sábado, 30 de enero de 2010

Algo que nos guíe

Y alguna vez nuestro rostro se llenó de lágrimas y nos tapaba la visión.
Alguna vez, comenzamos a bajar la mirada ya que lo que veíamos nos hacía mucho daño.
Continuamos con la cabeza hacia abajo y tratamos de seguir nuestro camino. Ese que se fue complicando a cada paso que dábamos y se hacía difícil seguir.
Sentimos que los pies pesaban una barbaridad. En cada uno llevábamos varias mochilas, mucho peso que se nos fue pegando y nos costó sacarnos y decidimos seguir, porque esa es la solución; seguir, aunque nos cueste.
De a poco, tendremos que ir levantando la vista. Debemos mirar porque al mirar nos damos cuenta de lo que tenemos delante.
No hay un camino fácil, no hay nada que sea simple y eso no tiene que ser impedimento. Eso mismo nos tiene que dar el motivo valedero a continuar.
A lo lejos o a la distancia que vos mismo le quieras dar y que vos mismo te permitas ver, tendrás tu propio faro, tu propia luz.
Todos necesitamos algo que nos guíe. Esa luz que brille a cada paso que demos y que no solo ilumine cada baldosa, sino que nos permita no caer en algún pozo. La calle no está perfecta y no hablo solo del estado de la misma, sino de lo peligrosa. Al igual que la vida, tener cuidado y protegernos de todo.
Hay mucho más si tan solo te permitís ver que hay una luz al final y ese final, tan solo es el principio de algo hermoso; de un nuevo comienzo.
Y estoy seguro que tenés deseos de saber de qué se trata.
Andá a ver. Una hermosa luz te hará camino hasta llegar.
MARIANO SANTORO

martes, 26 de enero de 2010

No dejemos de soñar

Mientras exista la noche, debemos permitirnos soñar.
Mientras haya un nuevo amanecer, debemos estar fortalecidos para enfrentar todo lo que nos tiene preparado el día.
Mientras nuestro corazón siga latiendo, seguiremos pensando que podemos amar a alguien y ese corazón se sentirá mimado, si es que es correspondido.
Al soñar, liberamos fantasías y creemos poder cumplirlas. Rebobinamos lo que nos pasó y vamos seleccionando lo mejor con enormes deseos de volver a repetirlo y no en un sueño, sino en la vida real.
Todo lo que pensamos y nuestro cerebro procesa son deseos acumulados y al llegar esa noche, que quizás se hizo extremadamente larga la jornada o varias, ya que no siempre podemos tener el merecido descanso, ya que el ritmo tan veloz nos dio vuelta todos los sentidos; pero en algún momento llega y vemos al sitio en cuestión, o sea la cama, como un gran trofeo. Ese premio que es relajarnos.
Cerrar cada pensamiento negativo y solo dejar fluir lo mejor.
Pensar y soñar. Porque en nuestro destino hay mucho si es que lo deseamos de corazón y le ponemos el alma.
Todo se cumple y los tiempos humanos son muy diferentes, pero amando lo que queremos, llega, siempre llega.
No estamos destinados a sufrir, solo que pasamos por pruebas y muchas veces son una cantidad enorme y no sabemos muy bien cómo superarlas. La fe ayuda. Seguir soñando también. Las amistades y la familia.
Y por supuesto, nosotros y todo lo positivo que venimos sumando desde nuestra infancia.
Dejate caer a la cama, cuando verdaderamente estés cansado; cansado de tanto malo y solo permitite soñar.
Hay mensajes que recibiremos y nos dará la fuerza para un nuevo día.
MARIANO SANTORO

viernes, 22 de enero de 2010

Superando el dolor interno

Queremos que todo se haga ya mismo. Ya perdimos demasiado tiempo y no queremos seguir perdiéndolo.
No es tarea fácil conocer a alguien y cada vez que lo hacemos, nos apuramos a contar lo mejor de nosotros, incluso se filtran momentos malos que hemos pasado; como para que sepan que a nosotros también nos pasan cosas malas y somos humanos.
Compartimos horas, tanto sea por chat, por teléfono o en persona.
Damos todo. Y no siempre recibimos lo que queremos.
Lo que tanto nos ilusionó se va descolorando.
Vemos que esas coincidencias no lo son tanto.
Las diferencias ya nos separar y sentimos que es el momento de volver a empezar.
No es fácil superar ese dolor interno.
Sabemos que dimos el 100% y fuimos sinceros.
Que nuestro corazón se encargó de latir de la manera adecuada y dar evidencias que realmente queríamos algo estable.
Pero no hay estabilidad cuando no estamos bien parados.
Si llegamos a la conclusión de querer estar con alguien, es que nuestro suelo aún puede soportar a alguien más.
Que deseamos caminar por caminos del amor. Sí, esos caminos que hasta hoy solo vimos en películas y en algunas novelas.
Es bueno poder soñar e imaginar que podemos trasladar esa ficción a lo real.
Porque nosotros somos reales.
Nuestra soledad es real.
Las lágrimas que alguna vez se dejan escapar y llenan nuestro rostro o la almohada, también son reales.
Y otra vez el choque. Ese corazón que estaba por explotar, ya ha salido de nuestro cuerpo y no es de felicidad, sino que ha salido herido y ventilarlo, es lo que sale natural.
Mostrar que estamos mal. Eso nos hace sensibles y querer ser felices alguna vez.
Solo queda esperar hasta recobrar las fuerzas y salir a encontrarse a la persona que está en algún lado para nosotros.
El tiempo puede ser mucho, pero estancarnos no es la solución.
MARIANO SANTORO

martes, 19 de enero de 2010

Separarse de uno mismo

Desde que somos chicos, nos preguntan qué nos gustaría ser cuando seamos grandes.
Y cuando vemos pasar los años, vamos sumando nuevos desafíos y a la vez nos vamos encerrando en gustos.
Lo de encerrar viene a que según nuestra personalidad, vamos deseando más y más y queremos que a todos les guste las mismas cosas.
Creemos que así, de esa manera, lograremos conseguir a nuestra pareja ideal, ya que pedimos y buscamos que comparta TODO lo mismo que nosotros.
Y es muy difícil encontrar alguien así, por eso nos pasamos mucho tiempo en la búsqueda del tesoro, cuando en verdad el tesoro ya lo dejamos pasar.
No es cuestión de tener gustos similares, sino de que se pueda llegar a compartir y entre ambos, aprender y crecer juntos.
Vamos creciendo y cada día nos encerramos más y más. Ya acumulamos una enorme cantidad de prejuicios y cosas mínimamente pequeñas que creemos que son necesarias para estar con alguien.
Mientras exista el amor, la pasión, la piel y las ganas de verse; ya tienen mucho ganado y de ahí en más habrá que ir conociéndose más y más y abrirse un poco.
Nada nos ha sido fácil y cada uno con su personalidad y estilo de vida, ha llegado a ganarse una especie de profesionalismo y ser experto en lo que uno sabe, pero al respetar al otro y sus costumbres y rituales, ganamos mucho más, ya que eso es compartir y dejar vivir.
Los prejuicios de cultura son inmensos y los gustos, que según dicen, no hay nada escrito, pero hay demasiado hablado.
Acaso teniendo los mismos y exactos gustos se logra la felicidad?
No sería una especie de extensión de nosotros mismos?
No es algo como querer vivir tan solo con nosotros mismos, en otro cuerpo?
Debemos comenzar con la tarea de separarnos de nosotros; de dejar salir únicamente lo positivo y estar dispuestos a recibir lo que deseen darnos.
Separemos lo mejor para que todos nos vean. Demostremos que tenemos buenos sentimientos, buenos deseos para con nosotros y para con quien desee compartir algo con nosotros.
Hay mucho bueno que supimos conseguir y no debemos ser avaros y guardarnos todo eso.
Al compartir, desde nuestra sabiduría o nuestra humildad, tenemos un excelente camino por delante.
Y en algún momento alguien querrá seguirnos y estar a nuestro lado.
Saquemos lo mejor y ventilemos cada valor para renovar energías.
Mostremos que somos seres humanos y que se puede confiar en nosotros.
La dureza, nos lleva a más dureza y encierro.
Salí de vos y te vas a encontrar con vos mismo; con la persona más real que pueda existir.
MARIANO SANTORO

martes, 12 de enero de 2010

La magia del amor

El amor es algo imperceptible. Pero sabemos que está.
No a todos les llega en la vida pero el intentar encontrarlo, puede llegar a ser una aventura fantástica.
En el amor, encontramos situaciones y momentos que ninguna otra cosa nos la puede dar.
Cuando hay 2 personas o algo que los una, ahí hay amor. Como en este anillo que con un juego de luces se transforma en un corazón.
Siempre he dicho que un anillo representa mucho más que algo material. Es una unión. Algo que hace que tengamos ganas y deseos de estar y compartir con alguien.
La vida de uno en particular, puede ser agradable o difícil, quizás muy dura; pero entre 2 se puede lograr muchísimo.
Cuando dejamos el orgullo y nos damos a conocer y mostramos lo mejor de nosotros y que alguien se interese, eso es maravilloso.
Dar sin querer esperar; pero el amor hace que recibamos mucho y quizás demasiado, de tanto que no estábamos preparado.
"Cuando 2 están enamorados les saltará el estómago cuando el otro se acerque".
Muchos se preguntan si estuviste enamorado/a alguna vez. Y siento que la respuesta es positiva si fuiste recíproco, si esa persona también sintió lo mismo por vos.
Uno solo puede llegar a sentir algo por alguien, pero de ahí a que sea AMOR o enamorarse, es raro. Se logra la plenitud si ambos tienen eso en común.
A uno le puede llegar a gustar alguien y su manera de ser y al seguir conociendo más y más mientras se lo permitan, puede sentir algo y si la otra persona se siente bien, se entrega y sigue dando y ahí es donde se vuelve un ida y vuelta. Ambos dan lo mejor de sí en pos de algo juntos.
Yo me he acostumbrado a situaciones, he sentido un enorme cariño por algunas personas.
He llegado a somatizar muchas cosas. He tenido dolores y no he dormido. He padecido síntomas feísimos y sufrí mucho tiempo. He esperado llamados, mensajes, algo; una mínima señal. He querido dar todo de mí y lo he hecho. Di mucho más de lo que me daban.
Y todo esto no es amor, porque el amor no hace mal. El amor es hermoso y jamás puede darnos algo negativo. Y en caso que algo o una circunstancia lleguen a hacer que mínimamente sintamos algo así, se supera rápido, ya que la otra persona se da cuenta y siente lo mismo.
El amor es de a 2 y se hace entre 2.
El amor está muy bien escondido y el querer ser correspondido es un hermoso juego, pero amar no es un juego.
Busquemos a esa persona y digámosle que estamos preparados a amar y ser amados.
Ojalá te llegue pronto. Te hará mucho bien.
MARIANO SANTORO

miércoles, 6 de enero de 2010

La posibilidad de ver

Todos los que cada día luchamos por algo mejor, tenemos una especie de visión especial.
La visión de la fe. De que se puede estar mejor.
Día a día nos enfrentamos con situaciones que no estamos preparados y que nuestro cuerpo e incluso nuestra cabeza, no sabe cómo manejar. Nos descolocan. Nos sacan de toda lógica.
Pero hay que tratar de apartar lo negativo ya que esa energía, nos transforma en seres que no queremos ser.
Más allá de un clima, tenemos por delante una cantidad enorme de cosas que nos pueden enriquecer el alma.
Ver crecer a algún niño y más si es propio.
Ver a los animales como juegan y pasean y se divierten.
Ver y conocer gente nueva en la cual pasamos hermosos momentos y compartimos mucho más que gustos y pensamientos afines.
Darnos cuenta que en trabajo nos valoran.
Ver a nuestros padres alegres y saber que podemos confiar en ellos.
Ver y saber que nuestros amigos han logrado lo que tanto anhelaban.
Hay mucho por delante si nos permitimos y nos damos la oportunidad de ver.
Tenemos los colores para diferenciar lo que nos agrada y lo que debemos sacar de nuestra vida.
Tenemos tanto por delante que a veces no se entiende porqué nos sentimos mal.
Es lógico, hay sueños que no se cumplen.
Hay proyectos que quedan estancados.
Hay amores que no llegan a concretarse.
Pero eso no puede impedirnos ser felices.
Siempre hay más si le ponemos ganas.
Siempre habrá más si vamos con ganas de apostar todo y dar lo mejor de nosotros.
Ver con los ojos, lo que nuestro corazón desea ver.
Mirar dentro de las personas lo buenas que son.
Darle la espalda a lo que nos enceguece. A lo que nos nubla la vista.
Desviar la mirada cuando vemos tanta injusticia y así no llenarnos de rencor.
Siempre habrá momentos que nos afecten, todos los días pasan desgracias y está en nosotros tener la sabiduría de sobrellevar esas mochilas y esos golpes que la vida se encarga de probarnos cada día.
Miremos, ya que tenemos visión.
Y te aseguro que cuando nos ponemos a disfrutar y nos olvidamos por un rato de lo mucho que sufrimos, sentiremos un gran alivio y una enorme sonrisa se instalará en nuestro rostro y una hermosa sensación de relajación, nos hará bien. Tanto bien, que desearemos estar con gente a cual contagiar esa energía tan linda. La de ser felices.
MARIANO SANTORO

viernes, 1 de enero de 2010

Abriendo las esperanzas

Abrir es empezar.
Esperanza es creer que podemos lograrlo.
Luego de tantos momentos malos donde juntamos mucha basura y nuestro corazón se ha golpeado, es necesaria la operación limpieza.
Salir, dejar salir lo bueno y puro que aún guardamos nos hará sentirnos felices.
De alguna manera supimos proteger lo que más amamos y debemos dar, sin esperar recibir, aunque sería lo ideal, pero dando lo mejor en algún momento tendremos la recompensa.
Esperar a obtener lo que venimos buscando hace tiempo nos pone ansiosos y ese nivel nos confunde.
Todo lo que queremos lo queremos ya y no hay delivery de amor ni de cariño, para todo hay un tiempo y el nuestro, está empezando, ya que al creer, abrimos las puertas y decimos que estamos preparados a ser felices.
Hay ganas de estar bien y de a poco te darás cuenta que se va armando el rompecabezas que tantos años te ha preocupado en poder cerrar. Abrir el alma, para cerrar esa meta tan anhelada.
Fe y alegría en nuestro ser, en nuestro cuerpo y dar mucho cariño.
Hay mucho más lenguaje en un largo abrazo y darlo con toda la fuerza que podamos, que en las palabras que lleguemos a decir.
Todo complementa, todo es bueno si sale del corazón.
Busquemos dentro de nosotros y entre tanto mal, hallaremos eso que el resto de nuestras amistades y amores, está listo a recibir.
Demos amor, besos, mimos y habrá gente dispuesta a alegrarse con lo que salga de nosotros.
El amor se hace entre 2 y se vive y disfruta mucho más cuando todo sale sin pensar, sin la lógica o la razón.
No tiene que haber razón al entregarnos, solo tiene que haber pasión.
Buen comienzo y mejor futuro.
MARIANO SANTORO