
Caminando, fuiste acomodándote en ese camino, porque ya no dejabas que alguien te lleve por delante.
Caminando, dabas comienzo a esa continuidad de pasos hacia una meta que salía desde tu guía interior.
Caminando, diste una vuelta mirando hacia los costados y sentiste un dejo de tristeza por la gente estancada; sin ánimo de continuar.
Caminando, recuperaste energía, porque todo lo que alguna vez te frenó, hoy no te impedía seguir y era necesaria esa fortaleza para seguir.
Caminando, tuviste tiempo para recordar y pensar en todo lo que costó llegar a este camino.
Caminando, viajaste por historias que no terminaron de escribirse y esa falta, esa ausencia, te hizo mal.
Caminando, creciste, porque este viaje te daba la sabiduría de la experiencia vivida, de ser la protagonista de toda tu existencia.
Caminando, buscaste las respuestas a todas las preguntas que te hiciste; buscaste salidas y tu mirada cambió.
Caminando, te encontré y al tomarte de la mano, a tu camino me sumé.
MARIANO SANTORO

domingo, 7 de diciembre de 2014

Letras

Letras solitarias que comenzaron a transitar por lugares muy profundos.
Letras que fueron conociendo a otras similares y algunas muy distintas.
Letras que aprendieron que algo especial había en la unión.
Y fueron acercándose muy tímidamente, queriendo saber qué era lo que las atraía.
Susurraban, hacían pequeños grupitos y algo mágico nacía.
Eran parte de algo que al unirse, al compartir, formaban palabritas.
Ellas fueron sorprendiéndose y el lenguaje que nacía desde las entrañas, fluía.
Estas letras que ya iban caminando hasta encontrarse en la cercanía, se dieron cuenta que tenían voz y que podían hablar y pronunciar palabras.
Y cada una hablaba con lo que salía naturalmente.
Eran muy pocas las que tomaban real conciencia del significado de esas palabras.
Pero había en cada una, una extrema sinceridad y eso, las hacía seguir conversando.
Estas letras ya tenían vida propia y hoy, sólo sentían la necesidad de darse a conocer a toda aquélla persona que valore cada palabra.
Que puedan darle un mayor sentido a todo esto que ya había nacido y crecía, porque las emociones encontraron su via de comunicación.
Y el destino les presentó a una hoja en blanco.
Y todas esas letras, quisieron ir rumbo a ese lugar y tener su espacio.
Con respeto entre ellas, cada uno fue buscando algún renglón.
La vida se encargaría de hacer la conexión divina para poder dar un lindo mensaje.
Tenían como guía a un inmenso corazón que ya sabía de muchas cuestiones y de tanto vivir, algunas respuestas ya eran parte de su ser.
Y ese ser, venía acompañado de su esencia.
La pureza que mantenía por tener un diálogo sano con su niño interior, les abrió un hermoso espacio a estas letras.
Todo, era una mágica conexión, todo tenía su precisión y su por qué.
Los motivos de cada palabra, el tiempo en que fueron dichas y hoy, ya escritas, toman el valor de la historia personal.
La vivencia de cada letra que un día, además de ya conocerse y hacer amigas entre ellas, acrecentaron una unión espiritual.
Esas mismas letras, sintieron que había algo más.
Fueron tomando cuerpo siendo parte de un mismo cuerpo.
Hoy, saben de amor, porque juntas le escribieron infinitas veces.
Hoy, pueden abrazar al alma, ya que al aferrarse de la mano del cariño, muchas veces no hay necesidad de que estas letras digan lo que sientan.
Porque ellas también saben que el silencio, es una bella manera de reflexionar y compartir.
Hoy, todas esas letras juntas, viven en un lugar sagrado y una sobre una, hacen una linda cantidad que suma 500 escritos.
La realidad se fusiona con la virtualidad en un mundo donde lo que importa es expresarse.
Y sabemos muy bien que recorrerán caminos, distancias y llegarán a los sentimientos de quien sepa recibirlos.
Estas letras, que quieren, aman y desean, viven en una mente que se conecta a otra y así, hacen una divinidad que no se puede explicar.
Porque el poder de cada palabra, sabe que el amor verdadero siempre las protegerá.
MARIANO SANTORO

jueves, 4 de diciembre de 2014

Besarte

Besarte, es mucho más que sentir la suavidad de tus labios.
Besarte es sanarme.
Besarte es olvidarme de situaciones en las que el amor, tan sólo era un proyecto imaginario.
Y luego confirmaría que el amor verdadero, es mucho más que un proyecto.
Besarte es saber que hay un lenguaje más importante que el que pueda pronunciar una boca.
Y es esa misma boca que hoy, me besa.
Todo había comenzado cuando la tierra era mucho más que un hogar; era el lugar donde pisaba y caminaba.
Esa tierra que a su nivel, me mostraba una limitada vida.
Hasta que un día comencé a elevarme; tomé vuelo y solté lo que me arrastraba.
Ya no era el mismo y mi intención de cambio ya estaba instalada.
Quebré esas piedras que hacían demasiado peso y mis espaldas se aliviaron.
Y en ese nuevo vuelo, me encontré con una bella mariposa.
La misma que había perdido un ala en una de sus tantas apuestas al que consideraba amor.
Y luego el mismo crecimiento, le hizo confirmar que no era tal, sino que era parte de un proceso por el cual debía pasar, hasta llegar a este presente.
Y nuestras miradas se cruzaron y al cerrar los párpados, nos vimos uno dentro del otro.
Y el beso selló ese momento y lo eternizó.
Besarte me invitó a quedarme.
Ese intercambio de sentimiento me hizo saber que querías que fuese tu nueva ala.
Y comenzamos a volar juntos.
Y los besos que alguna vez he dado, ya han sido guardados.
Y las miradas que alguna vez di, no eran iguales a lo que este día sentí.
Y mis brazos querían ser parte de los tuyos.
Y mi cuerpo ya no era el mismo, porque se renovó a algo mucho mejor.
Todo lo que jamás me había imaginado, hoy se había hecho real.
Porque hay veces que algunos sueños limitan.
La mente nos deja ver sólo lo que conocemos y no le damos permiso a la sorpresa.
Y hoy le doy la bienvenida a esta belleza que hace mucho más que acompañarme.
Y este cielo tan hermoso que es nuestro techo.
Un hogar en las alturas, porque ya no hay espacio para las dudas o los miedos.
Hoy sólo hay presente y un mundo nuevo.
Hoy, puedo ser yo mismo, porque al ser parte de tu vida; nos unimos en un sólo ser.
Y ver crecer a ese ser, es emocionante.
Lágrimas de felicidad se deslizan y caen ante un caminante distraído que nos observa.
Y las sonrisas cómplices le hacen saber que él también puede ser feliz.
Volar juntos es la mejor compañía.
Unidad que también es Navidad.
Besarte es contarte que mi vida está llena de felicidad.
No llegaste para completarme, sino que fortaleciste lo que ya era.
Mi esencia, hoy tiene tu aroma.
Y es el perfume que se logra cuando uno se entrega completamente.
Podría pensarte, pero prefiero tenerte.
Podría mirarte, pero prefiero besarte.
Podría es futuro, pero hoy, yo quiero amarte.
MARIANO SANTORO

lunes, 1 de diciembre de 2014

Sol-edad

Temporada de balances y de mucha soledad ambulante.
Ancianos transitando un camino ya casi vencido por la falta de esperanza.
Envejeciendo sus marcas, producto de batallas que supieron sobrevivir.
Corazones perdidos que quieren encontrarse, buscando en lugares equivocados.
El planeta aún tiene deseos de mejorar y de sentirse más acompañado.
Hay mucho por soñar y mucho más por hacer.
Hay mucho por nacer y debe surgir desde nuestra voluntad.
Árbol que ha sabido crecer y crear su propia sabiduría.
La vida es un gran sol que nos ilumina y le da motivo a nuestra existencia.
Sol-edad, es el tiempo vivido.
La edad es mucho más que años sumando experiencias.
La edad es la que tiene nuestra alma.
La eterna juventud tiene su lugar ahí.
Y ya no importa si es arena, tierra o cemento,
hoy, hay mucho recuerdo dando vueltas.
Y la imaginación, vuela y se aleja por momentos,
nos deja en soledad y busca otras compañías.
La incertidumbre de llegar adonde no se sabe, porque nunca se buscó.
Un sueño quebrado, porque alguien ha llorado y no pudo cicatricar.
Y la vida es elevarse, porque la verdad está en lo que nos rodea y en la altura, es mucho más que la dura realidad.
No se quiere desde la lástima, porque somos mucho más que una mirada ajena.
Todo lo que nos ha pasado, ya ha sido guardado.
Y ese sol que nos abriga, con los rayos que destila,
en un verano que aún no llega y espera que lo alcance un mejor balance.
Y las ramas se extienden porque sienten que hay deseos de abrazar.
Pero esas almas inquietas aún no se deciden y siguen girando.
Hay tantos círculos que nos envician y que no saben lo que quieren.
Las dudas de la soledad los aqueja.
Penas que aún pesan y es mucho más que una carga,
muchas son amargas y otras, ya ni saben su destino.
Siempre hay un camino y siempre hay un sol
y la edad que se suma a nuestro cuerpo,
es la que la mente habilita,
en esas puertas giratorias que gritan,
porque no encuentran su salida.
Es difícil luchar contra ese mentir,
de los que no saben sentir.
Creyendo sólo en nosotros, tendremos la solución.
No hay problema, sólo hay vida.
Hay una inmensa valija, a la cual queremos trasnportar.
Vacía de peso, pero llena de deseos.
Sol radiante que guía al caminante.
Edad que enumera la biografía de quien supo elegir.
Una historia escrita desde adentro,
un protagonista eterno de la magia de amar,
hoy es libre de opinar, porque hay respeto en el valor.
Lo que quiera causar dolor, el cuerpo ya sabe de paciencia
y es en la consistencia, que la fe aparece.
Brilla, renace y crece, desde el amor que protege.
Y aunque uno sea propietario, sabe que el amor se comparte,
siempre hay espacio para esa inquilina que nos motiva,
la que mira y sonríe,
la que quiere y se permite,
la que aguarda y no se espanta,
la que siente y se ilusiona,
la que es niña, porque ha sido mujer
y otra vez es parte del crecer,
de la misma sabiduría.
Es mi flor, es mi sol y es mi luz,
porque yo he sido todo eso y hoy,
hoy estoy en sol-edad creyendo en la única amistad que me mantiene sano,
mis palabras se hacen texto y mi corazón late con pasión,
música de amor, es mi única canción.
MARIANO SANTORO