Uno de los momentos fascinantes de la vida es el poder maravillarnos y sorprendernos.
Todos tenemos en derredor llaves de oportunidad para abrir la cerradura que alguna vez dejamos aparecer en nuestra vida.
Ese encierro nos trajo dificultades que con el tiempo pudimos descifrarlas.
Pero hay opciones y están ahí, cerca y las veremos si nos sacamos la venda emocional.
Una de las llaves más importantes, es la de la vida, que sumado a la fe, no habrá puerta que no podamos abrir.
La llave del amor, para poder dar todo lo que tenemos por ofrecer y estar atentos a recibir todo ese poder que damos, porque regresará multiplicado.
La llave de la pasión, para recuperar lo que tenemos con nuestra pareja.
La llave de los sueños, en los que cada noche imaginamos uno y le vamos dando forma y sólo dejamos entrar a quien deseamos.
La llave de la felicidad, que es la que nos motivará a disfrutar en este hermoso camino que nos tocó vivir.
Y son muchísimas las llaves que se presentarán y tenemos que estar despiertos interiormente para darle el valor correspondiente.
Hemos aprendido algunas lecciones y la escuela seguirá abierta, mientras tengamos la sed de la sabiduría.
Oportunidad es mucho más que una palabra linda.
Es tener conciencia que tenemos algo más por lo que vivir, por lo que realizar en nuestra cotidianeidad.
Es creer que luego de haber atravesado momentos de oscuridad, hay una gran luz esperándonos para darle un mejor y mayor sentido a nuestra vida.
Es confirmar que lo que aprendimos, hoy podemos valorarlo de la manera correcta.
Es saber que hay más personas como nosotros esperando su oportunidad.
Y en esa gran lista, figura nuestro nombre y tan sólo abriendo el corazón, esa oportunidad puede abrirse paso y llegar al alma.
Aparecerán las oportunidades cuando sepamos valorar las llaves que nos regala la vida.
Abramos la oportunidad de ser mejores personas y de poder amar libremente.
Alcancemos las oportunidades que permitan perfeccionarnos y crecer espiritualmente.
La oportunidad de ser y de sentir, de ver y vivir.
La oportunidad de intentar y apostar, de jugar y soñar.
La oportunidad de salir y expresar, de confiar y compartir.
Y aprovechemos siempre la gran oportunidad de ser libres y mantener nuestra esencia.
MARIANO SANTORO
Todos tenemos en derredor llaves de oportunidad para abrir la cerradura que alguna vez dejamos aparecer en nuestra vida.
Ese encierro nos trajo dificultades que con el tiempo pudimos descifrarlas.
Pero hay opciones y están ahí, cerca y las veremos si nos sacamos la venda emocional.
Una de las llaves más importantes, es la de la vida, que sumado a la fe, no habrá puerta que no podamos abrir.
La llave del amor, para poder dar todo lo que tenemos por ofrecer y estar atentos a recibir todo ese poder que damos, porque regresará multiplicado.
La llave de la pasión, para recuperar lo que tenemos con nuestra pareja.
La llave de los sueños, en los que cada noche imaginamos uno y le vamos dando forma y sólo dejamos entrar a quien deseamos.
La llave de la felicidad, que es la que nos motivará a disfrutar en este hermoso camino que nos tocó vivir.
Y son muchísimas las llaves que se presentarán y tenemos que estar despiertos interiormente para darle el valor correspondiente.
Hemos aprendido algunas lecciones y la escuela seguirá abierta, mientras tengamos la sed de la sabiduría.
Oportunidad es mucho más que una palabra linda.
Es tener conciencia que tenemos algo más por lo que vivir, por lo que realizar en nuestra cotidianeidad.
Es creer que luego de haber atravesado momentos de oscuridad, hay una gran luz esperándonos para darle un mejor y mayor sentido a nuestra vida.
Es confirmar que lo que aprendimos, hoy podemos valorarlo de la manera correcta.
Es saber que hay más personas como nosotros esperando su oportunidad.
Y en esa gran lista, figura nuestro nombre y tan sólo abriendo el corazón, esa oportunidad puede abrirse paso y llegar al alma.
Aparecerán las oportunidades cuando sepamos valorar las llaves que nos regala la vida.
Abramos la oportunidad de ser mejores personas y de poder amar libremente.
Alcancemos las oportunidades que permitan perfeccionarnos y crecer espiritualmente.
La oportunidad de ser y de sentir, de ver y vivir.
La oportunidad de intentar y apostar, de jugar y soñar.
La oportunidad de salir y expresar, de confiar y compartir.
Y aprovechemos siempre la gran oportunidad de ser libres y mantener nuestra esencia.
MARIANO SANTORO