domingo, 14 de octubre de 2012

Encontrar el camino

Llega un momento de la vida en que queremos algo más para nuestra existencia.
Ya nos dejamos llevar por la corriente y otras tantas por los impulsos y los resultados, aún, pueden estar a la vista y en otros casos, nos ha costado bastante alejarnos.
Pero la vida está llena de oportunidades que muchas veces no las vemos por estar vendados emocionalmente; por habernos colgado de un pasado que ya no volverá.
En cada día, algo nuevo puede pasar en tu vida.
Cada gota de cada día de lluvia, puede limpiar tu alma.
Cuando nos permitimos prestar atención desde los sentidos, podemos ver mucho más.

La vida puede ser un gran laberinto si no sabemos hacia dónde ir.
Miles de puertas que te llevarán a perder lo que verdaderamente querés para vos.
Encontrar el camino es saber qué deseás para tu vida.
Es caminar y en cada paso, darte cuenta que te sentís feliz, que ya no hay necesidad de volver; sino que el verbo que utilizarás a partir de ahora es seguir.
Visualizá una nube; es probable que ya las conozcas de memoria, sin necesidad de mirarla; toda esa masa gris y oscura es casi igual a los pensamientos que alguna vez pasaron por tu mente.
Todo eso, tapa nuestra luz interna, la que nos alumbra para poder seguir.

Si estamos despejados y despertamos a la vida, nuevos amaneceres nos deslumbrarán y esa luz, fortificará la que ya estamos sintiendo.
Necesitamos paz y salud mental y nuestro envase, mejor conocido como cuerpo, mostrará cambios ya que nuestro ánimo, se modificará y por dentro, estaremos preparados a todo lo positivo que venga.
Ya sabés que hay lugares a los que no querés volver ni siquiera pensando en ellos; o sea, la solución está en vos.
Y cuando dudes de tu capacidad, recordá todo lo que hiciste hasta hoy y vas a motivarte a querer seguir haciendo mucho más.

Porque como dije antes, ya no es cuestión de volver, sino de seguir.
Decile adiós al pasado, a lo que te quiere atar a un mundo negativo.
Decile adiós a esos recuerdos que ocupan un espacio muy importante en vos y que pueden ser aprovechados de otra manera, con cosas que te alegren.
Decile adiós a lo que te daña.
Y decile:
Hola, a Dios! Él, estará siempre en vos y con vos!
Muchos pueden llegar a ver en la foto a un hombre parado en la puerta de un inmenso laberinto y sin saber qué hacer, como dudando de todo lo que pueda encontrar; pero a la vez, se ve una
luz que lo ilumina y también, puede ser que luego de años de deambular perdido, ya encontró la salida.
Todo es según se lo mire y si le sumamos la fe, seguro que estaremos muy cerca de encontrar el camino que nos guíe eternamente hacia la felicidad.

MARIANO SANTORO