Todo va de la mano. Palabras con mucho poder encadenadas una a la otra.
Amar para saber que podemos amar y ser amados.
Iluminarnos por dentro para que no haya oscuridad en lo que hacemos.
Vivir para poder ser parte de la vida de otros.
Librarnos de la pesadez, la mala onda, la negatividad.
Musicalizar cada momento del día para poder recordarlos al volver a escuchar esas canciones.
Paz y salud mental, ya que sin eso nos vamos destruyendo.
Llevar a Dios al lugar donde vayamos.
Creer, porque sin eso, no se triunfa, no se obtienen logros.
Palabras fuertes para decirlas con el corazón.
El silencio y una mirada dicen demasiado y saben la verdad.
El acariciar, abrazar, dicen que estamos y que pueden confiar en nosotros.
Un llamado, significa que nos preocupamos.
Ser parte para que sean parte de nosotros. Compartir. Entender lo ajeno y comprenderlo para hacernos cargo. Ayudar, porque nos hace bien y le damos valor a lo que hacemos, ya que la satisfacción es muy gratificante.
Y que el olvidar, solo lo usemos para alejar lo malo. No olvidemos a quien nos dejó una enseñanza. En el colegio de la vida, vos fuiste mi maestra y mi corazón te amó cada día. Quiero seguir siendo alumno, aún queda mucho por aprender.
MARIANO SANTORO