martes, 26 de enero de 2010

No dejemos de soñar

Mientras exista la noche, debemos permitirnos soñar.
Mientras haya un nuevo amanecer, debemos estar fortalecidos para enfrentar todo lo que nos tiene preparado el día.
Mientras nuestro corazón siga latiendo, seguiremos pensando que podemos amar a alguien y ese corazón se sentirá mimado, si es que es correspondido.
Al soñar, liberamos fantasías y creemos poder cumplirlas. Rebobinamos lo que nos pasó y vamos seleccionando lo mejor con enormes deseos de volver a repetirlo y no en un sueño, sino en la vida real.
Todo lo que pensamos y nuestro cerebro procesa son deseos acumulados y al llegar esa noche, que quizás se hizo extremadamente larga la jornada o varias, ya que no siempre podemos tener el merecido descanso, ya que el ritmo tan veloz nos dio vuelta todos los sentidos; pero en algún momento llega y vemos al sitio en cuestión, o sea la cama, como un gran trofeo. Ese premio que es relajarnos.
Cerrar cada pensamiento negativo y solo dejar fluir lo mejor.
Pensar y soñar. Porque en nuestro destino hay mucho si es que lo deseamos de corazón y le ponemos el alma.
Todo se cumple y los tiempos humanos son muy diferentes, pero amando lo que queremos, llega, siempre llega.
No estamos destinados a sufrir, solo que pasamos por pruebas y muchas veces son una cantidad enorme y no sabemos muy bien cómo superarlas. La fe ayuda. Seguir soñando también. Las amistades y la familia.
Y por supuesto, nosotros y todo lo positivo que venimos sumando desde nuestra infancia.
Dejate caer a la cama, cuando verdaderamente estés cansado; cansado de tanto malo y solo permitite soñar.
Hay mensajes que recibiremos y nos dará la fuerza para un nuevo día.
MARIANO SANTORO