domingo, 29 de mayo de 2016

Viajar

Dichosos somos los que podemos utilizar la mente para viajar.
Y más allá de descubrirnos, le damos un uso especial a los pensamientos.
Pero también está el viaje real, el que se proyectó para mejorar una situación.
Es sabido que los problemas y todas las cosas negativas, hay que trabajarlas con anterioridad para que el viaje sea más agradable.
Viajar es renovación total del ser.
Un pasaporte llevo de oportunidades en los que en cada hoja, se llenan con destinos que han sido imaginados, pero se convierten en realidad.
La maravillosa experiencia de conocer mucho más que lugares.
Experimentar libres de carga y pasado, para que lo que llegue y entre, nos deje la enseñanza en todo su potencial.
Valijas llenas de sueños que regresan con mucho más que objetos para aumentar nuestros buenos recuerdos.
Hacernos espacio en todo nuestro ser y que esas mismas valijas, sepan alojar sólo, lo necesario para hacernos mejores personas.
Etiquetas que sorprenden y agradan.
Personas y lenguajes que entretienen y se aprende a compartir.
Viajar es abrirse a todo lo que alguna vez le teníamos cierto rechazo.
Hoy estamos preparados para emprender, porque aprendemos y comprendemos que cada nuevo viaje, es seguir subiendo escalones.
Y no hay lugar para la soledad, porque siempre aparece alguien con ganas de hablar y conocer.
Hasta es probable que la valija que llevemos, no alcance para volver con todo lo nuevo que logramos atraer.
Cuando la energía es positiva, atraemos algo extremadamente poderoso para que el viaje, tenga un mejor efecto en nuestra vida.
Y el destino no es una simple meta, porque logramos abrir nuevas puertas hacia nuevos lugares.
Y en verdad, no se trata de salir de un país para descubrir otro, sino que es salir de nuestro encierro emocional y abrirnos a lo que servirá para alimentarnos de nuevas experiencias y sensaciones.
MARIANO SANTORO