miércoles, 19 de enero de 2011

Al dar amor recibís amor

Siempre fui de estar rodeado de mucha gente.
He tenido grupos inmensos y he logrado tener muy buenos amigos.
He aprendido lo que es la amistad y a valorarla.
Aún hoy, conservo a muchas amistades que fueron testigos de mi crecimiento; todos crecimos a la par, todos nos vimos pasar por las etapas de la vida.
Ese niño se hizo adolescente y luego, hombre y hoy, ese hombre quiere conservar al niño interior para mantener su pureza, su inocencia.
Esa en la que me permito creer e ilusionarme; la que me permito tener sentimientos por la gente que me brinda su oído, me da su tiempo al compartir sus cosas y los que me dan su corazón.
Quererlos ya se me hizo costumbre y eso es muy sano.
Me gusta dar mi cariño aunque a veces me equivoque de personas, ya que del otro lado, recibo algo menos que indiferencia y duele, pero sigo confiando.
Sé que hay mucha gente con ganas de ser feliz y lo que esté a mi alcance para llegar a ese lugar, incluso para guíar con mi pequeña experiencia de vida, lo haré.
Pasé por situaciones difíciles y me rodeo de personas que han tenido otras quizás más duras que las mías, pero todas sirven para crecer; todo golpe sirve para saber que trataremos de cuidarnos la próxima vez.
Con el paso del tiempo, me doy cuenta que la distancia no impide querer a alguien, sino que esa distancia física, acerca y mucho, ya que con el solo hecho de hacernos saber que están, que se preocupan por uno, es muy valioso.
Cuando nos ven bien se alegran de poder vernos así y cuando no lo estamos, siguen siendo parte y pidiendo hasta a Dios para que mejoremos y recuperemos el estado anterior.
Cuando uno da amor, recibe mucho amor.
Siempre y de cualquier manera recibimos una satisfacción.
Esa caricia interna que tanto bien nos hace nos impulsa a ir por más.
Una palabra a tiempo, un llamado o algo, hasta podría ser un silencio mientras nos miran y prestan atención a nuestro problema; todo ese afecto es amor y del verdadero.
Diferenciemos lo que nos enceguece, lo que nos tira más abajo de lo que lleguemos a caer alguna vez por habernos equivocado; necesitamos estar con personas positivas, con las que se pueda confiar, con las que el compartir cualquier clase de momentos y situaciones, nos alimenten el alma.
Sé que tenés a mucha gente que querés mucho y me gustaría que se lo demuestres, te aseguro que les encantará saber lo que sentís por ellos.
Da todo el amor que puedas y una gran recompensa tendrás muy pronto en tu vida.
MARIANO SANTORO