martes, 19 de enero de 2010

Separarse de uno mismo

Desde que somos chicos, nos preguntan qué nos gustaría ser cuando seamos grandes.
Y cuando vemos pasar los años, vamos sumando nuevos desafíos y a la vez nos vamos encerrando en gustos.
Lo de encerrar viene a que según nuestra personalidad, vamos deseando más y más y queremos que a todos les guste las mismas cosas.
Creemos que así, de esa manera, lograremos conseguir a nuestra pareja ideal, ya que pedimos y buscamos que comparta TODO lo mismo que nosotros.
Y es muy difícil encontrar alguien así, por eso nos pasamos mucho tiempo en la búsqueda del tesoro, cuando en verdad el tesoro ya lo dejamos pasar.
No es cuestión de tener gustos similares, sino de que se pueda llegar a compartir y entre ambos, aprender y crecer juntos.
Vamos creciendo y cada día nos encerramos más y más. Ya acumulamos una enorme cantidad de prejuicios y cosas mínimamente pequeñas que creemos que son necesarias para estar con alguien.
Mientras exista el amor, la pasión, la piel y las ganas de verse; ya tienen mucho ganado y de ahí en más habrá que ir conociéndose más y más y abrirse un poco.
Nada nos ha sido fácil y cada uno con su personalidad y estilo de vida, ha llegado a ganarse una especie de profesionalismo y ser experto en lo que uno sabe, pero al respetar al otro y sus costumbres y rituales, ganamos mucho más, ya que eso es compartir y dejar vivir.
Los prejuicios de cultura son inmensos y los gustos, que según dicen, no hay nada escrito, pero hay demasiado hablado.
Acaso teniendo los mismos y exactos gustos se logra la felicidad?
No sería una especie de extensión de nosotros mismos?
No es algo como querer vivir tan solo con nosotros mismos, en otro cuerpo?
Debemos comenzar con la tarea de separarnos de nosotros; de dejar salir únicamente lo positivo y estar dispuestos a recibir lo que deseen darnos.
Separemos lo mejor para que todos nos vean. Demostremos que tenemos buenos sentimientos, buenos deseos para con nosotros y para con quien desee compartir algo con nosotros.
Hay mucho bueno que supimos conseguir y no debemos ser avaros y guardarnos todo eso.
Al compartir, desde nuestra sabiduría o nuestra humildad, tenemos un excelente camino por delante.
Y en algún momento alguien querrá seguirnos y estar a nuestro lado.
Saquemos lo mejor y ventilemos cada valor para renovar energías.
Mostremos que somos seres humanos y que se puede confiar en nosotros.
La dureza, nos lleva a más dureza y encierro.
Salí de vos y te vas a encontrar con vos mismo; con la persona más real que pueda existir.
MARIANO SANTORO