lunes, 31 de mayo de 2010

Mostrando mis colores internos

En algún momento de mi vida me puse a escuchar.
Hoy sé muy bien que es tiempo de hablar.
Oí muchísimas historias y fui un buen espectador de todo lo que le pasaba a la gente que me rodeaba.
Sus malestares, sus sueños quebrados, sus separaciones.
Conocí la bronca y el odio y los usé en algunas oportunidades.
Conocí el sabor de disfrutar y a la vez pensar en un futuro.
Conocí la oscuridad, por eso hoy quiero mostrar mis colores.
No todo me ha sido regalado.
Cada día rindo examen y quiero aprobar con buena calificación.
Una nota para zafar, ya no me conforma.
El progreso es necesario.
El abrirme y dejar salir los sentimientos y mostrar mi humanidad, mi simpleza, mis necesidades, anhelos, planes y metas; es lo que quiero hacer.
Le di un buen uso a mi vista y ví cosas que no quiero para mi vida.
Las lágrimas que he acumulado, solo serán usadas en alguna ocasión especial.
El perdón y las gracias los he hecho parte de mi vida.
Tengo mucho de romanticismo, de emocional, de sensibilidad.
Y a la vez de soberbia, de orgullo y ego.
Tengo de todo, porque soy una de las personas que cree que todo es necesario en algún momento de nuestra vida.
Es como tener las cartas correctas para poder jugar en el momento preciso y salir bien parado.
Estoy conociendo una gran gama de colores nuevos o que aún no conocía.
Una variedad que me permiten poder pintar mejor mi vida.
Vivir nuevas experiencias en las cuales me siento cómodo.
Y me alegro de haber aprendido a ponerme en diferentes situaciones, ya que hoy, no me siento ajeno y me adapto muy bien.
Hay algo en mí que desea salir y mostrarse y no creo que signifique exhibirme, sino que manifiesto una alegría que no mucha gente me ha visto.
En mi vida privada, que luché por no hacerla pública, salvo a la gente que me interesa, supe tener muchas cosas y hoy, me gusta lo que tengo.
Me siento contento y en el día a día sigo aprendiendo cosas y esa mezcla de maestro-alumno me satisface.
Mientras pueda seguir iluminando a mucha gente con mis colores, lo haré y podré compartir el brillo de ser feliz.
MARIANO SANTORO

jueves, 27 de mayo de 2010

Ejerciendo la propia soledad

Una de las tareas más difíciles que tiene el ser humano es afrontar la soledad.
Transitar por la vida luchando cada día sin tener una compañía para poder compartir momentos y poder contar lo que a uno le pasa.
Por momentos nos encontramos al igual que en un desierto; sin nada ni nadie a la vista.
Los espejismos son las ilusiones que vamos creando al igual que cuando conocemos a alguien y nos sentimos defraudados ya que no son ni vemos lo que anhelábamos, ni siquiera lo que esa otra persona tenía deseos de encontrar.
Hay que ponernos en ambos lugares a la vez y así valoraremos mucho más cuando estemos dispuestos a jugarnos por alguien.
No sirve de nada tener un solo punto de vista.
Cada huella, cada rastro que dejamos en ese camino que parece arenoso y que sentimos hundirnos, son momentos vividos y muchos, nos dejaron una marca, al igual que la que se ve en la foto, o sea, profundas.
Algo dejaron en nosotros y sabemos que queremos volver a pisarlas, no volver a caer en lo que nos hizo mal.
No mirar atrás se nos hace duro, cada tanto se nos va la vista y los recuerdos nos afectan.
Lo que debemos hacer es seguir, tener un destino y un horizonte a la vista y dirigirnos hacia ese lugar.
La soledad es difícil y está en nosotros transformarla o tenerla a nuestro alcance, pero sin dejarla que reine.
Amigarnos, saber que es necesario tener momentos de soledad para hacer ese viaje interior y así, saber cómo seguir.
Los balances son imprescindibles.
Hay que seguir y está en cada uno, encontrar el mejor camino para continuar.
MARIANO SANTORO

domingo, 23 de mayo de 2010

Un camino de preguntas

Las dudas y preguntas que nos invaden cada día, crecen a medida que nos vamos jugando más y más por alguien o algo.
Todos nos fuimos acostumbrando a situaciones y en muchas de ellas, esas que no queremos recordar pero nos siguen, no la pasamos bien.
El cerebro nos sigue contaminando el corazón.
Mientras no usemos lo que nos dicte el corazón, estaremos mal.
La mente nos dará señales sobre qué hacer o no.
Nos puede repetir la cantidad de veces que hemos dicho que NO a situaciones, por prejuicios infantiles, por caprichos, etc.
Las dudas nos hacen frenar en muchas cosas, son como un semáforo y así, no se avanza.
El prevenir está muy bien, pero si nos protegemos de todo lo que nos pasa, no nos permitimos disfrutar y ahí, es un camino hacia atrás.
El avanzar, está en nosotros si es que queremos triunfar o tratar de ser feliz.
Nada puede ser imposible si no lo probamos.
Está en nosotros el cambio.
Cambiar y modificar algunas costumbres en pos de ser feliz y más si lo que deseamos es compartir muchos hermosos momentos con alguien.
Dudar no es malo, al contrario, es como que algo dentro de nosotros nos puede prevenir de algo que nos puede hacer mal, nos puede dañar y está muy bien que suceda.
Pero debemos frenar, parar un poco y ponernos a ver los pro y contras que nos puede dejar lo que estemos por hacer.
De a poco, cada duda, cada pregunta, cada misterio, se responderá solo y en caso que así no pase, tenés la opción de compartir tu duda y preguntar.
Alguna amistad estará dispuesta a ayudarte.
Entre 2 se logra mucho y si hay cariño de por medio, mejor.
Si en tu ser, hay muchas preguntas, es porque algo en vos quiere tener las respuestas a todo.
El querer saber es algo natural, es querer saber cómo actuar en cada momento que nos toque.
En cada amanecer, hay una nueva pregunta dispuesta a ser respondida.
Y cuando no la encuentres, porque ya recorriste todas las alternativas, buscá dentro tuyo.
Y te estará esperando!
MARIANO SANTORO

miércoles, 19 de mayo de 2010

La pieza que falta

Tanto vagar, tanto soñar, tanto sufrir, te llevan a alguna parte, aunque no siempre es la elegida por uno.
Pasar por diferentes niveles y obstáculos que te golpean bien duro y creés que no tenés la fuerza suficiente para superarlo, pero todo tiene un tiempo, todo tiene un vencimiento.
Y un día llega.
Un día te das cuenta que mucha gente te ha visto crecer, te ha visto cómo te moviste en la vida y que a alguien le llamaste la atención.
Un día llega una oportunidad y te sorprendés. No estabas preparado a sentir, a pensar que se podía volver a soñar.
Y llega una pieza a tu vida. Quizás la que realmente faltaba y te hará completar muchas cosas pendientes.
Esa pieza te llena, te complementa, te deja huellas y esas huellas son marcas de amor.
Te empezás a sentir que te piensan e incluso que te quieren.
La sonrisa ya es parte de tu vida, de tu rostro.
La sonrisa ha vuelto luego de un largo exilio en lugares que no querés recordar.
El despertar se te hace más agradable, ya que alguien piensa en vos. Y en vos hay un movimiento como de mariposas; eso por lo que dicen que está comenzando un amor.
Hay muchas palabras que pueden sonar fuertes, pero cuando se trata de sentimientos, no hay tiempo, ni lugar, solo se siente y se experimentan cosas con continuidad.
Todo motor, toda maquinaria no funciona si no tienen a esa pieza fundamental, ese corazón y al igual que en nuestra vida, sin el corazón, no funcionamos y si a ese corazón le damos también el uso de querer a alguien y de sentir amor verdadero, nos sentiremos muy felices y plenos en todo lo que hagamos.
Dejate llevar por lo que haga mover el cuerpo.
Que cada vez que se te venga a la mente esa personita tan especial, te den ganas de estar más tiempo con ella.
MARIANO SANTORO

miércoles, 12 de mayo de 2010

Perlas en el camino

Vivir la vida nos trae muchas emociones y entre ellas, están los malos momentos. Esos que queremos olvidar.
En el camino, nos tropezamos con cantidad de piedras que nos hacen fallar y seguir el rumbo deseado.
Esos planes que se desvían o nos hacen tomar un camino que no era el adecuado.
Esos caminos que nos confunden.
Esos frenos a esa idealizada meta se van complicando.
Pero debemos ir despacio, tener bien en claro hacia adónde queremos ir; tener lucidez tanto sea en nuestros pensamientos como en nuestro corazón y todo llegará, todo irá cambiando y ese curso nos hará ver que el camino que alguna vez soñamos, se está acercando a nosotros.
Fijate; mirá bien por donde pisás y quizás te encuentres alguna perla en tu camino.
Qué significa?
Que una señal ha llegado a vos.
Que al ver a esa perla te sorprendas de las cosas hermosas que hay en la vida.
Cuando uno tiene una larga seguidilla de situaciones negativas, ese brillo, esa pequeña joya con su particular belleza nos hacen ver que hay algo superior, que en la vida que nos resta por seguir, debemos seguir nuestros sentimientos y deslumbrarnos.
Tomemos esa perla con fuerza y mimémosla, guardémosla en un lugar que nadie pueda alcanzarla y hagámosla nuestra.
Disfrutemos de lo que es.
Y cuando estemos apenas comenzando un estado de melancolía, pensemos al verla que alguien nos la puso en nuestro camino para que sepamos que no todo está mal y nos hace daño.
Levantemos la mirada, sigamos ese camino que alguna vez trazamos en nuestro cerebro y con la guía de Dios, vivamos y disfrutemos de cada paso.
Todo un mundo nuevo se nos presentará y solo tenemos que tener fe para saber y poder disfrutar de tantas cosas hermosas que nos están por pasar.
Llevemos a esa PERLA en el corazón, como lo estoy haciendo yo.
MARIANO SANTORO

viernes, 7 de mayo de 2010

El poder de dialogar

De tantos golpes, nos hicimos duros y esa dureza, se ha hecho roca y nos cubrimos con un caparazón queriendo tapar nuevos daños que nos puedan ocasionar.
No depende de nosotros es lo que casi siempre decimos. Relegando culpas en los demás.
Esa dureza, nos hizo fríos y hemos perdido algunas capacidades; es probable que una de las más importantes sea el dialogar.
Creemos que lo que decimos es la pura verdad y jamás fallamos y hasta quizás sea la realidad, pero hay algo que debemos recuperar.
Confianza. Muchas veces la dimos o tuvimos con relación a alguien y defraudación fue nuestra paga.
Nos sorprendimos cuando nos mintieron, cuando nos abandonaron sin excusas.
Dimos lo mejor y al darnos cuenta que perdimos tiempo, nos sentimos peor.
Muchas contras para alguien positivo.
Pensamos y soñamos cosas; nos ilusionamos y somos espontáneos y dejamos fluir toda nuestra naturalidad y espontaneidad.
Errores? Equivocaciones? Golpes? En cantidad.
Pero debemos lograr la comunicación.
Volver a sentarnos y mirarnos. Esa mirada desde el sentimiento, desde el alma.
El poder de la palabra juega un papel importante en las relaciones humanas.
Pedir perdón, cuando del otro lado hemos dejado a alguien en un estado malo, doloroso y triste.
Que nos escuchen; que nos den una nueva chance de explicar, de confirmar que lo que sentimos es verdadero. Eso hace que la valoración sea mutua.
Un ida y vuelta de sentimientos; que la conexión nos guíe a lo que esté por venir.
Dentro de las rocas existe un corazón y estaría muy bien que dejemos que alguien venga y nos lo mime.
Las caricias que recibe nuestro corazón nos derriten, nos hacen volver a ser seres sensibles, sin perder la postura.
Llorar se hace cuando uno siente algo por alguien, sea una pérdida del ser amado hasta cuando se da a luz a un hijo.
Dejemos fluir lo que quiera salir desde ese lugar tan preciado que tenemos y es el alma.
MARIANO SANTORO

lunes, 3 de mayo de 2010

Buscando la sonrisa ideal

Mucha gente ha perdido una habilidad muy importante.
La mayoría de los días amanecemos con problemas y dramas que nos afectan, sean o no propios.
La injusticia nos golpea diariamente y se hace una rutina no muy agradable.
Reírnos, es clave para sentirnos felices, para saber que lo que estamos haciendo, lo estamos disfrutando con el alma.
No existe mejor medicina que una sonrisa para representarnos ante la gente.
El tratar de encontrar la sonrisa que nos identifique, es ideal.
Cuando estamos con alguien que nos gusta, cuando hacemos algo que adoramos, cuando jugamos con animalitos, cuando vemos crecer a nuestros hijos, cuando se nos cumple una meta que luchamos por mucho tiempo, cuando amanecés y te dan ganas de hacer muchas cosas a la vez.
Nos alegra ver una hermosa sonrisa y quizás ya ni nos acordamos de cuando pudimos mostrar la nuestra.
Busquemos dentro de nosotros.
Investiguemos y recordemos momentos hermosos de nuestro crecimiento.
Cada día intentemos hacer un pequeño esfuerzo en algo positivo para nuestra vida.
Logremos tener una sonrisa sincera y que sea contagiosa.
Que todo nuestro entorno se alegre de vernos contentos y felices.
Que al despertar, miremos hacia nuestro futuro y sólo veamos cosas maravillosas.
Que al cerrar los ojos, sea por habernos sentido satisfecho por todo lo que hicimos durante el día.
Que nos tomemos unos minutos para recordar a la gente que fue importante en nuestra vida: un amor adolescente, una amiga que vive en otro país.
Sonriamos al mundo y que vean que todo se puede.
Y que algunas, veces, es mejor tomarse todo con una buena carcajada!
MARIANO SANTORO