Distancia que acerca el extrañar.
Los años que se van mezclando con los proyectos sin terminar.
Y tu rostro está tan a la vista, como para olvidarlo.
Sólo quiero recordar instantes.
La pocas veces que nos vimos, son pequeñas parte de un gran rompecabezas.
Mientras el amor juega a la escondida, nosotros discutimos sin darnos una oportunidad.
El planeta está lleno de laberintos y la playa de deseos nos espera.
Un mar de fantasía que quiere invitarnos a ser parte de su energía.
Y las manos quieren aferrarse a algo seguro.
La estabilidad hoy está en arenas mundanas.
Los espejos se cubrieron con telas oscuras, tapando lágrimas que no terminan de secar.
De un lado hay miedo y del otro, la pasión.
La llave que quiere unirlos, hoy es un tesoro dentro de una fragil caja de cristal.
Vernos sin mirar, amar sin sentir.
Los cuerpos quieren hablar un lenguaje especial.
Ambos, como piezas del ajedrez de la vida.
El tablero aún no tiene un lugar específico.
El campeonato de sentimientos, aún está en sala de espera.
Animarse es la clave secreta.
MARIANO SANTORO