Cuando nos sentimos bajoneados.
Cuando nuestro cuerpo ya no responde.
Cuando decimos cosas que nos pueden perjudicar.
Cuando estamos mal hasta con nosotros mismos.
Cuando la fuerza se alejó de nosotros.
Sentimos que golpeamos como contra unas rocas.
Muchas veces las cosas no nos salen bien.
Empezamos a echar culpas por doquier y no miramos dentro de nosotros para ver si realmente la culpa es nuestra.
Nos equivocamos, las metas no llegan jamás, los proyectos siguen inconclusos, los sueños, ni siquiera terminan de ser soñados.
Muchas contras como para seguir adelante.
Pero tenemos que darnos esa chance, la de ser perseverantes e insistir.
Siempre nos enfrentaremos a muros, a rocas y a muchas cosas negativas, pero la solución está en creer y más allá de tener una religión, debemos creer en nosotros.
Si nosotros alguna vez nos permitimos imaginar un buen futuro, retomemos ese deseo y vayamos a por él.
Podemos. Esa es la palabra clave.
Nada podrá impedirnos volver a soñar y a creer y pensar que podemos ser felices.
No pongamos semáforos delante y quebremos cada inconveniente que nos permita seguir.
El camino es largo y hay premios en cada lugar.
Está en nosotros hacer que ese camino sea bueno de transitar.
Tenemos mucho por delante.
Y que esas grandes olas que alguna vez nos creímos ser, choquen contra todo lo que nos frene a seguir.
Cambiemos la historia.
Nuestro poder es infinito, solo tenemos que creer que se puede.
Empecemos ya mismo.
MARIANO SANTORO