En algún momento a todos nos llega sentirnos depresivos y mal anímicamente.
Estamos en un estado de desesperación que nos supera.
Nuestro humor se aleja; nuestro carácter empeora, nuestro cuerpo se transforma ya llenamos ese vació con comida y así, seguimos haciendo cosas que nos afean y nos hacen mucho daño.
Pero muchas de estas veces, es inconsciente y ni siquiera nos damos cuenta de lo que hacemos.
Algunos proyectos no salen como esperábamos; la soledad aparece o si estamos en pareja, el trato se complica y todo se hunde.
Somos como un Titanic de nosotros mismos.
La lucidez mental, el diálogo y mucho más se esfumaron; casi todo lo vemos negativo y esa oscuridad, la transmitimos y hacemos mal a nuestro entorno, que quizás se acercan para darnos apoyo, darnos su onda y hacernos sentir que todo se puede superar.
Y es así!!! A lo único que no podemos ganarle es a la muerte.
El resto, es creer en nosotros y cuando ya no demos más, una pequeña luz empieza a brillar y de ahí, las ideas y la manera de salir de ese mal estado, nos llega la solución-salvación.
La naturaleza y la vida son sabias. Esa sabiduría nos hará saber de alguna forma que aún se puede lograr y que podemos estar mejor de lo que estamos.
La vida nos premia y ese regalo, debemos aprovecharlo.
Las oportunidades que se nos presentan pueden ser definitorias para el propio bienestar.
Surgen nuevos modos de vida, de trabajo, de querer.
Algo así como un reciclamiento del espíritu.
Ese que nos hará olvidar todo lo malo vivido y estar mirando hacia ese destino, ese nuevo camino que nos regala la vida.
Ya que el regalo más preciado que podemos tener es poder vivir.
MARIANO SANTORO
Estamos en un estado de desesperación que nos supera.
Nuestro humor se aleja; nuestro carácter empeora, nuestro cuerpo se transforma ya llenamos ese vació con comida y así, seguimos haciendo cosas que nos afean y nos hacen mucho daño.
Pero muchas de estas veces, es inconsciente y ni siquiera nos damos cuenta de lo que hacemos.
Algunos proyectos no salen como esperábamos; la soledad aparece o si estamos en pareja, el trato se complica y todo se hunde.
Somos como un Titanic de nosotros mismos.
La lucidez mental, el diálogo y mucho más se esfumaron; casi todo lo vemos negativo y esa oscuridad, la transmitimos y hacemos mal a nuestro entorno, que quizás se acercan para darnos apoyo, darnos su onda y hacernos sentir que todo se puede superar.
Y es así!!! A lo único que no podemos ganarle es a la muerte.
El resto, es creer en nosotros y cuando ya no demos más, una pequeña luz empieza a brillar y de ahí, las ideas y la manera de salir de ese mal estado, nos llega la solución-salvación.
La naturaleza y la vida son sabias. Esa sabiduría nos hará saber de alguna forma que aún se puede lograr y que podemos estar mejor de lo que estamos.
La vida nos premia y ese regalo, debemos aprovecharlo.
Las oportunidades que se nos presentan pueden ser definitorias para el propio bienestar.
Surgen nuevos modos de vida, de trabajo, de querer.
Algo así como un reciclamiento del espíritu.
Ese que nos hará olvidar todo lo malo vivido y estar mirando hacia ese destino, ese nuevo camino que nos regala la vida.
Ya que el regalo más preciado que podemos tener es poder vivir.
MARIANO SANTORO