El clima interno y externo, se fusionaron.
Es hora de salir de lo que alguna vez fue tu prisión y hoy supiste transformar en tu hogar.
Es tiempo de darte un recreo y salir a divertirte.
Recrear la vista es crear nuevos objetivos.
Salir a correr sin rumbo, pero sabiendo que todos los lugares, no te dejarán aburrirte.
Tu mente ha sabido valorar los espacios y ya conoces el encanto de apreciarlos.
Y en esa mágica experiencia de jugar, apostaste por vos misma.
La gran aventura comenzó el día que decidiste vivir de verdad.
Dejar el pasado bien atraás no es tarea fácil y te arriesgaste.
Pusiste por delante, un menú de opciones y variedades.
Y el mayor desafío fue lograr que tu corazón lata de felicidad en cada movimiento.
Te cruzaste con mentes que no saben entretenerse y eso te asustó.
No pudiste entender ese freno que mucho se autoimponían.
Y es que la luz, no sólo estaba en tu día, sino que se adhirió a tu piel.
Sin herir viejas cicatrices, lo que más hizo fue sanarte.
Como un niño que corretea y se tropieza y vuelve a levantarse porque eso también es madurar.
Tu mayor competencia, es saber compartir mucho más que momentos.
Y hasta tu soledad se hizo amiga, porque todos ven un inmenso astro luminoso en tu ser.
Y cada estrella que alguna vez conociste, se juntan para decir: "Sal y juega con tu sol".
MARIANO SANTORO