Cada comienzo de año, nos regala unos días de preparación.
El acontecimiento especial en el que conectamos con nuestro niño interior.
Y como un álbum sentimental, se abren los pensamientos.
Aparecen toda clase de recuerdos.
Si nos esforzamos, quizás nos acordemos de cuando bajamos corriendo las escaleras creyendo que los íbamos a encontrar en el momento exacto.
Y en este presente, nos invade inmediatamente una sonrisa inocente.
La niñez ha sido una etapa exageradamente interesante.
La que nos enseñó que podemos atravesar toda clase de situaciones.
La que no sentimos culpa, porque todo sale del corazón y de las ganas de divertirnos.
La que nos mostró que los padres harán y darán siempre, lo mejor que puedan hacer.
Y mantener el secreto, es parte del ritual.
Estirar el mayor tiempo posible, para que los sueños crezcan.
Para que el amor, sea como un gran truco de magia.
Que por más que intentemos descubrir el proceso, todo evoluciona y se fortalece.
Y aunque el mundo se vuelva cada vez más virtual, la carta real, la de papel, es la que seguirá emocionando.
El arbolito ya nos cuenta una historia, pero la propia es la que queremos escribir.
Y buscamos una hoja para volcar lo que deseamos.
Y ya no es algo material, sino espiritual, es pedir por la salud familiar.
Me voy a acostar unas horas, porque mi fe sabe que ellos, los reyes magos, están llegando.
💜
#MarianoSantoro 羊