miércoles, 13 de enero de 2016

50 vidas

El destino bien sabe de caminos y cruzó a 2 personas que no se buscaban, pero sí que se encontraron.
La luna bien sabe de noches y fue allí donde pasaron muchos momentos de diversión.
Y el día, los unió.
Llegado un determinado instante, comenzaron a transitar la vida.
La misma vida que los llevaría por situaciones adversas, pero sabiendo que en la unión, todo sería mejor y posible.
Los valores personales se unían sabiendo que se encontrarían con otros y así, seguirían compartiendo mucho más que códigos.
La brillantez de las personalidades iluminaban cada espacio.
Los lugares se alimentaban de ambas presencias.
Y las sonrisas se hicieron una hermosa costumbre.
Se hablaban con la mirada y las palabras quedarían para otros momentos.
Los sentimientos tomaron un rol muy importante y eso los mantiene juntos.
Porque aunque haya cruces y algunas peleas, saben que nacieron uno para el otro.
Se miraron tantas veces que decidieron potenciar la vida que habían elegido.
Y como todo en el amor, multiplicaron lo que ambos sentían.
Pero eso recién llegaría en un futuro que aún hoy es presente.
50 vidas han vivido y conocieron su propio interior.
Los años de sabiduría fueron maestros emocionales.
Y ambos saben que la libertad es clave para poder continuar, con el debido respeto y confianza.
Como una rosa que se hace eterna cuando se la baña en el amor que se puede sentir por otra persona y se hacen un sólo ser; una belleza para admirarla por siempre.
MARIANO SANTORO