martes, 10 de mayo de 2016

Canalizar las emociones

Se suele decir que todo lo que entra, tiene que salir.
Una de las tantas verdades de la vida.
Y es extremadamente importante gerenciar todo lo que entra en nuestro ser; todas esas emociones bifurcadas y poder transformarlas.
Cuando aprendemos a canalizar las emociones, no sólo podemos ayudar a quien lo necesite, sino que nos elevamos en todos los niveles.
Al hacerlo, ya hemos comenzado el viaje a un mejor estilo de vida, de calidad emocional, de calidad espiritual.
Si nos sentamos frente a un árbol, el mismo nos devolverá su mágico poder a través de una inmensa energía natural.
Su forma, sus dibujos, sus hojas, sus ramas a modo de brazos que se extienden y entienden la comunicación que tenemos con él.
Y sus sombras, también nos dan un mensaje.
Es por eso que es clave canalizar lo que somos, pero de la manera adecuada.
Es nuestro deber saber expresar todo lo que vivimos, lo que nos sucede.
Y todo lo que alguna vez ha sido de color oscuro, son como esas sombras, que opacan la luz que vive en nosotros.
Largar todo en el momento y lugar ideal, rodeado de lo que queremos estar rodeados, sin hacer daño.
Se aprende muchísimo y se crece a la par cuando aceptamos que no todo es claridad, pero sí que la debe haber en nuestros pensamientos.
El poderoso cielo nos mostrará días bellísimos y está en nosotros el saber disfrutarlos.
Y a la vez, habrá días oscuros, porque son parte de los contrastes tan útiles para valorar lo bueno.
Podemos crear nuestro propio paraíso; ese sitio tan especial al cual hacernos presente para alimentarnos de sana energía.
Canalizar las emociones es reencontrarnos y vernos crecidos, más evolucionados.
Es poder tomarnos un tiempo personal; sentarnos no por cansancio, sino para llenarnos de todo lo positivo que nos rodea y que a la vez, sale de nuestro ser.
Desde la esencia natural, desde las genuinas ganas de seguir nuestro rumbo, con todas las emociones bien positivas para que sean nuestra guía.
MARIANO SANTORO