viernes, 31 de octubre de 2014

Mantenerse amando, seguir creciendo

Mantenerse amando, seguir creciendo es darle la necesaria importancia a nuestros sentimientos.
Todo el amor que surje desde la semilla que sembramos en nuestro ser y que mediante la paciencia, la dejamos crecer, madurar hasta lograr la cosecha perfecta.
Hoy podemos ver que el árbol del amor, está firme.
Hoy observamos que los frutos se han esparcido.
Hoy miramos en derredor y nuevas emociones entran en nosotros para fortalecer lo que somos y lo que queremos ser.
Desde adentro, hemos sabido abrirnos a un amor sano.
Expandir la esencia para que el alma se enorgullezca de vivir en nosotros.

De que esa misma esencia disfrute del ser que la protege.
Todo este amor, ya ha pasado por nuestra vida.
Le dimos forma y la practicamos.
Le hemos dado alas para que desde la libertad, pueda elegir el momento exacto para regresar.
Al soltar el amor verdadero, llega a nosotros cuando realmente estamos preparados.
Un día, ya a la distancia, comenzamos a edificarnos y a hacer de nuestro ser, un hermoso lugar para vivir.
Habitar nuestro ser fue la decisión para hacernos interiormente; el trabajo que se hace con paciencia y mucho amor.

Dueños de nuestra casa, la que hoy estamos preparados para abrir las puertas y que entre la persona que desee compartir mucho más que su vida.
Porque mantenerse amando, seguir creciendo es estar dispuesto a mucho.
Es estar expectantes a sumar.
A la multiplicación de sentimientos.
Al habernos dado cuenta que amándonos a nosotros, podemos recibir más del otro.
La conexión perfecta se logra cuando hay misiones en común.
La mezcla de emociones que interactúan entre sí, sabiendo que ambas son maestras y alumnos.
Mantenernos amando es mantenernos vivos.

Seguir creciendo es seguir sumando y elevándonos al nivel del perfecto amor.
MARIANO SANTORO

lunes, 27 de octubre de 2014

Jardín interno, sigue creciendo

Mientras el tiempo pasaba aceleradamente, yo lo vivía intensamente.
Disfrutando de cada detalle que la naturaleza me mostraba en la cercanía de mis pasos.
Y fui observando más a mi alrededor para llenarme por dentro.
Y fui entreteniendo la mente y vos, estabas a un lado, ya te lo habías ganado.
Te soñé tanto, que al vivir la realidad, me encontré queriéndote.
Y llegaron los recuerdos, algunos renovados de esperanza por todo lo que aún no se vivió.
Bajé mis párpados y te busqué en mi ser.
Recordé la suavidad de tus pétalos.
Y fue cuando me di cuenta que mi jardín interno, sigue creciendo.

Vi la bella flor que crecía a través de mis sentimientos.
Y mi sed de amor, fue la misma que comenzó a regarte.
Y cada gota que te daba, era la que te hacía brillar a cada instante.
La luminosidad que emanabas era la que me marcaba el camino a transitar.
Desde tu centro, viajaba directo a mi núcleo.
Y esa hermosa flor que alguna vez me ilusionó con su misterio, fue la misma que pudo develar el secreto de mis sentimientos.
Y sé que estás y te siento cerca.
Y tengo muchos besos reservados para vos.
Y extiendo mi mano para poder abrazarte y sé que estoy llegando y entraré en vos.

Mágico momento que el destino lo puso en espera.
Desde los latidos que desean más porque de eso se trata la ambición del cariño.
Muchas palabras que rotan por mi ser, que se intercalan a mi alrededor, que se conectan con la divinidad para mantener la comunicación que necesito para darme paciencia.
Y mirando en mi jardín, se multiplica de pétalos en blanco porque el color, se lo daremos al lograr la unificación.
Y las almas ya sonríen porque sienten que el mensaje que se sueña, se va abriendo desde la semilla hasta la eternidad de la misma realidad.

MARIANO SANTORO

miércoles, 22 de octubre de 2014

Sin escalas al corazón

Hay momentos en nuestra vida en que nos permitimos hacer un viaje especial.
Darnos ese gusto porque nuestro interior se alimenta de esa adrenalina.
Algo en nuestro interior nos dice que es el instante exacto para comenzar a ir hacia ese lugar que tanto bien nos hace.
Sin escalas al corazón es amarte toda mi vida.
Porque mi vida has sido vos desde mi primer aliento.
Hoy viajo hacia vos, porque quiero encontrarme conmigo mismo.
Y confirmo que no existe mejor colegio que estar a tu lado.
Porque desde tu actitud, tu postura, tus palabras y hasta tus retos, se reciben para crecer.
Y he crecido tanto que quiero seguir, porque es sed del alma.
Has sabido ser música en mis silencios.
Has sido abrazos cuando mi cuerpo estuvo cansado y dolorido.
Has hecho tanto por mí, que no habría tiempo humano para agradecerte.
Y te quiero, te respeto y me alegro de tenerte.

Y esas pequeñas discusiones, también nos hacen crecer.
Y jamás se fue el cariño, porque el sentimiento viene de las entrañas.
Tantos años que son mucho más que números, porque son experiencia pura y fuerza en cada paso.
Las calles que se han caminado han dejado huellas y semillas.
Y fui levantando todo lo que veía en ese mismo camino, porque la vida nos ha sorprendido varias veces.
Y las heridas que supieron cicatrizar, hoy son marcas internas, pero sanadas desde el amor sano y verdadero.
No hay espacio para lágrimas, porque el poder viene desde adentro.

Y Dios siempre está ahí, tan al alcance que podemos abrazarlo.
Y nos mira y se alegra de esta unión, de la trilogía que trascenderá a la edad, que será mucho más de lo que la mente pueda imaginar.
Porque el corazón es uno en 3.
Uno sobre uno, amor sobre amor multiplicado y hecho realidad y volcado a la naturaleza.
Porque nuestro ser adora amanecer y disfrutar de la vida, porque es ella la que nos motiva y abraza.
Mientras Dios nos sigue guiando porque la misión es la misma.
Y estar juntos en este camino y alegrarnos, es sentir la felicidad desde una mirada más profunda.

El cariño que no se dice con palabras, se expresa mejor en los actos.
Porque muchas veces no hay palabras para tanto sentimiento.
Y las emociones son tan fuertes que el cuerpo es el instrumento que se conecta y dice.
Conexión es acción en movimiento.
Y no hay quietud cuando hay amor real.
Sin escalas al corazón es emprender el viaje hacia la eternidad.
Quererte es creerte.
Amarte es estar presente.

Y hoy, estás en mi corazón y ese viaje, es hacia mi misma esencia.
Por siempre en mi lugar sagrado.

MARIANO SANTORO

domingo, 19 de octubre de 2014

Comprometerse con la felicidad

Una de las claves más importantes en la vida, es la aceptación.
La vivencia de situaciones que sirven como experiencia y aceptar que todo pasa en determinado momento y por un motivo.
La vida, es un proceso en el cual vamos dejando salir muchas cosas y pocas veces, les abrimos las puertas para que entre lo bueno, creyendo que ya alcanza con la reserva que preservamos.
Dejar entrar es estar dispuesto a aceptar lo que hasta ahora, le teníamos una especie de resentimiento.
Pero lo que entra, son sentimientos y emociones nuevas, que se van amoldando a las que ya vinieron con nosotros.
Todo lo que nos pasa, es parte del aprendizaje y a través del paso de los años, cada vez sabemos con mayor certeza lo que queremos para nuestra vida.
Y nos vamos involucrando, vamos abriendo más nuestro ser para dejar entrar a personas.
Y el corazón comienza con la agradable tarea de ofrecer lo que sabe hacer.
Abrirnos a los demás, es no temer a lo que somos.
Mostrarnos tal cual somos, sin disfraces, porque la esencia está expuesta y con ganas de compartir.

Y nos sentimos responsables de todo lo que damos, porque consideramos que ya era tiempo de soltar, de dejar salir la personalidad y los secretos que supimos ocultar pero no por miedo, sino por protección.
No ha sido fácil la tarea de crecimiento, pero sí necesaria para lo logrado al día de la fecha.
Son semillas que se esparcen y dejan huellas.
Y llegado el instante exacto, sentimos en lo más profundo que es tiempo de cumplir promesas.
Comprometerse con la felicidad es tomar la gran decisión.
No existen manos ajenas en las que debamos depositar nuestros sueños, ni siquiera nuestra felicidad.

Esa es una misión, una meta por la cual luchar con las armas del amor sano.
La felicidad son la unión de pequeños momentos que llegado una instancia, consideramos que somos felices.
Y el comprometerse con la felicidad es ser conscientes de que todo lo que hagamos, debe traernos paz interior y accionar desde el bien.
Y la cosecha será la felicidad.
Porque hemos sabido dejar en muchos lados, en muchas personas y también todo lo que entró a nuestra vida, cosas que han sido modificadas, que le dimos una visión nueva y positiva.
Porque sanarnos era el paso previo a disfrutar de una felicidad saludable.

MARIANO SANTORO

martes, 14 de octubre de 2014

Abrir una nueva vida

Abrir una nueva vida significa darnos la oportunidad de renacer.
De dejar definitivamente todo lo que ya no nos sirve, bien lejos.
Sólo guardar los mejores recuerdos de momentos vividos, de historias compartidas, de experiencias aprendidas.
Sueños realizados y valorados.
Abrir una nueva vida es ver más allá de lo que estábamos acostumbrados.
La rutina nos conduce a un lugar que muchas veces es laberíntico.
Y la salida se transforma en algo complicado, porque todo gira en derredor.
Y nos chocamos con lo que creímos superado.
Abrir una nueva vida es superarnos.

Es hacer el viaje interno y comprobar que aún hay mucho por descubrir.
Todo lo que estaba cubierto, era parte de la sorpresa que la vida siempre nos tiene reservada.
En el trayecto transitado, fuimos vendando una parte importante de nuestra vida para no ver algunas situaciones.
Abrir una nueva vida es decretar que somos los dueños absolutos de nuestra vida.
De mirar cada centímetro de nuestro ser y saber que el control, nos pertenece, que tenemos poder de decisión, de elegir, de tomar el camino imaginado y dejarnos llevar.

Porque el misterio también nos atrapa y nos envuelve, pero sin ataduras.
Sino que nos libera de compromisos ajenos y lo interno, nuevamente es relevamente para continuar.
Abrir una nueva vida es saber que tenemos la llave.
Que no existirá puerta que no podamos abrir.
Que los secretos se abrirán como pétalos de amor.
Que lo desconocido será lo que hoy nos maraville.
Abrir una nueva vida es querer ir por mucho más.
Es caminar por donde el destino nos guíe.
Es creer que en ese mismo camino, se sumará un alma que será mucho más que gemela, porque ésta sabrá el verdadero sentido del amor.

Y al abrir una nueva vida, nos estamos abriendo a un nuevo amor.
MARIANO SANTORO

martes, 7 de octubre de 2014

Te entrego mi cerebro

Te entrego mi cerebro, que es mucho más que un kilo y medio en su peso.
Contiene mucha experiencia.
Mi vida está protegida a través de la memoria, de mis recuerdos.
Como coleccionista de sentimientos y emociones; he sabido guardar lo mejor, para mantenerlo por siempre y poder refrescarme en esos días en que el ánimo no está en el nivel deseado.
Gracias a todo lo positivo que pude acumular, puedo mantener lindas conversaciones con mi niño interno.
Porque es él, el que me sabe guiar en algunas instancias.
Te entrego mi cerebro, que tiene muy pocos golpes emocionales, pero que han sabido sanar a tiempo.

Se siente fresco por lo sano y caliente, por todo el contenido.
Ofrecerte mi cerebro significa darte mis pensamientos.
Sólo me interesa que seas vos la dueña de todo lo que surja desde mi cerebro.
Tantas cosas que he sabido vivir, son pocas en comparación con todas las que deseo y que tengo como meta.
No me preocupa que vos tengas mi cerebro.
Mi mente ya no quiere pensar en nadie más.
Ya encontró la persona exacta para que le de una buena dosis de energía y pueda continuar haciendo su tarea.
Te entrego mi cerebro, porque desde ahí, puedo controlar todo lo que pueda darte.

Mis abrazos, también están a tu disposición; para que te sirvan de abrigo y sean los que te renueven la energía.
También, puedo sumarte mis piernas, porque creo haber encontrado el camino correcto hacia la felicidad y quiero que me acompañes.
Mis manos, siempre estarán dispuestas a brindarte la ayuda necesaria.
Porque no sólo se trata de saludar, sino de dar esa mano solidaria en todo momento.
Mis hombros, quiero que sepas que pueden darte ese espacio para que puedas apoyarte, en caso que te sientas triste o acongojada.
Te entrego mi cerebro, porque me he tomado el suficiente tiempo para reflexionar qué es lo mejor para mi vida.

Y quiero que vos, vivas en mi cerebro, que sumes, que hagas tus aportes, que podamos compartir mucha conexión.
Que cada elemento que lo compone, se dediquen a ser tu compañía y que junto a tu cerebro, se unan, muten y hagan uno solo.
Y no es el tamaño lo que importa, sino todo lo que le ponemos en su interior.
Ya el contenido del mío, sólo alberga positivismo.
Puedo darte muchas cosas, pero sólo te pido que me dejes el corazón.

MARIANO SANTORO

sábado, 4 de octubre de 2014

Perfume de tus sueños

Recordás la sensación de sentir?
La de percibir mucho más de lo que estás acostumbrada a ver.
Porque mirar no es observar y vivir, es mucho más que decir.
Sé que has tenido largas conversaciones con tu almohada y ella te hacía acordar a mí.
Mi nombre flotaba en el ambiente.
Porque siempre seré el perfume de tus sueños.
Y tu vida cotidiana pasaba más por recordar instantes.
Cuando los viviste, quizás no era tu tiempo.
Quizas no se trataba de tiempo, sino de Amor.
Y el amor es para las personas predispuestas a practicarlo y ejercerlo.

Accionamos por impulsos y muchos de ellos, nos atrasan y vamos por el camino erróneo.
Y nos alejamos del camino verdadero por caprichos personales, por creer que lo que hacemos es nuestra voluntad y es la misma la que nos cierra puertas.
Y la vida es atravesar esas puertas.
La vida es saber que siempre hay algo más para los que se atrevan a soñar.
Y nuevamente el perfume de tus sueños aparece y quiere hablarte.
Susurros que son caricias para el alma.
Y el corazón testigo quiere recuperar los latidos que le den sentido a la existencia.

Y el aroma de mi ser es el que supo instalarse y dejó recuerdos en cada rincón, en cada mueble, en cada vestimenta.
Y las huellas más porfundas del perfume de tus sueños, ha quedado pegada a tu piel y se va metiendo por tus poros, se hace parte de tu sangre.
Y en la sangre que circula te va guiando nuevamente hacia los pensamientos.
Esos que quieren que descanses tu mente de todo lo que presiona, de lo que te empuja y tira.
Necesitás liberar esa carga y continuar el viaje.
Me gustaría saber que has comenzado a inhalar.

Que ya no se trata tan sólo de respirar, porque hubo alguien que te quitó el aliento.
Y esa falta de aire se llena a través del corazón y los deseos.
Las palabras que no se dicen son las que más se sienten en el interior.
Y la correcta profundidad no es la bajeza, sino que se trata de lo vulnerable, de lo que nos hace sentir débiles.
Y esa debilidad es también fortaleza, porque es mostrarnos en esencia.
Ser lo que somos, vivir como somos.
Y esta noche, cuando quieras acostarte luego de tu cansancio mental.

Déjame entrar y decirte un secreto.
El perfume de tus sueños te dirá cómo seguir viviendo.

MARIANO SANTORO