jueves, 30 de enero de 2020

Frágil

Frágil, así es como muchos me pueden ver.
Pero qué sabrán aquéllos de fragilidad, cuando el mayor trabajo que hice, fue interno.
Podrán ver mis elegantes y finas alas, pero no tienen nada de debilidad.
Cuando creían que me quedaba poco, me animé a ir por más.
De acostumbrarme a ir por tierra, mi mente me ayudó a creer que había otras cosas que aún tenía que hacer.
Junté fuerzas, creí en mí y de a poco, con la ayuda de mi paciencia, me elevé.
Aprendí a volar.
Ver desde una nueva perspectiva, me permitió evolucionar.
Hay que dejarse sorprender y poder tener una nueva mirada de lo que sucede.
Todo puede ser novedoso si abrimos las puertas emocionales.
Recuerdo haber visto vidrios rotos, recuerdo sufrir dolor.
Tengo buena memoria, pero es la misma la que se autolimpia para poder dar paso a la tranquilidad.
Mientras más espacio tenga, mis viajes tendrán sus propias fotografías que las haré eternas.
Es en la transformación cuando lo inesperado llega.
Y en esa mágica experiencia, es cuando esa creencia de ser frágil, se potencia.
Cualquier cosa que tenga un verdadero valor sentimental, puede ser frágil.
Los latidos del corazón, también lo son y a la vez, nos motivan a darle mayor importancia a lo que vivimos.
Todo se trata de volar con la imaginación y el cuerpo, sabrá acompañar.
Frágil es el amor y es lo que cada día, me incentiva a vivir.
MARIANO SANTORO