martes, 29 de noviembre de 2011

Cambiando la piel

Llega un día en que nos damos cuenta que tenemos marcas en nuestra piel.
Eso sucede cuando en nuestro interior han habido movimientos que nos descolocaron; que nos dejaron algo más que huellas y no todas han sido positivas.
A medida que crecemos, debemos protegernos de todo riesgo, pero no creíamos que también debíamos hacerlo de la gente que nos rodea, de los más cercanos, de los más íntimos.
El dolor está en todos lados y nuestro cuerpo lo sabe, aunque nosotros intentemos no verlo.
Muchas cosas suelen salir a la luz, ya que sino, explotaban en nuestro interior.
Se podría confundir con bronca y con el más inmenso rencor, pero duele que te fallen y en nuestra piel, ya se hicieron arrugas muy fuertes.
Somos vulnerables si somos buenas personas.
Si nos afectan los problemas ajenos; las experiencias de vida y el ver que no todos viven una vida fantástica; eso nos hace cada día más humanos.
Todo es superable aunque en el instante, lo veamos como algo muy lejano.
La vida nos permite vivir etapas y en cada una, le sumamos una nueva capa a nuestro cuerpo.
Una manera de sentirnos protegidos; vamos sumando capas, tapando lo que creemos que podemos salvar; lo verdadero en nosotros.
Debemos guiarnos por nuestro salvador; el que nos hace disfrutar lo bueno y prestar atención a lo otro.
El que nos cuida, el que nos da satisfacción.
El Dios que siempre quiere lo mejor para nosotros y que cuando sentimos que peor estamos, nos hace saber que él siempre está; el que nos hace abandonar esa armadura; esa imagen que ya está cansada de recibir golpes.
El Dios que quiere que seamos tal cual, naturales y que mostrando quienes somos y manejándonos siempre con la verdad, triunfaremos en la vida.
Lo que digan, es problema de ellos.
Los que no tengan una vida, ellos se la pierden.
Los que quieran sumarse a nuestro camino, serán bienvenidos.
Los que quieran sinceridad y amor real e incondicional, los recibiremos con muchísimo placer.
Pueden cambiar las estaciones del tiempo; pueden cambiar las amistades y hasta puede cambiar nuestra piel; pero lo que jamás debe cambiar es lo que somos.
Debajo de la piel, estamos nosotros, la verdadera esencia.
Golpes, cicatrices, heridas o tatuajes no modificarán lo que somos.
Por más disfraces que use la gente, siempre se logra ver el interior de las personas.
Abrirnos al amor; abrirse a la vida y a lo que nos regale cada día.
Abrirnos, ya que al hacerlo estamos dispuestos a lo mejor.
Nos predisponemos a un cambio y si ya notamos que nuestra piel está vieja o arrugada de tanto mal que nos han hecho; te presento al mejor cirujano que existe y que puede hacer milagros en tu piel y en todo tu ser: Dios!
MARIANO SANTORO

sábado, 26 de noviembre de 2011

Un lugar dentro de mí

Uno de los poderes más grandes del ser humano es la vista y mediante ella, se pueden ver millones de cosas agradables.
Muchas son las veces en que deseamos irnos a algún lugar cuando nos pasan problemas que creemos insuperables.
Y esos problemas viajarán con nosotros.
Lo mejor de la vida nos pasa cuando nos damos cuenta que queremos empezar a querer algo que nos haga felices.
Y en esa búsqueda nos cruzamos con situaciones que nos alteran, pero nuestra meta tiene que seguir firme.
Uno va conociendo personas y lugares; va conociendo sentimientos y emociones.
Es probable que haya objetos que nos remonten a días felices que hemos vivido.
La búsqueda de uno mismo es lo que desea mucha gente.
El emprender ese viaje laberíntico hasta llegar a la esencia, al núcleo real que nos permita tener la paz tan necesaria.
Antes, pasaremos por una cantidad enorme de impulsos y cosas que hasta nos arrepentiremos, pero cuando tomamos conciencia que hubo algo que nos hizo mal, alejarnos es la clave.
Decisiones que tomamos luego de haber pasado por tormentosos momentos.
Algunas cosas quedarán en el camino y para los que somos buenas personas, nos dolerá dejar de lado y no es que uno sea insensible y tire lo obtenido; hay sacrificios y siempre los habrá, ya que si no nos cuidamos nosotros y si no nos protegemos nosotros, nadie lo hará.
Recibiremos ayuda, pero dejaremos que la intuición nos haga saber si lo hacen por conveniencia; nadie es tan bueno si no muestra la incondicionalidad y solo deja salir sus diferentes caras.
Abajo de todos los personajes; siempre habrá una persona y esa persona vive, siente, se enamora y quiere ser feliz.
Esa persona es la que busca un lugar y muchas veces no está en lo exterior; ese viaje al lugar soñado es a nuestra paz espiritual; a encontrarnos con nosotros y asombrarnos ya que lo que veníamos viviendo hasta hoy, solo fue una pequeña muestra de la inmensidad de camino por recorrer que tenemos.
Muchos lugares nos pueden embellecer la vista y en mi vida he visto algunos; pero el mejor lugar para vivir es en nuestro interior; ahí, hasta podemos armar una especie de rompecabezas juntando lugares en los que fuimos felices y tuvimos experiencias increíbles.
Un gran collage de sitios para hacer uno solo, ese que está dentro de cada uno, ese lugar que cada uno quiere ocupar en la vida.
Cada día podemos elegir caminar o pararnos a disfrutar del paisaje y es maravilloso hacer eso, mientras sigamos hacia adelante.
Siempre habrá lugares que quedarán grabados en nuestra memoria, incluso en nuestra piel.
Esos lugares son los que nos motivan a seguir sorprendiéndonos; esos lugares nos hacen llorar de alegría creyendo que no podía haber más y siempre hay más.
Siempre habrá amor y todo lo positivo que existe, si tan solo miramos ese paisaje con los ojos del alma.
Mi lugar en el mundo puede estar en algún país o provincia que haya visitado, pero en mi mente estarán siempre.
Vivo en mi corazón, porque soy sentimental.
Me encuentro en los recuerdos porque los he vivido.
Vivo en cada persona que me da su confianza y su amor.
Vivo porque quiero vivir y porque tengo una misión.
Esa misión está en el lugar más preciado que pueda existir y es en mi corazón.
MARIANO SANTORO

martes, 22 de noviembre de 2011

El aire que respiro

La música es el aire que respiro.
Sin ella no podría vivir.
Es la que me remonta, la que me hace viajar a diferentes espacios en el tiempo y recordar y a la vez imaginar.
La música es pasión, es amor en su absoluto núcleo.
Nos transmite infinitas sensaciones en momentos claves.
La música es la mejor amiga que tenemos y que jamás nos fallará.
Al igual que el sol que nos ilumina, siempre estará.
La música es la pareja ideal, la amante eterna.
Cada melodía entra en nuestros poros y se instala, se hace parte de nuestra piel y circula por la sangre de cada vena.
Eso es lo que se logra cuando oímos una canción que nos lleva a hermosos lugares que hemos vivido.
Cuando uno se permite escuchar y dejarse llevar por una melodía, se permite mostrar su sensibilidad.
Al demostrar lo que somos sin miedos, sin verguenzas; somos sinceros, somos lo que queremos proteger de todo lo que nos afecta.
Nos sentimos plenos, aunque haya ausencia a nuestro alrededor.
La música es similar al mar; con la música nos inspiramos y con el mar, dejamos volar y vamos a lugares soñados y nos relajamos.
La música es la gran medicina natural.
Nos sana; nos hace entristecer; nos hace recordar y saber que existió un momento que fuimos felices y que ese momento es musical.
Bellas melodías amigas de letras que nos marcaron y se hicieron tatuaje.
Canciones que ayudan para que a nuestro ánimo, le demos un significado y sentirnos más fuertes.
Adueñate de canciones y amalas, al igual que amás la vida.
Regalá música, porque de esa manera regalás momentos felices!
Feliz día, a la mejor amiga fiel que uno pueda tener!
MARIANO SANTORO

sábado, 19 de noviembre de 2011

Ganador o perdedor

La elección está siempre en nosotros.
Nosotros tenemos el suficiente poder para elegir.
En lo cotidiano, es como si subiésemos a un ring y nos obligan a luchar sin siquiera tener ganas o algún motivo concreto para hacerlo.
Pero la lucha no es de pelea, sino de ser mejores personas.
Siempre habrá perdedores pero no debemos permitir que nosotros pertenezcamos a esa lista.
Si se te presentan oportunidades; porqué no aprovecharlas?
Acaso hay que darle explicaciones a alguien?
Nacemos con un plan que a medida que crecemos vamos encontrando el camino y nos podrían mentir que no es posible ganar siempre; pero esa no es la realidad.
Crecer es muy similar a subir, a ascender.
Pensemos que cada día que nos toca cumplir con nuestras obligaciones estamos frente a un ascensor; es el que nos permite subir de nivel.
También está la opción de ir más abajo de lo que estamos, pero eso sería masoquismo.
Son muchas las veces en que podemos sentirnos muy mal, bajoneados y sin ánimo de nada y vemos que lo que hacemos, no sale de la manera en que lo pensamos.
Muchos obstáculos para un simple humano!
Pero el ganar es mucho más.
Cuando uno ve cumplir sus metas y tanto uno como el resto de las personas ven esos logros; ahí se gana.
Cuando uno tiene un sueño, cuando se imagina algo y de a poco va tomando forma y el triunfo es verlo crecer, al igual que un hijo; ahí también se gana.
Cuando la sonrisa ya se instala en nuestro rostro y se queda a vivir y nos inunda la felicidad; eso es ganar.
Perder, se pierde al abandonar proyectos, ideas.
Se pierde cuando uno se entrega y se deja caer.
Se pierde cuando la autoestima ya no tiene fuerza y el vacío cada vez es más profundo.
Lo primero que debemos hacer es estar firmes, bien parados y creer en nosotros y en lo que somos capaces.
Alejarnos de lo que nos quiere alejar de nuestra meta, de nuestro destino.
Y al estar firmes, abrir los brazos y abrazar a lo que esté por venir.
Mirar que todo lo que creíamos malo, se transforma.
Que lo que nos dijeron, es un chusmerío barato y que en nosotros, está la única verdad.
La verdad es la gran amiga de ganar.
Ganamos confianza cuando somos sinceros y fieles y más, si lo somos con nosotros mismos.
Ganamos fe, cuando esos problemas que creíamos imposibles, van siendo cada día más pequeños hasta desaparecer.
Ganamos seguridad, cuando las personas que nos rodean se alegran de nuestra presencia.
Ganamos, si amamos de manera incondicional.
Ganamos, porque la otra opción no nos gusta y no la queremos para nuestra vida.
Apretá Ganador: Y le ganás a la vida!
MARIANO SANTORO

viernes, 11 de noviembre de 2011

Un día único


Una vez en mi vida, siendo niño, comencé a escuchar música y descubrir que en las letras, me encontraba a mí mismo.
Canciones ajenas que hablaban de mi vida aún sin conocerme.
En cada melodía podía expresar sentimientos y me fui enamorando.
Un día me di cuenta que yo también podía escribir y que podía hacer de mi vida una bella melodía.
Todo es música, todo puede ser amor.
Un día la vida me fue regalando momentos y no en ninguna fecha en especial y pude darme cuenta que todo llega sin esperarlo.
Un día me sentí identificado con el mar, ya que el mar es melodía, es armonía y es ritmo.
La melodía que me hace emocionar y sentir que lo mejor es todo lo que no se ve: lo que se siente.
La armonía para lograr esa paz interna, esa paz mental que necesito para crecer como ser humano.
El ritmo, que me hace bailar en cada situación y comprobar que puedo disfrutar mis movimientos al hacerlo.
Un día pude ver que el mar puede besar la arena y todo se transforma en uno.
El poder de uno sobre uno.
El poder ayudar y sentirse gratificado.
El saber que podemos ser caricias, podemos ser palabras; podemos ser música y podemos reflejarnos en otra persona.
Ese mar transparente donde me acerco y me reflejo y logro ver rostros de personas que pude ayudar, que pude querer y darme cuenta que puedo seguir sorprendiéndome, que cada día es único, que cada ola que llegue a mi vida es para refrescarme y decirme que lo que nos salva es el amor.
Que todo brillo que hay es un sol que nos ilumina.
Que siempre habrá una luna a nuestro lado.
Que cada granito de arena es importante y entre todos hacen una playa, hacen una vida.
Y yo me limité a ser mar.
El que viene y besa la arena, el que juega, el que se divierte, el que está lleno de energía.
El que sabe que la meta es ser feliz.
Bienvenidos al amanecer.
Bienvenidos al mar verdadero.
MARIANO SANTORO

lunes, 7 de noviembre de 2011

Nacimiento de emociones

Si alguien te preguntara: Qué te provoca felicidad?
Cuál sería tu respuesta?
Es muy probable que tu rostro se vaya transformando y se alegre y tome un brillo especial, pensando en una enorme cantidad de cosas que te hacen feliz.
En mí caso; el nacer cada día y sorprenderme, ya que en cada día, Dios me regala oportunidades.
Amanezco, abro mis ojos a la vida y encuentro una cajita que cuando la abro, aparecen oportunidades varias.
Ser mejor persona; poder ayudar a alguien; estar con mi familia; agradecer por estar vivo y sano; poder pedir perdón si hice algo no debido y si me equivoqué.
En cada día, veo y me maravillo por las situaciones; por el amor que las personas buscan y el que ya saben en dónde encontrarlo.
Las que se dejan guiar y se dejan llevar y viven de manera relajada; que disfrutan de todo lo hermoso que tiene la vida.
El arte que nace desde nuestras manos.
Todo lo que podemos hacer con nuestras manos; desde pintar, diseñar, dibujar; hasta saludar, dar cariño, tocar.
Nuestras manos tiene poder curativos.
Todo en nosotros puede tener un poder si dejamos que nazca la misión de cada parte de nosotros.
Utlicemos como guia al corazón para nacer a un nuevo amor.
Dejemos fluir sentimientos, emociones, afecto.
Que nazca de nosotros, desde nuestra esencia, todo lo bello que podamos dar.
Que nazca y que al poco tiempo veamos crecer lo que hicimos y sentirnos felices.
Saber que estamos, que hicimos, que somos, que podemos.
Saber que tenemos la capacidad de dar amor.
Hacer acciones en donde el orgullo de hacerlas, nos llene el alma.
Nacer, porque naciendo crecemos.
Así es la vida!
Así es el amor!
Así somos cada día!
La madre Teresa decía: "Hay gente que muere sin haber vivido".
Está en nosotros dar lo mejor y aunque haya crítica, aunque quieran hacerte daño; deciles que vos te permitís nacer cada día!
MARIANO SANTORO

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Creer en vos

En la soledad te vas a encontrar con vos mismo.
Cuando descubras quién sos y qué misión tenés en la vida, vas a ir modificando costumbres.
Vas a empezar a cambiar cosas, externas e internas.
Incluso vas a ver que tu entorno cambia.
La vida te regala momentos y te da la oportunidad de hacer que sean felices.
Cuando hagas lo que hacés con el corazón, tu cuerpo renace.
Renacer es volver a cambiar, a mutar, a cambiar la piel; a dejar atrás lo que ya no te sirve.
Renacemos cada día y en cada momento podemos mejorar.
No existen límites ya que la sorpresa está siempre delante de nuestros ojos; solo hay que saber observar.
Todos tenemos poderes, todos podemos hacer milagros.
Cuando nos decidimos a abandonar lo que nos daña, hacemos milagros, ya que la fortaleza de caminar positivamente es más fuerte de lo que veníamos viviendo.
Creer en vos, para que crean en vos.
Todo puede cambiar si lo cambiás con el corazón.
Podés creer y crear.
Podés volver y volar.
Podés atar y podés amar.
Creé en tu experiencia; en lo que has vivido.
Creé en lo que sos capaz de dar y de hacer por vos y por los demás.
Si algo no te suma, si algo no te sirve, déjalo ir.
Renovate y no solo de vestimentas.
Vestite por dentro, llená esos espacios con amor real.
Sabías que la tristeza se puede ir con cariño?
Sabías que las lágrimas pueden ser solo de felicidad?
Sabías que dolor puede ser una palabra que no tenés que conocerla?
Podés ser maestra y alumna, tan solo si lo creés.
Cada día nos toman lección y muchas veces no hemos estudiado.
En la vida real, no hay ensayos; solo improvisación y debemos caer bien parados.
No dejes que influyan y cambien lo que has cosechado.
Las siembras ajenas no siempre son mejores que las tuyas.
Nadie puede sembrar por vos y no dejes que levanten lo que cosechaste.
Creé en vos y creé que aún tenés mucho por crecer!
MARIANO SANTORO