El primer paso para recuperarse de un problema es quererse a uno mismo.
A todos nos pasan cosas, algunas peores que otras y de diferentes proporciones que nos afectan y muchas veces, nos cuesta salir.
Cuando éramos chicos y nos caíamos, los golpes se hacían moretones y duraban unos días.
A medida que crecemos esos golpes los sufrimos pero en el alma.
La debilidad no pasa por la fuerza, sino por los sentimientos que nos provoca tener cierta relación con personas.
Desde familiares cercanos, amistades, hasta llegar a gente que le entregamos el corazón.
Sufrir no debe ser una moda. No podemos permitir que nos hagan mal.
Aunque no se puede impedir que alguien externo nos perjudique, está en nosotros ser sabios y saber manejar mejor la situación.
Seguramente hay días en los que pensás que los que nos rodean, tanto sea en nuestro hogar, trabajo o algún transporte público, viven en un estado de amargura tremenda.
Que están depresivos y con cero onda y ese estado, es contagioso, casi como una enfermedad; pero esta enfermedad, pasa por lo anímico y muchas veces, no alcanzan ni las pastillas ni los mejores médicos.
El cuidado tiene que salir de nosotros.
Recetas y milagros no hay, pero sí sentirnos positivos y emprendedores, tanto sea de nuevos sueños y metas y proyectos o tan solo de tratar de ser felices.
El acostarnos debe ser un acto normal, pero debemos hacerlo de la manera correcta, me refiero a no llevar los dramas que pasamos durante el día.
El mejor método es regresar a nuestro hogar y liberarnos de toda la energía negativa, escuchando música, relajarnos con un buen baño y de a poco ir hacia la cama.
Cuando dormimos bien y tranquilos, es probable que le sumemos algún sueño hermoso y al despertar, nos sentiremos flotar, tendremos la sensación de libertad y quizás amanezcamos con una sonrisa y con esa positividad debemos seguir durante el día.
Este trabajo diario nos mantiene jóvenes y con alegría para enfrentarnos a lo que sea.
La lucha cotidiana debemos hacerla con nosotros y tratar de progresar.
Alejarnos del mal puede llegar a ser una obviedad, pero muchas veces confiamos demasiado en muchas personas que inconscientemente nos perjudican.
Probemos el estar bien, el sentirnos felices con lo que hacemos.
Podemos levantarnos varias veces y seguir adelante, ya que por delante tenemos mucho camino y de a poco, nos encontraremos con gente que haga y lleve la misma vida que nosotros.
Existe una comunidad donde se puede ser feliz y está en nosotros ir por ella.
MARIANO SANTORO
Una de las cosas que más cuestan hoy en día es protegernos y no hablo solo de la inseguridad, sino de lo que más amamos.
Nos vamos transformando en vulnerables al ver todo lo que pasa a nuestro alrededor.
Personas que amamos se nos van. Dios se las lleva para estar en un lugar mejor.
La tristeza nos hace compañía en gran parte de nuestra vida.
Nos vamos aferrando a momentos y recuerdos para que nos sintamos plenos y saber que dimos algo bueno de nosotros.
Atados a sentimientos pasados que vuelven y no dejan de hacerlo.
Caras que van y vienen y se aparecen en momentos específicos para mostrarnos que aún no estamos preparados.
Consejos que supimos conseguir y algunos los pudimos experimentar.
Secretos guardados en el corazón.
Amistades que se alejan, amores que se acercan, gente que se va, personas que están.
La debilidad viene y nos toma por sorpresa.
Caemos y el dolor se hace fuerte.
Todo nos hace pensar que no hay nada más, que algo se terminó.
Vulnerables al saber que algunos sueños se perdieron en el camino mientras nos escapábamos de la soledad.
En algún momento tuvimos que elegir.
En algún momento tuvimos que decidir.
Y a la vez, en algún momento tenemos que vivir.
Nos vamos permitiendo chances para saber si podemos, para saber si aún tenemos fortaleza para levantarnos y seguir.
Las piernas ya no sienten.
El cuerpo cansado se va derritiendo.
Los brazos caen al igual que nuestro ánimo.
Los párpados se cierran y quieren abrirse para poder ver y lo que vemos no es algo que nos haga bien.
Tenemos luz, pero está muy dentro de nosotros.
Tenemos solución mientras tengamos vida.
Cada día es un sueño y debemos ser protagonistas.
Busquemos y encontraremos que tenemos muchas cosas hermosas y que debemos proteger.
Cuando hay cariño, hay fe.
Si algo nos ha dado la vida, algún regalo o algo que se ha manifestado en nosotros, tenemos que multiplicarlo.
Hay poder en el corazón.
Hay poder al amar y mucho más si amamos lo que nos pertenece y si por alguna circunstancia de la vida algo se nos va, se nos aleja de las manos, seguiremos insistiendo.
Protegernos para poder dar seguridad a quien está a nuestro lado.
La mejor seguridad para proteger algo, no se llama candado, sino que se llama AMOR.
MARIANO SANTORO
Una de las tareas más difíciles de la pareja es cuando algunas situaciones se transforman y distorsionan la realidad.
Las etapas comunes son conocimiento, ganas de seguir viendo a esa persona; luego un principio de afecto y cariño; te va gustando más y más y de ahí, le sigue el enamoramiento.
Mientras se vive en pareja, se van generando muchas cosas entre los 2, como la confianza, creer en el otro, compartir gustos, costumbres, salidas, sueños, proyectos y metas.
Planificar es una etapa de pleno enamoramiento, ya que se hace entre los 2 y cada propuesta de parte de cada lado, es un incentivo a querer seguir aportando más.
En la intimidad, se logran deseos, fantasías, placer y pasión.
Pero tenemos que tener mucho cuidado cuando nos obsesionamos.
Estar obsesionados con alguien, nos aleja de la realidad y solo vemos lo mejor en alguien, incluso cuando no todo lo que nos brinda es positivo.
A todo, lo distorsionamos para darle un vuelco a nuestro favor.
Por ejemplo, si nos insultan o nos dañan, creemos que lo hacen para mejorar nuestro nivel de vida en pareja.
Cuando comienzan a alejarse e inventar excusas para no vernos, no es para que nosotros nos demos cuenta que volverá y esa mini separación es para reflexionar.
No todo lo que brilla es oro y en la pareja, el día a día es un examen muy difícil de aprobar, pero es deber de nosotros el querer y tener todas las fuerzas de seguir apostando a que podemos.
Miremos mucho más dentro de nosotros que del ser con el cual estamos.
Si nos sentimos seguros, esa seguridad se la damos a nuestra pareja.
En caso de sentirnos mal, inseguros, con el ánimo por el piso, nuestra pareja recibe todo ese malestar y la culpabilidad aparece y de ahí en más, las confusiones.
El comienzo de una pareja es como un niño abandonado. Dar, sin esperar nada a cambio.
Está absolutamente en nosotros el dar lo mejor porque eso es lo que deseamos y sabemos que al dar todo, nos sentiremos felices y el resto, se sentirá cómodamente a favor y de nuestro lado.
Querer es maravilloso. Sentir que somos queridos, mucho más. Amar y que nos amen es sublime. Pero lo excesivo, nos mata.
Demos lo mismo que nos dan, incluso un poquito más, pero una pareja son 2 y debe ser un 50 y 50, para poder complementarse.
Y a la vez ese 50 tiene que ser un 100 % de lo que debemos dar, para no sentirnos defraudados y saber que dimos TODO por el bienestar de ambos.
MARIANO SANTORO
Casi al igual que un ritual, o hasta una maldición, mucha gente vive repitiendo esta frase: No quiero sufrir más.
La obviedad no quita que sea verdad, pero si ante una breve presentación decimos esas palabras, ya comenzamos mal, porque le ponemos el freno a lo que sigue.
Cuando empezamos con la palabra NO, ya negamos algo y así, ponemos una pared delante de nosotros.
Los que alguna vez sufrimos, esa gran mayoría que experimentó una inmensa cantidad de emociones contrarias a las que deseamos; sabemos que quedamos destrozados.
Nadie quiere sufrir y no creo que sea necesario decirlo o repetirlo varias veces.
Lo que no quiero para mi vida, yo mismo le daré pelea y trataré de esforzarme para ir en contra de lo que me pueda dañar.
Cuando miramos la vida de manera positiva, algo nos llega, algo se transforma y de a poco, la alegría llega a nosotros.
Tenemos metas que imaginamos y queremos que se cumplan, pero la inmediatez no pertenece al destino, así que los tiempos son diferentes.
Solo con tener FE puede ayudarnos a pasar ese tiempo que parece eterno.
Hay veces en las que nos sentimos encerrados en nosotros mismos.
Lo cotidiano nos lleva a tener un ritmo de vida que nos deteriora, nos va apagando la poca luz que nos queda al finalizar el día.
Y ahí llega el encierro; en creer que estando solos y marginados de todos, las cosas no nos afectarán.
La comunión con la gente, el diálogo y el salir a mirar la vida, nos ayuda a estar mejor.
Hagamos todo lo contrario a sufrir.
Salgamos y miremos al mundo y ver qué sorpresa nos tiene preparada.
MARIANO SANTORO
"Un día me di cuenta que lo nuestro se había terminado.
Pero a la vez, te extrañaba.
Me estabas haciendo mucho mal y lo supe por mi entorno.
Quise verte otra vez, esa última vez que ya sabía que iba a ser, pero necesitaba comprobar algo.
Necesitaba verte y saber que mi sacrificio por estar con vos era muy grande; por más esfuerzo que haga, siempre íbamos a discutir, siempre aparecían tus caprichos.
Tengo algunas cosas tuyas, sí, de las materiales; algunas cosas que alguna vez usaste y me quedan como recuerdo.
De alguna manera quiero tenerte y que permanezcas en el tiempo.
Me guardo detalles y siempre aparecés.
Te fuiste y había ganas de volver, pero esa vuelta jamás sucedió.
Culpables?
Yo no lo soy y no me siento así. Tampoco lo sos vos.
Me llevó mucho tiempo no sufrir por esa ausencia.
Me llevó no dormir y pasarla realmente muy mal hasta que mi cuerpo explotó.
Pero hay algo que nadie me quitará. Me llevé tus besos y serán míos por toda mi vida".
Cuando una pareja se aleja, muchas cosas quedaron en el camino.
Una cantidad enorme de sueños y proyectos que tenían en común, quedan en un gran vacío emocional y sin poder cumplirlos.
Llegará una nueva pareja alguna vez y está en nosotros renovarnos cada vez que suceda.
Cada persona es un mundo y cada sueño debe ser compartido y proyectado con la persona de turno.
No juntemos maldad, ni rencores.
Muchas cosas se terminan y si es de la mejor manera, mejor, aunque no siempre pasa.
Lo que nos concierne, es que debemos estar seguros que dimos lo mejor de nosotros y si llegado el caso, hicimos daño, hacerle saber a esa persona que ya no está a nuestro lado, que lo sentimos.
Pedir disculpas y limpiar el alma es saludable.
Siempre existe la chance de seguir en contacto con alguien de nuestro pasado.
Si fuimos buenos, seguiremos dando lo mejor.
Y el amor que se presente, tendrá un nuevo sabor en sus besos y es muy probable que también los guarde en mi memoria y en todo mi ser.
MARIANO SANTORO
En algún momento a todos nos llega sentirnos depresivos y mal anímicamente.
Estamos en un estado de desesperación que nos supera.
Nuestro humor se aleja; nuestro carácter empeora, nuestro cuerpo se transforma ya llenamos ese vació con comida y así, seguimos haciendo cosas que nos afean y nos hacen mucho daño.
Pero muchas de estas veces, es inconsciente y ni siquiera nos damos cuenta de lo que hacemos.
Algunos proyectos no salen como esperábamos; la soledad aparece o si estamos en pareja, el trato se complica y todo se hunde.
Somos como un Titanic de nosotros mismos.
La lucidez mental, el diálogo y mucho más se esfumaron; casi todo lo vemos negativo y esa oscuridad, la transmitimos y hacemos mal a nuestro entorno, que quizás se acercan para darnos apoyo, darnos su onda y hacernos sentir que todo se puede superar.
Y es así!!! A lo único que no podemos ganarle es a la muerte.
El resto, es creer en nosotros y cuando ya no demos más, una pequeña luz empieza a brillar y de ahí, las ideas y la manera de salir de ese mal estado, nos llega la solución-salvación.
La naturaleza y la vida son sabias. Esa sabiduría nos hará saber de alguna forma que aún se puede lograr y que podemos estar mejor de lo que estamos.
La vida nos premia y ese regalo, debemos aprovecharlo.
Las oportunidades que se nos presentan pueden ser definitorias para el propio bienestar.
Surgen nuevos modos de vida, de trabajo, de querer.
Algo así como un reciclamiento del espíritu.
Ese que nos hará olvidar todo lo malo vivido y estar mirando hacia ese destino, ese nuevo camino que nos regala la vida.
Ya que el regalo más preciado que podemos tener es poder vivir.
MARIANO SANTORO
Cómo soltarte, si vos fuiste la que me ayudó a salir?
Muchísimas frases y palabras se pueden expresar cuando uno está con alguien y juntos, viven momentos verdaderos de amor.
El estar enamorado es uno de los estados más increíbles, ya que todo se comparte, todo se hace de a 2 y todo mirando hacia un futuro.
Cada día es un nuevo recuerdo.
Cada mimo es una sensación de compañerismo.
Cada abrazo es sentir que nunca estaremos solos.
Aferrarse con todo nuestro ser.
Querer, como alguna vez deseamos algo con el alma y no paramos hasta conseguirlo.
Sentir, que todo es posible y que hay mucho más si estamos dispuestos a vivir una hermosa experiencia.
Y cuando sientes que te hace falta esa otra mitad, es que la ausencia te hace mal; algo como una dependencia divina.
Compartir desde un buen diálogo a mirarse uno al otro y saber que están y siempre estarán cuando se necesiten; que al verse juntos, la alegría ya se instaló en ellos por un largo tiempo.
La eternidad puede ser vista cuando uno amanece junto a quien ama y creer que así será el resto de sus días.
Que lo bello de cada momento, puede mejorar.
Que todo es posible y se puede alcanzar, hasta las metas ya olvidadas, hasta los sueños que dejaron de ser; hasta la inocencia de permitirse ser niños y jugar y amarse y hacer lo que se les ocurra ya que nadie les dirá nada, donde no hay prohibición, donde el todo vale es efectivo y resulta, ya que hay una pareja que responde por ello.
Que al separarnos durante el día, nos pensamos, nos extrañamos y si vemos algo en la calle, en alguna vidriera, al instante pensamos si le puede gustar y si podemos, lo compramos.
Que al reencontrarse, el único lenguaje que no tiene margen de error, sea los besos, ya que expresan la absoluta sinceridad y lo que siente cada uno.
Esos besos marcan el camino a mucho más.
El encuentro de los cuerpos, cuando se tocan, se funden y se hacen uno y lograr elevarse a niveles que nadie puede expresar.
Cariño, sentimiento, afecto, pasión y amor.
Y si aparece alguna vez algo en mi mente; si alguna vez veo algo que me haga pensar en vos, significa que jamás dejaré de amarte.
MARIANO SANTORO