sábado, 29 de abril de 2017

Conocer tu ser

Las personas que suelen perderse y tener fe, son las que mejor disfrutan el nuevo camino que les llega.
Toda ese misterio que se va descubriendo a la vez que ellos se conocen a sí mismos.
Lo mágico del destino que abre espacios donde uno mismo necesita expandirse.
Crecimiento espiritual para ser mejores personas.
Y la naturaleza se hace presente y saluda como buena amiga.
La confianza se establece y todo surge naturalmente.
Las oportunidades nacen desde la ventana del alma y el sol nos ilumina dándonos el mensaje de que siempre estará para abrigarnos.
Brillos dorados nos abrazan con todo su inmenso poder.
Y lo que alguna vez fue o lo intentó, deja paso a su nueva vida.
La bella mariposa de todos los sentidos emocionales, cambia colores y mejora estados.
Todo lo que nos rodea se transforma y se arma un cuadro de vida, en el que los protagonistas somos nosotros.
Eternizar instantes en un paño blanco de pureza para dejar testimonios de felicidad.
Texturas que envuelven cariñosamente para darnos calor interno.
Y el placer llega de la mano del amor hecho mujer para deleitar la nueva visión.
Miradas que supieron cruzarse mientras el azar hacía sus movimientos.
Mientras el reloj giraba sus pasos adelantándonos hacia el futuro anhelado, todo nuestro cuerpo sentía los mimos del presente.
La importancia de la esencia en cada una de sus vivencias.
El magnífico aprendizaje que se genera al permitirnos conocer al otro.
Y en esa empática conexión, ayudar a conocer nuestro propio ser, a través del reflejo de la divinidad.
MARIANO SANTORO

viernes, 28 de abril de 2017

A través

Cruzando destinos, mirando horizontes varios, uno ha tomado diferentes caminos.
Dejando en el trayecto valijas llenas de anécdotas y algunos recuerdos que aún tienen su efecto.
Al paso que uno eligió para continuar, se ha dejado partes importantes de uno.
El tiempo vino de la mano de la madurez.
Y el viejo aprendizaje es saber cómo salir aireado de las complicadas situaciones.
La experiencia supo dejar huellas y partes de esos rastros quedaron por calles de varios lugares.
El mar también dejó momentos de energía.
Y siempre se ha dicho que debemos caminar con poco peso y uno, trata de hacerle caso.
No es una tarea fácil soltar lo que aún sigue a modo de cuota pendiente.
Las cuentas se deben pagar y las promesas, deberían ser de la misma manera.
Lo que se deja colgado, en un momento, llega a molestar.
Y eso también llega a la sabiduría cuando uno ha sufrido golpes ocasionales.
Mimos frágiles que se transforman en dolor con el paso de los relojes.
Y durante el viaje, uno ha aprendido a dejar cartas con destinatarias en las que el afecto se hizo cotidiano.
Letras calladas durante temporadas que tomaron valor y se animaron a juntar entre sí.
Palabras con fuerza, aunque faltantes del peso del amor verdadero.
Maneras distintas de ver la vida y de comprender sus propios secretos.
Y el corazón, sólo ha sabido ser un espectador que alimentaba su fe a través.
Atravesando instancias e instantes, memorias y momentos, cariño y también, algo de soledad adulta.
MARIANO SANTORO

jueves, 20 de abril de 2017

Comienza a volar

Comenzando con uno de los mayores milagros que existen, que es el nacer, empezaste a dar tus primeros pasos.
Los que te han llevado a tropezarte varias veces y siempre, lo tomabas con buen humor.
La risa es sanadora y en cada caída, sabías que el acto siguiente era levantarte.
Luego llegó el colegio, pero bien sabías que la verdadera escuela era la vida.
Y te animaste a vivirla; lograste ver lo que otros no prestaban atención.
Descubriste secretos y pudiste descubrir lo que había en vos.
Ese inmenso potencial que te hacía ser un ser muy especial.
Y en tu inocente adolescencia eterna, creciste en muchos niveles.
Las profesiones se adaptaban a lo que habías aprendido.
La gente que te rodeaba podía ver en vos algo maravilloso.
Y alguna vez habías escuchado sobre el amor y quisiste conocerlo.
Pero no es ni será algo que se busque y no hay lugares físicos en los que se encuentre.
El verdadero amor, trasciende lo físico y se disfruta en lo espiritual.
Y caminaste hasta cansarte de hallar calles que no sabías que existían.
Los peligros no sólo se ven en la oscuridad, sino que cada día también tiene su ausencia de luz.
Y ahí fue que viste que en tu propio cuerpo, brillaba una luz que daba mensajes divinos.
Caminar sin rumbo fijo, no conduce a ningún destino.
Y aunque uno elija el horizonte deseado, es Dios el que nos guía siendo nuestro GPS personal.
Miraste hacia tu interior y esa vocecita te dijo: Comienza a volar.
MARIANO SANTORO

miércoles, 19 de abril de 2017

Amor en vos

Tantas veces te he observado sin que te dieras cuenta.
Vi tu caminar, tus pasos simples, pero directos.
Vi tu manera de accionar, de hacer lo que te gusta.
Te he visto en alguna situación no agradable y quise acercarme.
No es fácil llegar a vos; el dolor ha sabido dejar huellas que aún no cerraron.
Dentro de tu reinado, has hecho mucho en lo profesional y lo personal siempre quedaba a un lado.
Como archivos apilados por ocupaciones externas.
Y sé que has soñado con ser como un libro abierto, en el que las historias fantásticas son las que te permitía soñar que eras la protagonista.
Y la vida no es una novela, pero sí, que nos toca vivir diferentes capítulos; algunos, con mayor intensidad.
Hace mucho tiempo, logré ver tu bella sonrisa, la que contagiaba, la que uno podía admirar y de a poco, fue perdiendo tonalidad.
Los colores se fueron apagando, casi como tus ilusiones.
Y creíste que cerrarte, era la solución a los problemas que vos misma creabas.
Hoy ya creciste y aprendiste a mirar la vida desde otro lugar.
Tu voz interior había comenzado a susurrarte secretos y detalles de cómo transitar la vida.
Y tus caprichos siempre han sido bastante poderosos como para obedecer voces, aunque las mismas fueran internas.
Y no sólo has perdido oportunidades, sino que también te has perdido del camino que alguna vez elegiste como destino.
Desde el más profundo vacío, siempre ha querido salir la más poderosa luz que te dejaría renacer.
Y un mar de lágrimas te llenaron de humildad y pudiste arrancar la venda que no te dejaba ver.
Y hoy, yo soy fiel testigo que lo más importante, es el amor en vos.
MARIANO SANTORO

viernes, 7 de abril de 2017

Comenzar

Comenzar; abrir los párpados y animarnos a observar.
Comenzar a ir sintiendo todo lo que vemos y cómo lo percibe nuestro cuerpo.
Cada órgano y cada parte de lo que somos, imaginando lo que deseamos ser.
Abrirnos hasta extender lo mejor de nuestra esencia.
Expandir el amor poderoso que vive en nuestro interior y elevarnos.
Permitirnos crecer hasta donde la naturaleza quiera.
A nuestro alrededor, sólo quedará lo que nos abrace con sanidad.
Lo demás, sólo se desvanecerá.
Continuar abriendo la mente, dejando atrás lo que nos ocultaba de lo bello.
La hermosa y poderosa luz que brilla y nos guía, sabe que hemos comprendido el mensaje.
Amigarnos con lo que tiene sentido y darle a nuestros sentidos una nueva mirada.
Ver lo que tanto tiempo nos negamos.
Descubrir la inmensidad de nuestro niño interior.
Jugar hasta que nos demos cuenta de que siempre deberíamos haber jugado y tomar cada desafío como parte del juego de la vida.
Renacer y multiplicar todo lo bueno, porque queremos que otros sepan que también vamos en el mismo camino.
Juntarnos y jugarnos por un sueño; ver lo que sale y seguir creyendo que todo tiene un motivo.
Comenzar luego de un final, comenzar después de cerrar una parte de la historia.
Y comenzar a escribir la historia que perdurará a través de los siglos.
Un abrazo desnudo del alma que se conecta con cada ser y llega al núcleo del amor que todo lo cura.
MARIANO SANTORO

lunes, 3 de abril de 2017

Sentir tu alma

Ambos nos hemos perdido demasiadas veces hasta que logramos encontrarnos.
Sabíamos que nos estábamos esperando en algún lugar del universo.
Tierras lejanas y barrios conocidos fue lo que hemos recorrido.
Pero el reencuentro fue en nuestro interior.
Nos miramos tanto durante la primera conexión, que el cerebro bien supo guardar los recuerdos.
Hemos protegido todo lo bueno y eso nos ha motivado a continuar camino.
Y la naturaleza nos hablaba, muchos han sido susurros descuidados.
Y cuando nos pensábamos, lo negativo se desvanecía.
El aire que respirábamos, se encargaba de abrirnos paso hasta volver a encontrarnos.
Todo ese inmenso pasado que nos tocó soñar en lo más profundo de nuestra imaginación, se materializó ante la llamada del amor.
Ese llamada dejó sus huellas más profundas y en esa misma profundidad del ser, sentimos la presencia.
La ausencia física no impidió sentir tu alma.
Nos observamos con el alma y descubrimos que lo que nos rodeaba, tan sólo era escenografía.
El ambiente cambiaba a medida que crecíamos.
Y en ese crecer natural, como un árbol que sabe dejar sus buenas raíces mientras se acerca a su propio cielo.
Y nosotros somos parte de ese cielo lleno de estrellas que escriben lo que sentimos.
Un código especial y espiritual que sólo nosotros entendemos.
Y nuestras ramas en forma de brazos, se unían con la esperanza de eternizar cada instante.
El tiempo es el que se encarga de permitirnos reencontrarnos y el alma, nos confirma que vivimos uno dentro del otro.
MARIANO SANTORO

domingo, 2 de abril de 2017

Bienvenida

Percibía que el comienzo de mes, traería consigo algunas sorpresas!
Salir a hacer unos trámites que son parte de nuevos instrumentos comunicacionales que llegan a través del universo y regresar a casa para encontrar algo inesperado.
Una hermosa vida que venía del cambio más perfecto que tiene la naturaleza, me estaba esperando.
Muchos mensajes no dichos con palabras, tenía para darme.
Y le di la bienvenida, porque era algo nuevo en un mes naciente y con aromas de cambio especial.
Una mariposa posada sobre la cortina que se dejaba ver.
Un desfile exclusivo en el que sus tímidas alas, me confirmaban sus ganas de quedarse.
Y así fue; se quedó un rato haciéndome compañía.
No era soledad, sino que llegaba para acompañar.
Una charla silenciosa en la que permitía seguir creyendo en lo que uno hace.
Los motivos y planes del destino, llegarán cuando el proceso termine de completar su ciclo.
Ciclos que son parte del tiempo y no se trata de clima, sino de algo interno.
Ella gestualizaba y cruzamos miradas sonriendo en el alma.
La vida tiene sus propios secretos y junto a la naturaleza, nos hablan a cada instante.
Llegar a comprender los mensajes cubiertos, son la misión ideal para descubrir lo que las circunstancias nos tapaban.
Pasaban las horas y no dejaba de sorprenderme por mi nueva amiga.
No sé si regresará en otro momento, pero estoy seguro que ya se quedará en mis pensamientos y recuerdos.
La presencia física es entretenida, pero nada supera el mensaje espiritual y todo lo que deja con tan sólo una aparente visita.
La bienvenida a este bello ser se naturalizó y eternizó; al igual que este mes que dirá mucho, quizás sin palabras, pero seguro que se hará escuchar y el corazón sabrá oír los sabios mensajes.
MARIANO SANTORO