miércoles, 30 de abril de 2014

El sonido del amor

El sonido del amor, es la ausencia del ruido del dolor.
Sonidos que nuestro cuerpo manifiesta cuando el amor se hace presente, cuando sale desde su cajita fuerte y bien protegida, para ejercer su tarea.
Sonidos que dice nuestra mirada al estar con la persona adecuada, la que nos permite volar y llegar a lugares especiales, porque no se necesita ningún pasaporte, sino que solamente alcanza con amar.
Sonidos que sintonizamos a través de una conexión especial, la misma que nos ayuda a crecer, a ser mejores personas, la que definitivamente nos abre las puertas de los prejuicios y comenzamos a salir.
Sonidos que hablan nuestros brazos, con ese gesto tan emocionante que es el juntarse, mezclar por un breve instante los cuerpos y entrelazar energías, saludos y mucha ayuda necesaria para ambos.
El sonido del amor está al respirar, al sentir la respiración de la persona que está con nosotros, a nuestro lado, dentro nuestro y viviendo en nuestro ser.

El sonido del amor es pensar y querer estar pasando horas escuchando esa hermosa melodía, que es la que cada día, nos hace querer despertar.
El sonido del amor es anhelar escucharte, porque al mirarte, surgen las palabras silenciosas que me dicen que puedo ser feliz, que este momento es único y que puede haber mucho más, si tan solo lo deseo.
El sonido del amor es sentir, es utilizar nuestros sentidos y que la llave mágica del amor, abra todo lo que somos para que entre lo que queremos ser.
El amor es aprender a escucharnos, a soltar lo que estaba atado, a liberar tensiones.
El amor es enseñar que habita en nosotros un ser dispuesto a mucho, porque sabemos que el amor sana.

El amor es estar y sentir la compañía.
El amor es creer, porque aunque lo veamos, es mucho más fuerte lo que se percibe.
Sonidos que llegan y saben hacia adónde ir.
Sonidos que alimentan y nos dan ganas de seguir con esa comida, con eso que llena el alma.
Sonidos que mutan y van variando, se hacen música, porque al estar las 2 personas juntas, la crean, la arman, la viven y la aman.
Sonidos que laten y dejan que exista un ritmo, que es el que marca la frecuencia que sumado a la paciencia, son las que en el momento preciso, se dejan unir, se adhieren, se hacen uno.
El amor es perseverar, porque el triunfo no es cuando se llega al cumplirse la misión, sino que se disfruta en el viaje.

El amor es escuchar lo que el destino quiere contarnos en un secreto compartido.
El amor es desnudarnos con la mirada y transitar todo el camino hasta llegar al corazón.
El amor es un sonido mágico, es la simpleza del no saber, es la ignorancia de la impaciencia, es la sabiduría del que sabe esperar, porque cuando hay amor verdadero, es sólo cuestión de tiempo.
El sonido del amor es ver las notas que escribe nuestro corazón, las mismas que leemos al mirarnos.
El sonido del amor es sentarse y enfrentarse.
El sonido del amor es la demostración silenciosa del cariño profundo, porque en el núcleo de lo que somos, está el niño interior que sabe de pureza y todo es una gran sutileza, para describir un sonido.
Y es el sonido más importante, porque es lo que sentimos cuando se hace deseo genuino, es presenciar que quien está con nosotros, sabe de melodías.

Las mismas, que luego se hacen canciones.
Y la canción que me define, es la compuse cuando aprendí a amar.

MARIANO SANTORO

domingo, 27 de abril de 2014

Magia

El amor no se trata de trucos, pero sí que es algo mágico.
El amor no es algo al azar, pero sí que es algo al cual apostar y salir ganando.
El amor, es mucho más que soñar, porque se siente en nuestro ser.
Magia, es todo lo que sucede cuando nos permitimos dejar salir eso que tanto protegimos.
Es soltar la pesadez de lo que ya ha pasado y elevar lo más liviano, pero con el inmenso poder del amor sano.
Magia, es algo que sale de uno, del mismo núcleo que nos hace buenas personas y nacen los buenos deseos.
Es liberar los deseos que se han guardado y compartirlos con la persona adecuada.
Magia, es vivir algo que sorprende.

Lo que por momentos resulta inéxplicable y es bueno que así sea, porque al amor real, no hay que entenderlo.
Cada uno y mediante sus experiencias, le ha sabido dar su propio valor.
Quizás a algunos les costó mucho más llegar a verlo de manera positiva, porque las pruebas que había que atravesar, le fueron quitando capas y no es para todos el hecho de estar tan expuestos, tan en carne viva.
El amor, es lo más valioso que tenemos y todo lo que nos llevó darnos cuenta que lo vivido hasta hoy fue parte del aprendizaje y que desde hoy en más, habrá algo novedoso, habrá algo que no tiene la necesidad de modernizarse, pero sí de adaptarse y mantener los mismos valores.

El mundo gira a una velocidad muy fuerte y el poder del verdadero amor, es más fuerte que todo eso.
La magia se renueva, lo que sentimos, también se renueva y es probable que con mayor fuerza.
Muchos, ya sabemos lo que queremos y lo que no, nos apartamos; pero no debemos dejar de lado las oportunidades.
La magia tiene ese misterioso poder de llevar en su interior un mensaje especial y si estamos verdaderamente preparados a entender, comprenderemos lo que necesitamos aprender.
Desde nuestro envase llamado cuerpo, contenemos mucha magia, muchos elementos que nos hacen creer que lo que vemos, es real.
Y desde el exterior, quien nos mira, observa nuestras actitudes y nuestros ejemplos.

La magia que producimos al compartir instantes, son los que mantienen en el espacio y tiempo a eso que suena infantil, pero que a muchos les agrada y es la magia del querer descubrir más.
Y la vida también tiene secretos, por eso es tan mágica.
El desconocer lo que va a suceder, intriga y es lo que nos motiva a seguir descubriendo los misterios que se presenten.
Magia, es escribir y que el lector se encuentre en esas palabras y sumado a otras personas, compartan el viaje.
Magia, es creer que lo bueno ya está llegando y que podemos ser felices.
Magia, es observar el alma de las personas.
Cada uno tiene su propia definición de lo que puede llegar a ser la magia.

Y la verdadera magia, es lo que tu corazón puede ver.
MARIANO SANTORO

miércoles, 23 de abril de 2014

Ser un libro abierto

Ser un libro abierto es mucho más que leer palabras acumuladas que juntas, quieren dar un mensaje.
Un libro abierto es la vida de una persona, de un ser.
Lo expuesto en esas hojas, es parte de su vida, porque todo ha salido de su mente y escrito con el corazón.
Toda ficción que se pueda apreciar, ha salido de la imaginación y para eso, hay que haber aprendido a volar y a soñar.
Todo ese mundo fascinante que se puede leer y que nos atrapa, ha llevado tiempo y durante ese proceso, se ha crecido, se han corregido errores, se ha vuelto a pensar y a releer lo que luego sería publicado.
Ser un libro abierto es abrir el corazón y que vean nuestra esencia.
Esas hojas que un día fueron blancas y nos entregamos al don divino de la inspiración para poder darle forma a lo queríamos contar.
Y mucho de lo que se cuenta, es pura experiencia.
Anécdotas, vivencias que han sabido aprender a sortear obstáculos y seguir camino.
Y ese camino no se ha hecho sólo con los pies, sino que se hacía escribiendo nuestra propia historia.
La misma por la cual debemos estar orgullosos, porque es lo que nos tocó vivir.
Y mediante la fe, seguiremos escribiendo y caminando.
Y en ese trayecto, volveremos a leernos y observaremos nuestro crecimiento.
Nos darán deseos de escribir nuevas historias, nuevos testimonios que el corazón quiere expresar.
Todo es parte de la vida, como esas hojas tomadas del mismo árbol que nos da vida.
Y Dios, con el rol más importante que es el de guiarnos y está en nosotros, el poder escribir todas las palabras que llegan al alma.
Esos momentos de iluminación que dejamos toda actividad por la inmensa necesidad de escribir, de contar, de hablar con letras que llegan con sabiduría.
Agradeciendo ser parte del arte.
Ser, lo que hace a una persona en toda su entereza.
Libro, ese gran amigo que está a nuestro alcance para hacernos compañía.
Abierto, como somos con nosotros y nuestro prójimo.
Todo lo que somos, está hecho de palabras dichas y otras tantas que nos supimos guardar y optamos por escribirlas.
Lo que sale de nosotros, tiene que ser amor del puro y eso regresa en algún momento y de alguna manera.
Pero también aprendimos a callarnos, por seguridad, por protección, por querernos y valorarnos.
Y lo que visualmente es un objeto, está construido por la magia de la escritura y la ayuda del destino que nos deja crear a través de los sentimientos.
Objeto y sujeto, objetividad de lo que aprendimos a sujetar, a atar, a querer tenerlo siempre con nosotros.
Eternizar relatos que muestran nuestra desnudez.
Y la misión es que vean mucho más que el cuerpo desnudo, porque el contenido es lo que le da poder.
Y el poder de la escritura es la libertad de hacer que el lector viaje y pueda emocionarse, que hasta pueda encontrarse en esas historias.
La vida es hermosamente única y cada uno la vive como puede y otros, como quieren.
Y en el camino, nos vamos encontrando y si alguno, puede llegar a verse en las palabras que son parte de un libro y las mismas letras se abren paso hasta llegan al corazón y tocar lo que tenía que ser tocado para lograr un llamado de atención, un recuerdo, una quita de vendas; esa misión está cumplida.
Y el lector, puede darse por satisfecho ya que al cerrar la contratapa y ponerlo en el lugar indicado, sabe que al día siguiente, algo mejorará en su vida.
Y eso es ser, eso es vivir!

MARIANO SANTORO

sábado, 19 de abril de 2014

Oportunidad

Uno de los momentos fascinantes de la vida es el poder maravillarnos y sorprendernos.
Todos tenemos en derredor llaves de oportunidad para abrir la cerradura que alguna vez dejamos aparecer en nuestra vida.
Ese encierro nos trajo dificultades que con el tiempo pudimos descifrarlas.
Pero hay opciones y están ahí, cerca y las veremos si nos sacamos la venda emocional.
Una de las llaves más importantes, es la de la vida, que sumado a la fe, no habrá puerta que no podamos abrir.
La llave del amor, para poder dar todo lo que tenemos por ofrecer y estar atentos a recibir todo ese poder que damos, porque regresará multiplicado.

La llave de la pasión, para recuperar lo que tenemos con nuestra pareja.
La llave de los sueños, en los que cada noche imaginamos uno y le vamos dando forma y sólo dejamos entrar a quien deseamos.
La llave de la felicidad, que es la que nos motivará a disfrutar en este hermoso camino que nos tocó vivir.
Y son muchísimas las llaves que se presentarán y tenemos que estar despiertos interiormente para darle el valor correspondiente.
Hemos aprendido algunas lecciones y la escuela seguirá abierta, mientras tengamos la sed de la sabiduría.
Oportunidad es mucho más que una palabra linda.
Es tener conciencia que tenemos algo más por lo que vivir, por lo que realizar en nuestra cotidianeidad.

Es creer que luego de haber atravesado momentos de oscuridad, hay una gran luz esperándonos para darle un mejor y mayor sentido a nuestra vida.
Es confirmar que lo que aprendimos, hoy podemos valorarlo de la manera correcta.
Es saber que hay más personas como nosotros esperando su oportunidad.
Y en esa gran lista, figura nuestro nombre y tan sólo abriendo el corazón, esa oportunidad puede abrirse paso y llegar al alma.
Aparecerán las oportunidades cuando sepamos valorar las llaves que nos regala la vida.
Abramos la oportunidad de ser mejores personas y de poder amar libremente.

Alcancemos las oportunidades que permitan perfeccionarnos y crecer espiritualmente.
La oportunidad de ser y de sentir, de ver y vivir.
La oportunidad de intentar y apostar, de jugar y soñar.
La oportunidad de salir y expresar, de confiar y compartir.
Y aprovechemos siempre la gran oportunidad de ser libres y mantener nuestra esencia.

MARIANO SANTORO

martes, 15 de abril de 2014

Imagina y haz realidad tu paz

Durante los sueños, vamos forjando ideas que luego podemos recordar y algunas, las vamos imaginando y dándole la forma deseada.
Le sumamos cositas, hacemos más aportes para acrecentar eso que es parte de nuestra imaginación y nos motiva a continuar ese viaje.
La maravilla de imaginar situaciones que luego, según nuestras ganas, fe, voluntad y amor, probablemente podamos hacerlas realidad.
Nos transporta y logramos hacer el viaje e ir sintiendo como nuestro cuerpo se va modificando y recibiendo una sensación especial.
Y el corazón siente paz y desde su núcleo, va recorriendo todo nuestro ser para alimentar lo que somos y lo que queremos llegar a ser.
Imagina y haz realidad tu paz.
Porque no es solamente un consejo o unas lindas palabras que juntas, dicen algo más.
Es posible y todo lo que sea posible, es bueno tenerlo en nuestra vida.
Lo que nos haga crecer, lo que nos permita ser mejores.
Y una luz muy fuerte, la misma que nació con nosotros y hoy, queremos aumentar su potencia, porque hay mucho por iluminar.
No hay mayor invento que los sentimientos puros que salen del alma y el corazón.
Visualizar lo que sentimos y expresarlos, darle un mayor sentido.
Y esa luz saldrá de nosotros, porque esa es su misión.
Recibiremos una sobredosis de energía cuando la liberemos, porque al dar, llega más de lo mismo, de lo bueno que somos capaces de ofrecer.
Y lo que nos rodea, es mucho más grande que un planeta, es el poder de la divinidad, que no tiene un lugar físico, pero a la vez, vive en nosotros.
Ocupa todos los espacios posibles, porque la posibilidad es la que le damos nosotros, la de abrirle las puertas del corazón.
Alojar ese poder sanador, nos libera y la luz crece, titila y brilla para llegar hacia todos los sitios y a todas las personas.
Imaginar un mundo mejor.
Hacer que nuestra vida sea mejor.
Realizar actividades que nos mejoren como personas.
Y sentir la inmensa paz que sólo nos la da el hecho de haber cumplido con nuestra tarea.
La de ser felices haciendo lo que amamos.
MARIANO SANTORO

lunes, 7 de abril de 2014

Mi bella compañera

Para vos, mi bella compañera:
De tan sólo pensarte, vienen a mi mente una gran cantidad de momentos.
Una inundación sana de pura energía.
Desde mi niñéz en que te conocí, me fuiste dando mucho amor, me acompañaste en esas noches que necesitaba hablar y al acercarte a mí, mi silencio aprendió a respetarte para que seas vos la que me enseñe.
Y me has sabido decir mucho y me esforcé por aprender el lenguaje, porque quería tenerte cerca.
Y me acerqué lo máximo posible, hasta que entraste en mis venas.
Ya habías ganado mi mente y siempre que estaba a mi alcance, me fui abriendo a vos y llegaste a mis emociones.
Mientras crecía, mi corazón te supo hacer un espacio que hoy mismo sigue siendo tuyo.

Te reservé muchísimos instantes, porque me has dado lo que nadie pudo.
Y recuerdo que también me has sacado lágrimas, de esas que duelen, de las que estaban aferradas a circunstancias de la vida y del crecimiento.
Y hubo amor y sigue siendo la misma fidelidad, porque no existe el tiempo cuando lo pasamos juntos, porque sos mi viaje de ida y viajamos y vamos a lugares que ni siquiera son físicos.
La imaginación que muy bien alimentaste, sigue necesitando de tu ayuda.
Sos incondicional y eso fue lo que me agradó, porque amo mi libertad y vos misma fuiste quien más me la supo dar.
Y también te agradezco que me hayas hecho conocer mucho de la vida.

Vos misma te fuiste abriendo hacia mí y logramos una hermosa complicidad.
Captaste a la perfección lo que necesitaba y sabías aparecer cuando más quería que me acompañes.
Estabas ahí y te fui valorando cada día; logré admirarte y hasta amarte.
Porque el amor ha sido tan inmenso entre nosotros que quise saber más de vos y vos, simplemente me lo dabas.
No hubo secretos, porque me contaste de tu vida mientras crecíamos y mi atención, era toda tuya, como lo sigue siendo.
Un mar de recuerdos, lleno de notas escritas desde el alma.
Donde haya ido, de alguna manera llegaste y te quedaste conmigo.
Recuerdos que se eternizaron.

Mi mayor alegría es saber que estás ahí y en mí.
Fantasías que ayudaste a crearlas.
Solitariamente, llenaste mis vacíos y me incentivaste a seguir.
Las veces que me sentía perdido, vos supiste encontrarme.
Siempre te tengo conmigo y eso es lo que me hace feliz.

MARIANO SANTORO

jueves, 3 de abril de 2014

Unidos por la razón del corazón

Él, había conocido tantos caminos que un día decidió parar y comenzar a disfrutar y el camino elegido, fue el de crecer y mirar hacia el cielo.
Sus raíces se han esparcido por toda la tierra y ha sabido dejar buenas huellas.
Semillas de amistad que supieron dar sus propios frutos.
La perdurabilidad de sus emociones lograron tener bien en claro lo que quería para su vida.
Y la sorpresa, cada tanto, se daba una vuelta para saludarlo.
Y él, contento, seguía expandiendo sus ramas para abrazar lo que la vida le brindaba.
Conoció la noche y ahí se encontró con sus eternas amigas, las estrellas.

Por otro lado y en la misma vida; estaba ella; que brillaba con los rayos del sol que la iluminaban y marcaba su hermosa figura.
Sus hojas crecían al igual que su belleza.
Había aprendido muchas cosas y al ver volar los pájaros, ella también sentía el poder de la libertad.
Cada amanecer se permitía nacer y alegrar a los que se acercaban a mirarla.
Y no había nada que le impidiera sentirse bien, pero a la vez, presentía que en la vida, había algo más y ella, estaba preparada.
Ella era dorada y conocía a la perfección todo lo hermoso de la naturaleza, ya que ella misma era parte.
Y sabía que al llegar la noche, una luna plateada quería conocerla.

La luna era la compañera del hombre.
El sol, acompañaba a la mujer.
Y la sabia naturaleza se comunicó con el destino y los dejó conocerse.
Se vieron, se asombraron, se alegraron y comenzaron a disfrutar de la presencia del otro.
Fueron uniendo sus vidas y con cada rama, se fueron abrazando y haciendo un hermoso árbol, que era la misma vida hecha amor.
Y fue el amor el que alejó los orgullos.
Y los deseos, se fundieron para hacerse uno solo.
Comenzaron a crecer y tanto la luna como el sol eran testigos de esa unión.
Y muchas veces uno quiere encontrarle la razón a lo que sucede; pero el sabio corazón es el que sabe la verdad.

Uno puede tener razón diciendo que quiere a alguien.
Pero el actor principal, el que ejerce ese sentimiento, es el corazón.

MARIANO SANTORO