domingo, 3 de mayo de 2009

Cielo de Almas

Nacemos, crecemos y llega un determinado momento que pasamos a otra vida.
Siempre imaginé que cada persona que abandona su cuerpo, su materia y va rumbo al paraíso, cielo o según la creencia que tengas, al lugar que sea, se transforma en una estrella.
Ese familiar que alguna vez perdimos y que por tal apego que tuvimos en la vida, donde nos acompañó en muchos momentos, es quien nos guía, quien nos ilumina.
Esa luz, ese brillo que nos alumbra y nos marca el camino a no fallar, a no sentir que nos equivocamos.
Es muy duro dejar de ver a alguien y mucho más si es de por vida. Una persona que se sumó a nosotros, que compartió momentos y supimos amar y querer hasta el final y de pronto, nos deja; es una situación muy difícil el acostumbrarnos a no ver más.
En el caso de una separación, el hacer de cuenta que murió tampoco nos ayuda y nos haría mucho daño pensar así.
Se alejó. Se fue hacia otro lado, hacia otras historias. Desapareció físicamente.
Las lágrimas se apoderan de nosotros y nuestro corazón se baña de ellas.
Superarlo es el paso número uno. Ese duelo es el que debemos enfrentar. Y pienso en la palabra duelo, ese reto, ese desafío y es probable que sea por esa lucha que nos toca.
Nos dejan y a veces, no por alguna culpa. Todas las cosas tienen vencimiento y aunque no seamos cosas, todo tiene un final, por más que queramos estirar ese tiempo que pasamos.
En algún momento, dejamos de ser orgullosos y pensamos de a 2. Nos hicimos pareja. Vivimos y sentimos. Nos mutamos y pensamos de a 2. Nos dimos cuenta que no podíamos vivir sin el otro, esa dependencia tan necesaria para combatir la soledad, nos gustó y cada decisión, fue consultada. Convivimos, nos juntamos, nos casamos y fuimos padres y madres. Fuimos amantes y novios. Fuimos 2 seres para continuar siendo solo uno.
Todos tenemos alguien que ya no veremos más.
En mi vida quisiera mantener los recuerdos. Las personas que marcaron y dejaron huellas en nuestro corazón, las quiero seguir teniendo, más allá de la distancia física.
Abuelos, padres, amigos, amores; a ustedes: Gracias por brillar, por seguir estando en mi memoria. La música me los trae siempre, me devuelve momentos. Los quiero y lo seguiré haciendo. No hay capricho cuando uno ama. Sentir, es una hermosa sensación.
Esta noche, miraré al cielo y los veré ahí, brillando, tal como lo hicieron en la vida terrenal. Seres de luz, seres de vida que hoy son más alma que materia.
Alimentar nuestra alma libre inculcando amor.
Dedicado a 2 personas que ya no están: María Cristina Cabo y James Joseph Brown
(llamado el Padrino del Soul "Alma"). Feliz cumpleaños!!!
MARIANO SANTORO