Hay demasiado a simple vista que muchas veces no lo vemos por ir a una acelerada velocidad.
Como yendo en un tren lo más rápido posible para llegar a ningún lugar.
Cuesta reconocer que podemos ser más felices si tendríamos tan sólo una pequeña parte de lo que creemos querer.
Sonreír es de primera necesidad.
Mantener un cerebro saludable, lleno de pensamientos alegres.
Tener un cuerpo que pueda soportar los golpes ocasionales que aparezcan.
La voluntad, no se ve pero es relevante.
La confianza en los que nos rodean.
El respeto por los demás.
La fortaleza de la fe que nos permite seguir dando gracias.
La simpleza de amanecer y poder ver.
Lo que se siente y percibe, lo que no se toca, pero nos hace vibrar.
La sabiduría animal, para adaptarse a cualquier circunstancia.
Compartir, más allá de las razas.
La maravilla de poder elegir los colores para pintar cada día que nos toca.
Sentirnos gigantes, porque cada acto lo realizamos desde la humildad.
Jugar con nuestro niño interior y escuchar sus mejores consejos.
Un guardapolvo blanco, no tiene ninguna anécdota.
Seamos alumnos, creando nuestra propia historia.
MARIANO SANTORO