El frío y las ganas de un buen abrazo y sentirnos abrigados, nos llena, pero está la ausencia y aparecen las preguntas.
Porqué estoy así?
Yo tuve la culpa de la separación?
Cómo puedo recuperar toda esa onda?
Puedo recuperar a esa persona que quise?
No queremos más estar así; no nos hace bien y la cabeza no deja de pensar y esos pensamientos nos destrozan y nos alejan y nos tiran más abajo.
La sensación de los dedos cruzados, el sentir el tacto, esa mínima presión que nos gusta tanto, nos agrada y se nota en nuestro cuerpo y nuestro rostro.
Hay felicidad en cada acto que damos a la persona que amamos y queremos.
Está en nosotros el cambio y no permitir más la soledad y que la tristeza nos invada.
Cuesta una enormidad salir de los pozos depresivos y solos, nos cuesta el doble.
Miremos nuestros errores y todo lo que no queremos para nuestra vida amorosa y sentimental.
Pensemos que muy pronto nuestros dedos estarán entrelazados y estaremos compartiendo mucho más que buenos momentos junto a la persona indicada.
De la mano del destino, sentiremos las mejores caricias que podemos recibir.
MARIANO SANTORO