Se ha dicho que el cielo es el límite y en el mismo cielo que nosotros creamos, siempre hay algo más.
En este caso, están esas hermosas nubes inspiradoras.
Las que nos transmiten paz y tranquilidad.
En las que cuando nos adaptamos, nos sentimos cómodos y nos permitimos descanzar en ellas.
Esas especies de almohadas relajantes, las que se amoldan a nuestro ser.
Esas nubes son las que hacen que los nervios se disipen y que fluyan los nuevos sueños por soñar.
Nubes de sueños.
Sueños de amor.
Amor de películas.
Soñemos y vayamos por ellos.
Cuando la conciencia se permite imaginar algo, es positivo ya que sale desde la esencia misma, del núcleo de lo que somos y desde ahí, sale lo mejor de nosotros y de lo que somos capaces de dar.
Soñemos, porque eso nos hace crecer, nos hace perfeccionar en lo cotidiano, en lo que deseamos y en lo que hasta ahora no lo creímos posible.
Todo es posible si se lo desea con el corazón.
La mente sabrá muy bien como manipular pensamientos, pero el corazón triunfante saldrá ganando.
Si en cada latido sentís una vibración especial; seguí ese rumbo.
Si en cada aliento, sentís que alguien te quita la respiración, jamás lo dudes y andá por ese camino.
Y aunque sientas que camines por la oscuridad, dentro de tí hay una luz que sabrá brillarte siempre.
Esa luz, te permitirá soñar y te dará la fuerza y sabiduría para poder enfrentarte a esos sueños.
A esos proyectos, planes, metas y misiones.
A ese amor esperado, a ese nuevo recuerdo que aparece luego de pensar en alguien.
A ese pensamiento acompañado de esa sonrisa que llena tu rostro.
Lo hermoso siempre sale a la luz.
Lo natural y puro se ve a simple vista y más, cuando uno tiene un brillo especial.
Jamás permitas que lo negro de la oscuridad, donde el miedo es rey, se pare delante de tí y quiera frenar tu destino.
Si quieres algo, ve por ello.
Si amas a alguien, jamás lo dejes ir hasta comprobar que no es para vos.
Si sientes algo fuerte por alguien, expresalo.
El miedo es el mayor enemigo de la voluntad y en tu voluntad el amor es el más grande y preciado tesoro que tenés.
Sé feliz, porque cuando lo sos, tu felicidad contagia y en el otro, sí, ese que también te quiere, lograrás que también esté feliz de verte.
MARIANO SANTORO
En este caso, están esas hermosas nubes inspiradoras.
Las que nos transmiten paz y tranquilidad.
En las que cuando nos adaptamos, nos sentimos cómodos y nos permitimos descanzar en ellas.
Esas especies de almohadas relajantes, las que se amoldan a nuestro ser.
Esas nubes son las que hacen que los nervios se disipen y que fluyan los nuevos sueños por soñar.
Nubes de sueños.
Sueños de amor.
Amor de películas.
Soñemos y vayamos por ellos.
Cuando la conciencia se permite imaginar algo, es positivo ya que sale desde la esencia misma, del núcleo de lo que somos y desde ahí, sale lo mejor de nosotros y de lo que somos capaces de dar.
Soñemos, porque eso nos hace crecer, nos hace perfeccionar en lo cotidiano, en lo que deseamos y en lo que hasta ahora no lo creímos posible.
Todo es posible si se lo desea con el corazón.
La mente sabrá muy bien como manipular pensamientos, pero el corazón triunfante saldrá ganando.
Si en cada latido sentís una vibración especial; seguí ese rumbo.
Si en cada aliento, sentís que alguien te quita la respiración, jamás lo dudes y andá por ese camino.
Y aunque sientas que camines por la oscuridad, dentro de tí hay una luz que sabrá brillarte siempre.
Esa luz, te permitirá soñar y te dará la fuerza y sabiduría para poder enfrentarte a esos sueños.
A esos proyectos, planes, metas y misiones.
A ese amor esperado, a ese nuevo recuerdo que aparece luego de pensar en alguien.
A ese pensamiento acompañado de esa sonrisa que llena tu rostro.
Lo hermoso siempre sale a la luz.
Lo natural y puro se ve a simple vista y más, cuando uno tiene un brillo especial.
Jamás permitas que lo negro de la oscuridad, donde el miedo es rey, se pare delante de tí y quiera frenar tu destino.
Si quieres algo, ve por ello.
Si amas a alguien, jamás lo dejes ir hasta comprobar que no es para vos.
Si sientes algo fuerte por alguien, expresalo.
El miedo es el mayor enemigo de la voluntad y en tu voluntad el amor es el más grande y preciado tesoro que tenés.
Sé feliz, porque cuando lo sos, tu felicidad contagia y en el otro, sí, ese que también te quiere, lograrás que también esté feliz de verte.
MARIANO SANTORO