Alguna vez te diste cuenta que mucha gente a tu alrededor se veía feliz, contenta. Comprobaste que el amor había llegado a sus vidas.
Tu corazón, hasta ese momento solo lo usabas para latir. Cero sentimiento.
Y comenzaste a abrirte de a poco. Mostraste tu ser a una persona, pero te diste cuenta que al pasar los días, del otro lado no había respuesta y un pequeño dolor se hizo presente en tu pecho. No creías posible que eso se pueda llegar a sentir cuando uno desea estar con alguien. La angustia había aparecido en tu vida.
Te diste otra chance y el entorno no ayudó. Se cree más en los que uno conoce y no van a creer en nosotros. Nuevamente fue un golpe duro. Te prometiste no equivocarte. Te cerraste. No te gustó haber pasado por esa situación desagradable de brindar todo de vos y del otro lado, había un freezer. Todo se hace de a 2, es lo que pensaste y no te equivocás, es realmente así. El destino aún no te había mostrado a la persona correcta.
Ocasionalmente, aparecían personas y en mayor cantidad, eran personajes. Volviste a confiar de a poco y mostraste tu corazón, tu pureza. Tu ser interior y hasta soltaste lágrimas. Eso fue mostrarte de una manera simple y verdadera, sin miedo al qué dirán. Natural, como lo que tanto deseás para tu vida.
Fuiste dejando salir palabras que no estabas acostumbrada a decir. Un día salió: Te quiero. Después llegó un: Te extraño. Pero lo más doloroso fue el haberte dado cuenta que el extrañar se hacía cada vez más intenso, más profundo en tu cuerpo. Levantaste el teléfono, hablaste y llorando, dijiste: Te amo. Mezcla rara de lágrimas, alegría y demás, al poder expresar tanto sentimiento. Liberación de todo tu ser. La angustia al guardar tanto querer en tu ser, no te dejaba respirar; hasta te habías olvidado de respirar, por pensar en la persona que amabas.
No resultó. El amor, era algo que creíste que no estaba diseñado para vos. Seguías viendo a cada lado y mucha gente (aunque no toda) había llegado a su fin a nivel pareja. Otro tanto, lograron lo anhelado.
La desesperación ya estaba instalada. Tenías como misión el querer estar con alguien. Compartir tristezas y alegrías. Compartir tu vida y tu alma.
El amor no es ficción. Es real, existe, pero muchas veces pensaste que no es algo para vos. Que quizás no te lo merezcas. Que tus metas son otras. Tus obligaciones tienen prioridad, pero sabés que tiene que haber algo más. Tanto dolor no se puede soportar. Y quisiste volver a soñar. Cerrabas los ojos y una cantidad enorme de problemas te impedían dormir. Ya nada tenía solución. Los golpes en tu corazón, ese que estuviste paseando por diferentes sitios; por lugares que jamás hubieses pisado; con personas que por prejuicios personales no permitías que lleguen a tu vida.
Hay personas que están para que logren acercarse a vos. Hay otras, que solo vienen a hacerte mal, mucho más del que creías haber tenido en algún momento.
Volver a guardar los pequeños recuerdos que acumulaste en tan poco tiempo, te duele. Creíste que esta vez era real. Creíste y ahí está el secreto. Es lo único que te puede permitir seguir día a día. Sí, aunque sigas con tu corazón cargado con recuerdos, cicatrices, heridas que aún no cierran; lo mostrás. Te mostrás tal cual sos, con confianza en la gente, aunque te defrauden. Con Fe, porque hay gente que te puede llegar a hacer mucho bien. Todos estamos rodeados de mucha gente y no todas nos hacen bien. Pero el daño, es algo que debemos impedir que nos hagan.
Un día más es demasiado. Despertar y dejarse llevar por el destino es hermoso.
Saquemos a la luz nuestro corazón, para que miren que fuimos golpeados y aún, le ponemos onda y vamos por más, por mucho más.
Con este pensamiento, vas a ver que de a poco, una pequeña sonrisa se va instalando en tu rostro. Así, es como tenés que salir a la calle. Mostrate tal cual sos. No existe el miedo en tener ganas de amar y ser amado. El miedo, es no permitirte ser feliz.
Cada día trae nuevas ilusiones. Hoy, salí en búsqueda de la tuya.
MARIANO SANTORO