martes, 28 de septiembre de 2010

Recuperarnos y salir adelante

El primer paso para recuperarse de un problema es quererse a uno mismo.
A todos nos pasan cosas, algunas peores que otras y de diferentes proporciones que nos afectan y muchas veces, nos cuesta salir.
Cuando éramos chicos y nos caíamos, los golpes se hacían moretones y duraban unos días.
A medida que crecemos esos golpes los sufrimos pero en el alma.
La debilidad no pasa por la fuerza, sino por los sentimientos que nos provoca tener cierta relación con personas.
Desde familiares cercanos, amistades, hasta llegar a gente que le entregamos el corazón.
Sufrir no debe ser una moda. No podemos permitir que nos hagan mal.
Aunque no se puede impedir que alguien externo nos perjudique, está en nosotros ser sabios y saber manejar mejor la situación.
Seguramente hay días en los que pensás que los que nos rodean, tanto sea en nuestro hogar, trabajo o algún transporte público, viven en un estado de amargura tremenda.
Que están depresivos y con cero onda y ese estado, es contagioso, casi como una enfermedad; pero esta enfermedad, pasa por lo anímico y muchas veces, no alcanzan ni las pastillas ni los mejores médicos.
El cuidado tiene que salir de nosotros.
Recetas y milagros no hay, pero sí sentirnos positivos y emprendedores, tanto sea de nuevos sueños y metas y proyectos o tan solo de tratar de ser felices.
El acostarnos debe ser un acto normal, pero debemos hacerlo de la manera correcta, me refiero a no llevar los dramas que pasamos durante el día.
El mejor método es regresar a nuestro hogar y liberarnos de toda la energía negativa, escuchando música, relajarnos con un buen baño y de a poco ir hacia la cama.
Cuando dormimos bien y tranquilos, es probable que le sumemos algún sueño hermoso y al despertar, nos sentiremos flotar, tendremos la sensación de libertad y quizás amanezcamos con una sonrisa y con esa positividad debemos seguir durante el día.
Este trabajo diario nos mantiene jóvenes y con alegría para enfrentarnos a lo que sea.
La lucha cotidiana debemos hacerla con nosotros y tratar de progresar.
Alejarnos del mal puede llegar a ser una obviedad, pero muchas veces confiamos demasiado en muchas personas que inconscientemente nos perjudican.
Probemos el estar bien, el sentirnos felices con lo que hacemos.
Podemos levantarnos varias veces y seguir adelante, ya que por delante tenemos mucho camino y de a poco, nos encontraremos con gente que haga y lleve la misma vida que nosotros.
Existe una comunidad donde se puede ser feliz y está en nosotros ir por ella.
MARIANO SANTORO