sábado, 30 de julio de 2011

Las bellezas

Siempre existirá un pasado y más si lo vivimos en carne propia.
No es cuestión de traerlo seguido, sino de recordarlo en ocasiones especiales; hay fechas que marcan.
Una relación se basa en muchos aspectos y entre ellos, el romanticismo es importante.
Cuando un hombre no se acuerda de algún evento o fecha conmemorativa, se lo recrimina y si lo hace siempre, es un pesado o ahoga.
Ambos sexos tienen sus pros y contras y una pareja, se fortalece cuando logran ser parejas, o sea, vivir de una manera equilibrada.
Pueden existir miles de cosas que nos emocionen.
La tecnología nos seguirá sorprendiendo con novedades que sumen a una relación; pero a la vez, lo clásico, nunca muere.
Las bellezas clásicas, como un ramo de rosas.
Lo perfectamente natural, lo que surge de la vida misma y de lo maravilloso que está delante nuestro y que por momentos, no nos detenemos a mirar.
Cuando tenemos una rosa delante, el primer impulso es acercarla a nosotros y sentir su aroma, olerla; inhalar y dejarnos llevar; hasta podemos cerrar los ojos y volar unos pocos segundos.
Esas maravillas, esas bellezas son las que emocionan y nos incentivan a ir por más.
Cuando buscamos en lo externo, nos podemos desilusionar.
Lo material, aporta una cuota necesaria, pero en nuestro interior están las mejores bellezas y se demuestran con acciones.
Todo lo externo nos puede perjudicar, nos puede alterar ya que hay personas que creen que tienen ese poder, de descolocarnos; de disfrutar cuando nos ven mal y de seguir haciéndonos daño.
La envidia es una muerte lenta.
Solo la fortaleza y la fe y creer en lo que nosotros mismos aprendimos, en los que fuimos maestros y alumnos; fuimos reyes y mendigos; fuimos sabios al optar dejar de ser ignorantes.
Hay tanto en nosotros, tanto inmaterial; tantas virtudes que se expresan a través del amor y de sus socios directos, como el cariño, el afecto, la amistad.
Si aún hoy, con tanta modernidad, te dejás sorprender por algo que para muchos puede estar pasado de moda, sentite única; porque aún conservás los valores con los que te críaste.
Hay belleza en lo que recibís y en lo que hacés.
Tu rostro se encarga de mostrarlo.
Tu piel se lo hace sentir a quien esté a tu lado y se puede dar el lujo de sentirte.
Valorarnos, sin precio, solo con acciones.
Valorar lo que fuimos, somos y seremos.
La naturalidad, la sinceridad, la confianza y creer que siempre hay algo mejor, es el camino que muchos debemos seguir.
Y al llegar, veremos un gran cartel de bienvenida que dice: TODOS SOMOS FELICES!
MARIANO SANTORO

domingo, 24 de julio de 2011

Cuando puedas ...

Cuando puedas ...
podrías hacer un poquito de tiempo y pensar en mí?
Podrías acordarte que un día junté algunas de mis maletas y me embarqué en los sueños que pusiste delante mío?
Podrías pensar que quizás no me olvidé de vos?
Cuando puedas, solo cuando puedas tomarte unos minutos y te acuerdes que alguien te quiso y quiso cambiar todo lo que había detrás, ya que delante teníamos una hermosa vida.
Cuando puedas, podrías acordarte del último beso?
Sí, ese que te dí y que nunca más hubo otro.
En que esa tarde no era fácil, pero entre los 2 pudimos y lo pasamos muy lindo.
Qué pasó?
Chocaron los planetas?
En realidad, chocó mi corazón y se destrozó.
Fue muy fuerte, ya que no sabía que se podía sentir tanto dolor al no tener a alguien.
Qué sería la vida si no pudiese expresar lo que siento?
Cuando puedas y si aún no las tiraste, podrías ver la foto que tenemos de nosotros?
Me cuesta empezar cuando aún no se terminó.
Me cuesta saber que no hubo un principio real y sí tuvimos un final.
Me cuesta olvidar cuando no quiero hacerlo.
Cuando puedas,
podrías cerrar los ojos y acordarte que me hiciste mucho bien?
Que me hiciste cambiar;
que hubo un antes y después a partir de vos.
Que hubo y habrá sentimiento,
ya que jamás olvidaré los minutos que compartimos.
Quizás pase como en la foto,
que mientras escribo esas palabras de amor en la arena, vos solo sos espectadora de mi destino.
Quizás esas palabras aún no fueron escritas por algún motivo.
Cuando puedas,
me gustaría saber que te acordás de mí; que las huellas que alguna vez dejamos, son parte de tu pasado.
Y vos, sos parte de todos los tiempos.
Cuando puedas,
quiero que sepas que aprendí de la mejor maestra y que este alumno, hoy tiene más sueños de los que nos permitimos soñar despiertos.
Gracias por haberme permitido conocerte alguna vez, allá en el tiempo, en mi vida, en el destino.
MARIANO SANTORO

martes, 19 de julio de 2011

Desde adentro

Fechas que marcan un antes y un después.
Fechas que sirven como balance y se hace para equilibrar lo que uno viene viviendo en carne propia.
Mucha gente he conocido durante el último tiempo y muchas personas que seguirán estando.
He recordado momentos y aprendí a superarlos y a saber que si dejaron huellas, vuelven, aunque no sea de la manera en que uno quiere.
Ya no recuerdo la última vez que lloré y me alegra saber eso.
Ya no siento que haya alguien que merezca una lágrima mía; sé quién soy y no tengo necesidad de rendir exámen para que me conozcan.
Mi vida y lo que hago, la expongo.
Mi privacidad, seguirá siendo eso y cada día con más recaudos, con más mano firme para discernir quién viene por buenas causas.
He aprendido y lo disfruto.
La sabiduría no tiene límites aunque uno sí los tenga.
Aprender, saber, dejarse llenar por cosas que marquen y que no vuelvan a dejar vacíos.
Mis criticas, seguirán y mis puntos de vista polémicos, también.
Visionar no es negativo.
Ver las cosas antes de que sucedan es muy acertado.
Nadie cambiará mi manera de ser.
Modificaré lo que necesite.
Cambiaré pequeñas costumbres.
Pero seguiré siendo el mismo; el que se hizo solo, el que aprendió a escribir para poder leerse y comprobar que la vida es una gran experiencia.
El que aprendió a hablar, ya que desde el corazón no alcanzaba para demostrar amor y cariño.
El que supo que decir verdades supera a las mentiras que cualquiera puede decir sobre uno.
El que se hace cargo de ser caprichoso, soberbio, orgulloso y seguro de lo que hace y dice.
Soy tantas cosas que nunca podría terminar de decirlas, pero sé lo que dejo en la gente; en los que me rodean.
Me hace mucho bien saber que dejo huellas; que muchas de las personas que se han sumado a mi vida, me lo hacen saber.
Valorarme y confirmarme que no me equivoco, que el camino que elegí no es fácil, pero me lleva adonde quiero; que ese camino tendrá muchas novedades y sorpresas agradables.
Enamorarme es solo un complemento, ya que mientras tenga amor para dar; lo de compartir se da solo; el destino se encarga cuando ambos lados están preparados.
Soñé tantas cosas que el estar despierto me las hizo ver y algunas están a la distancia, pero siguiendo el camino de la verdad, las conseguiré; me serán ofrecidas por la vida y seré más feliz de lo que soy.
Muchos de los tesoros que tengo son cosas materiales, pero alguna vez me autodenominé coleccionista de sentimientos y eso se debe a que en cada objeto que guardo con cariño, dejo historias.
Pero tengo tesoros de mi crianza; los valores y la sinceridad, entre muchos otros.
Viví muchas historias, fui protagonista siempre.
Me aparté de algunas que me hicieron mal.
Me jugué por otras que también me hacían mal, pero al priorizar lo que siento, la mente las dejó de lado; aunque nunca termina de alejarse y esas dudas aparecen.
Pero no hay dudas en mí de las que ya no las he estudiado.
Voy por mucho más.
Logré crear algo que tiene mucho futuro.
Me gusta hacer el bien, me gusta hacerme bien.
Me premia la vida en cada minuto que alguien se acuerda de mí y escucha mis palabras; en las que lee mis palabras; en las que piensa mis palabras y las hace suyas.
Hoy, me toca dar gracias!
Gracias a Dios por darme vida y poderla vivir!
MARIANO SANTORO

viernes, 15 de julio de 2011

Completa ausencia

Son varias las veces en las que nos sentimos absolutamente solos y estamos rodeados de personas.
Sentirse completo, es sentirse pleno, feliz, satisfecho por haber logrado algún beneficio o algo que nos hace sentir superados; como que llegamos a un nivel esperado.
Completos, llenos.
De amor o de lo que fuere y que durante un tiempo, estaremos bien.
Esa meta ha llegado y en ella, nos sentimos felices.
La ausencia es lo contrario.
Sentirnos ausentes, faltos, como idos de cualquier tema, como si estamos con alguien y nos hablan y no prestamos atención a lo que nos dicen; nuestra mente está en otro lugar y ese lugar, está lleno de problemas, dudas y proyectos aún incompletos.
Ausentes por estar incompletos.
Como que todo lo que esté en nuestros planes, deberá ser llenado con ideas nuevas.
Como que lo que está ausente, nos daña, nos duele porque sentimos que es necesario tenerlo.
No hay error en sentirse de ambas maneras.
Lo más grave es sentir ambas al mismo tiempo.
La ausencia que mas padecemos es la de otro ser.
Ese que dimos lo mejor de nosotros y que por alguna circunstancia, hoy no está a nuestro lado.
Los recuerdos, presentes; nos traen muchos momentos y ese vacío se siente.
Completar o llenar esos vacíos no depende de un cuerpo, sino de un alma.
De saber que alguien estará con nosotros porque nos admira, porque nos quiere y nos ama.
Porque quiere vivir y ser parte de nosotros.
Porque nosotros sentimos que esa otra mitad nos completará como seres humanos sentimentales y sensibles.
Todo lo que supimos guardar; hoy se hizo colección de sentimientos.
Todo lo que supimos experimentar, hoy nos trae una linda sonrisa al saber que dimos y recibimos amor.
Hoy no tenemos al lado a quien quisimos, a quien queremos y eso no debe ser jamás un impedimento para seguir soñando y tener fe.
Sentirnos completos es una misión.
Y esa ausencia, se transformará en presencia!
MARIANO SANTORO

lunes, 11 de julio de 2011

Siempre estarás

Tu fragilidad me hizo quererte.
Tu sensibilidad demostrada en pequeños momentos donde éramos los únicos en el mundo.
Tu belleza interna, tan golpeada por la vida y las cicatrices tan bien escondidas que tu exterior la protegía con toda tu alma.
Todo prejuicio que tenía, los compartí con vos, ya que ambos, íbamos rumbo hacia el mismo destino.
Algo nos separó.
Algo se cortó.
Pero el cariño y quererte de por vida, no lo perderé.
En ese camino que nos permitimos dar unos pocos pasos; hoy a la distancia me permito mirar hacia atrás y veo huellas y son las que dejaste en mi corazón.
La simpleza de las cosas mezclada con la realidad nos duele.
Lo que no tenemos lo queremos y cuando lo tenemos no lo valoramos o no sabemos cómo manejar la situación.
Lo mejor es luchar con la mejor arma para estos casos y es el corazón.
Cuando se da todo, cuando se expresa todo lo que se siente, cuando se hacen cosas y se dejan costumbres para estar bien con otro ser, eso es amor.
Lo que el cuerpo extraña, el corazón lo guarda en su recuerdo.
Tu mirada, tu sonrisa y mucho más que ya tienen un lugar asegurado en mis recuerdos, son los que mantienen viva la esperanza de creer en el amor.
Las segundas oportunidades son para los soñadores y aunque no se cumpla, mi mente no dejará de soñar.
Ya sos mía desde el momento en el que apareciste en mi vida.
Ya soy feliz por saber que supe querer a alguien y hoy, sigue en mis pensamientos.
La tristeza solo pasa por el lado de que no escuches mis palabras o sientas mis caricias.
Pero hay mucho más que eso.
La vida no se condiciona a la parte física.
La esencia, lo que uno en realidad es, va más allá.
Siempre estarás, porque tuve un pasado y dejaste mucho más que tu aroma; mucho más que el perfume de la pasión, que el sabor de lo que un beso dado desde el alma, nos deja.
Dejaste tanto, que esos recuerdos, hoy son souvenir de mi aprendizaje en el camino del amar.
MARIANO SANTORO

jueves, 7 de julio de 2011

Haciendo camino

Todo comienza tan solo con una idea.
Esa idea va tomando forma y crece.
Al crecer, los pensamientos y sueños se le suman y pronto, empiezan a planificar algo.
Todo camino, comienza con tan solo un paso.
Ese paso debe ser importante, ya que sabemos muy bien lo que dejamos detrás nuestro.
Aprendimos mucho y creemos que es demasiado; pero no nos damos cuenta que aún nos falta mucho.
Y en cada paso, vamos dejando huellas, como las que dejamos atrás.
Deseamos que hayan sido productivas, para que quien las vea se sienta identificado y quiera seguir ese rastro y que a nosotros mismos, nos haga bien saber que en esas huellas, hay señales de que fuimos buenas personas.
Conocimos la noche y al caminar se nos complicó y nos dimos cuenta que queremos caminar bajo la luz, ya que ella nos guiará sin temor a equivocarnos.
Fueron varias las puertas que cruzamos y a varias, las dejamos de lado y ni siquiera quisimos entrar.
Tuvimos miedos y nuestra mente se fue llenando de más temores.
Pero sabemos que todo tiene un fin y que por más doloroso, es productivo.
Nuestra ansiedad no nos lo hará ver en el momento, pero todo mejora.
Hay tiempos humanos y otros tiempos también.
En cada minuto que pasamos pensando y haciendo algo que nos gusta, sumamos y esa suma, nos permite seguir avanzando, ya que nos sentimos cómodos transitando la senda que elegimos.
Elegir no es tarea fácil.
Delante de nuestros ojos nos enfrentaremos con cosas que no queremos ver y otras que nos nublarán la visión.
Cuando perdamos la focalización de nuestros ideales, debemos parar y centralizarnos en lo que queremos.
Si nos ponemos a ver encontraremos un camino ya hecho.
Pero realmente cuando miramos dentro nuestro, ahí encontramos el verdadero camino que queremos seguir.
Todas las cosas pueden estar hechas, pero cuando usamos la imaginación, podemos crear y en cada creación, adelantamos pasos.
Haciendo camino.
Haciendo el bien.
Haciendo lo que queremos hacer; libres, sin culpas, sin miedos; ya que en todo lo que hagamos desde el alma, ese camino nos llenará de emociones que nos sorprenderán cada día.
Y dejaremos huellas, hermosas huellas; para todos los que quieran seguirnos.
MARIANO SANTORO

lunes, 4 de julio de 2011

Uniendo vidas

Una de las tareas más difíciles que nos pone el Destino es poder lograr unir nuestra vida a otro ser.
Durante el crecimiento experimentamos infinidad de situaciones que no son alentadoras para emprender semejante misión.
La decepción es una de las que están bien arriba en la lista.
El dolor interno llega a expandirse en todo nuestro cuerpo y se estanca en lugares clave, como el cerebro y eso nos hace pensar muchas veces antes de repetir una mala historia, aunque a veces, lo hagamos de manera inconsciente.
Ahí, es cuando juega la necesidad, la soledad ha tomado control y lidera la ansiedad y le damos permiso a hacer algo de manera impulsiva.
La rapidez, el apresurar lo que la vida nos da en pequeñas porciones no es sano.
Cada etapa debe ser vivida con los tiempos que marquen ambas personas; ningún tercero puede ordenar nada, ni obligar a hacer algo; solamente 2 personas saben muy bien lo que su cuerpo siente y se dejan llevar.
Cuando el cuerpo habla, cuando nace algo tan intenso y cada vez crece de manera agigantada, es que la atracción ya está instalada.
Cuando cerrás los ojos y podés notar que en tu rostro hay una sonrisa que abarca casi toda la cara.
Cuando una sensación de felicidad va llenando tu cuerpo y te sentís flotar.
Cuando sentís el roce de su mano; cuando su aroma ya es parte de tu piel y cuando tu piel tiembla por saber que esa sensación es de placer y de que todo lo malo ya ha quedado atrás.
Unir vidas y entrega absoluta, son las únicas condiciones de dejarse llevar por el corazón; cuando se hace todo sin límites; cuando se hace porque a vos te gusta recibir lo que das y eso te incentiva a dar cada vez más y la calidad supera a la cantidad; cuando te das cuenta que cada lágrima que quiere explotar y salir de tu cuerpo, es por la sensación de plenitud, de una inmensa felicidad y que ese camino en el cual caminaste hasta destrozarte las piernas, te brinda unos enormes brazos de amor; donde te cobijan, donde te dan la fuerza que ya habías perdido; como una especie de rejuvenecimiento del alma.
Eso es amor.
Cuando unís tu vida con otro ser, dejan de ser dos y mutan en uno, se funden; esas dos mitades con corazones partidos, logran comprender que esa otra mitad del corazón, estaba en el cuerpo de otro ser y mediante la unión, el orgullo y otras tantas cosas, solo son caprichos que se aislan para dejar paso a la vida.
A esa vida que eligieron para estar juntos!
MARIANO SANTORO